YOLANDA CERÓN DELGADO
Asesinada en Tumaco el 19 de Septiembre de 2001
Memoria y Justicia
Han pasado 5 años desde el asesinato de YOLANDA CERON. 5 años de impunidad, dos de los responsables materiales de su crimen, están en libertad. Uno de ellos, SANTOS MARTINEZ CACERES fue dejado en libertad provisional por el Juzgado Segundo Especializado de Pasto, por motivos de salud y no se conoce de su paradero. El segundo, JORGE ENRIQUE RÍOS, se fugó de la cárcel de Palmira mostrando, al parecer, una orden de libertad falsa.
Tanto SANTOS MARTINEZ como JORGE ENRIQUE RIOS, actuaron dentro de la estrategia paramilitar bajo el nombre de “Bloque Libertadores del Sur”, al mando GUILLERMO PEREZ ALZATE o GUILLERMO NARANJO, conocido como “DON P o PABLO SEVILLANO”, quien se encuentra actualmente en La Ceja como unos de “los negociadores” de los paramilitares, siendo uno de los más señalados de tener vínculos con el narcotráfico.
“PABLO SEVILLANO”, sería uno de los paramilitares que se beneficiaría con la ley 975 “para la justicia y para la paz”, con lo cuál no solo quedaría en la impunidad el asesinato de YOLANDA CERON sino también las de más de un centenar de afrocolombianos, crímenes de Lesa Humanidad cometidos por la estructura al mando de éste paramilitar con la complicidad por acción y omisión de la Brigada de Infantería de Marina No. 2.
YOLANDA el 19 de septiembre del 2001, cuando salía de la Pastoral Social hacia las 12:15 del día frente a la Iglesia la Merced, ubicada en el Parque Nariño de la ciudad de Tumaco, fue asesinada por hombres de la estrategia militar encubierta que le dispararon a su cuerpo. Su muerte entre el templo y la plaza es el signo de una vida consagrada en la construcción de una iglesia de cara y al lado de los excluidos, en la afirmación de la justicia y de la verdad.
YOLANDA CERON, el 30 de abril de 2001, durante un Consejo Extraordinario de Seguridad en Tumaco, presentó varias denuncias de violaciones a los derechos humanos que implicaban responsabilidad por acción y por omisión de militares de la Brigada de Infantería No. 2, en desarrollo de la estrategia paramilitar de la región. Después de las denuncias, en el acta No. 012/B2 BEIM-2 se observa la constancia del Padre GUILLERMO LEON CORREA “…que escuchó por parte del señor CF MUNERA JUAN DAVID un asistente a la reunión que el documento parecía ser escrito por subversivos”, refiriéndose a las denuncias presentadas por YOLANDA a través de la Pastoral Social de Tumaco.
Las denuncias YOLANDA CERON fueron de conocimiento de “PABLO SEVILLANO”, quien según uno de los testigos dentro del proceso, “afirmó, después de leer las denuncias, que a esa mujer había que matarla”.
Actualmente no existe ningún funcionario público vinculado a la investigación, sin embargo, a raíz de la información recaudada en desarrollo del proceso por el asesinato de YOLANDA CERÓN DELGADO, se originó un nuevo radicado (No. 1593) adelantado por un fiscal de la Unidad Nacional de Derechos Humanos en Cali, que ordenó la captura de 56 miembros del grupo paramilitar del “Bloque Libertadores del Sur”, entre ellos, la de tres miembros activos de las Fuerzas Militares (un capitán activo de la Policía Nacional, un capitán del Ejército Nacional y un suboficial del Ejército), las cuales se hicieron efectivas el 6 de diciembre de 2004, encontrándose actualmente afectados con medidas de aseguramiento por el delito de CONCIERTO PARA DELINQUIR (por el cual se procesa a los paramilitares).
De este panorama, difícilmente puede esperarse un verdadero esclarecimiento de los móviles y contexto en el que se produjo el homicidio de YOLANDA CERÓN.
Los sujetos procesales fueron convocados a la audiencia pública de juzgamiento, para el día 25 de abril de 2006, en la ciudad de Pasto, pero la misma fue aplazada en razón a que el Juez Segundo Especializado se declaró impedido para continuar el juzgamiento, asumiendo conocimiento del caso el Juzgado Primero Especializado. A la fecha no ha sido fijada nueva fecha para la continuación del juicio.
Hoy el espíritu de Yolanda continúa percibiéndose en medio del terror institucional en las calles de Tumaco, en el aleteo del mar, en la resistencia silenciosa de afrodescendientes que se enfrentan al monstruo de la palma aceitera y de la coca dentro de su territorio colectivo, invadido de estructuras criminales y perversas.
Bogota. D.C. 19 de Septiembre de 2006
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz