URGENTE solidaridad con el Pueblo de Olancho y el P. Andrés Tamayo – HONDURAS
Honduras epicentro del arrasamiento forestal, años de vida natural, de pueblos en exterminio de su identidad vital por los intereses de empresas privadas. Allá en Honduras un pequeño hombre, al lado de un pueblo, construyendo la América de la mama grande, afirman la vida, la dignidad.
El Sacerdote Andrés Tamayo llegó a Honduras hace 20 años, acompaña las comunidades empobrecidas de Olancho, “cuya rica historia forestal y cultural encierra luchas mortales por tierras y bosques”. El P. Andrés Tamayo ha sido amenazado de muerte por denunciar la deforestación irracional del bosque en Olancho.
En 1998 fue asesinado el ecologista Carlos Luna y en el 2000 Carlos Flores. Estos asesinatos, se suman a los de los ambientalistas Janeth Kawas, en 1995, y Carlos Escaleras, en 1997, los cuales se mantienen en completa impunidad.
La defensa de la biodiversidad de Olancho se ha unido a la lucha contra la impunidad en Honduras, desde hace cuatro años el P. Tamayo y los ecologistas sumaron el respaldo de Bertha Oliva, del Comité de Familiares Detenidos-Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).
La persecución, las amenazas, los atentados contra la vida del pueblo hondureño y del sacerdote Andrés Tamayo, que les acompaña, continúa. Voces de aliento, voces de solidaridad, voces de presión, voces de protección son hoy necesarias, urgentes e importantes.
Desde la Red de Alternativas a la Impunidad y a la Globalización del Mercado, espacio, dinámica de comunidades pequeñas, en contra vía, en propuestas y en afirmación de la vida… invitamos, convocamos, llamamos a acercarse al sentido de las luchas de un resto de Israel, un pueblo de pura vida, que defiende el agua, el bosque, la madre tierra ante el poder de la mentira, del terror, del dinero.
Los invitamos a suscribirse a la siguiente propuesta de carta al Gobierno de Honduras o a enviarlas directamente a las direcciones que aparecen al final. Adjuntamos también un artículo publicado por Tierramérica sobre la deforestación del bosque en Olancho.
La carta:
Cese la persecución en Olancho!
Estimados señores,
Las Asociaciones, las Instituciones y las personas particulares firmantes de esta carta se dirigen a las Autoridades de Honduras expresando una fuerte preocupación por cuanto está pasando en el departamento de Olancho con respecto a la cuestión forestal.
Conocemos el informe del 2001 de COHDEFOR donde se afirma que mas del 70% de los 112.492 Km. cuadrados del territorio nacional de Honduras es declarado de vocación forestal y que el País pierde 120.000 hectáreas de bosque cada año por causa de los incendios, del corte ilegal de madera, de la agricultura y de la ganadería intensiva.
En un informe del Banco Mundial del febrero 2003 se menciona que « la corrupción representa el instrumento principal para la explotación del bosque en Honduras ». El informe habla de un real desastre que provoca al Estado de Honduras pérdidas económicas alrededor de 1.000 millones de dólares cada año.
En la región de Olancho se encuentran gran parte de las forestas primarias del País y es también la región donde la explotación de los recursos naturales: minas, bosque y agua ha llegado a niveles extremos.
De otra parte conocemos el fuerte trabajo de sensibilización para la defensa del ambiente llevado a cabo por las comunidades, ambientalistas, catequistas y delegados de la palabra de Olancho. En lo específico nos referimos a la obra del Padre Andrés Tamayo y de las decenas de catequistas y promotores que se dedican a la protección del bosque, de las cuencas de aguas, del equilibrio ecológico y definitivamente a la sobrevivencia de las mismas comunidades en las cuales viven miles de gentes.
Conocemos las actividades del Movimiento Ambientalista Olanchano (MAO) y de la Comisión Nacional Marcha por la Vida que desde dos años, de manera coordinada y a través de manifestaciones pacíficas, luchan por que se mantenga la vigente ley ambiental y que la misma sea actualizada hacia una defensa integral del bosque y para que se revisen las concesiones de corte de madera al sector privado.
Expresamos nuestra preocupación por que sabemos que el Padre Andrés Tamayo en fecha 30 de octubre sufrió un nuevo atentado a su vida. Lamentamos también los atentados en contra de los sacerdotes Marco Aurelio de la parroquia de Santa Bárbara, José Adalberto Gómez de la parroquia de Cedros – Francisco Morazán y Fernando Carcamo de Olancho. Todos fueron atentados por la misma causa, la defensa del ambiente.
Estamos concientes del persistente clima de tensión y de amenazas al cual están sometidos muchos dirigentes comunitarios comprometidos con el MAO y en la defensa del bosque.
El equilibrio ecológico del Planeta y el respecto de los Derechos Humanos son asuntos que sobresalen las fronteras nacionales.
Por eso pedimos que las autoridades políticas competentes pongan fin a la indiscriminada explotación de la foresta y que velen para la seguridad y la integridad física y sicológica del Padre Andrés Tamayo y de las personas integrantes del MAO.
También pedimos, en frente a los rumores de una posible expulsión del Padre Andrés Tamayo por que es extranjero, que él no sea expulsado del País y que al contrario sea reconocida su obra social de gran valor para el pueblo de Honduras.
Firma
A quienes enviar – peticiones
Lic. Ricardo Maduro
Presidente de la Republica de Honduras
Casa Presidencial, Boulevard Juan Pablo Segundo
Tegucigalpa, D.C. – REPÚBLICA DE HONDURAS
Fax: 00 504 221 4552
Señor Porfirio Lobo Sosa
Presidente del Congreso Nacional
Palacio Legislativo
Tegucigalpa, D.C. – REPÚBLICA DE HONDURAS
Fax: 00 504 238 6048
E-mail: jlobo@congreso.gob.hn
Dr. Roy Edmundo Medina,
Fiscal General de la República
Ministerio Público, Colonia Lomas del Guijarro
Tegucigalpa – REPÚBLICA DE HONDURAS
Fax: 00 504 221 3099
E-mail: fiscal@edured.net
Dr. Ramón Custodio López
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos,
Avda. La Paz No. 2444 Contiguo a Galerías La Paz
Tegucigalpa – REPÚBLICA DE HONDURAS
Fax: 00 504 232 6894
E-mail: central@conadeh.hn
Al Obispo di Tegucigalpa
Oscar Andres Rodriguez
Arzobispado de Tegucigalpa
Ba. La Plazuela Casa 1113
Tegucigalpa – Honduras;
Tel. 00504 2370353 – 2200496
Fax 00504 2222337
arzobispad@arquidiocesistegu.org
“Olancho, la tierra donde caen bosques y hombres
Liderados por un religioso salvadoreño, pobladores de un departamento en el nororiente de Honduras intentan salvar sus bosques. El sacerdote Andrés Tamayo afirma haber sido amenazado de muerte por los empresarios madereros.
TEGUCIGALPA.- El movimiento de resistencia contra la tala de bosques en el nororiental departamento de Olancho, Honduras, es vigente y muestra signos de una nueva cultura, declaró a Tierramérica el sacerdote ecologista Andrés Tamayo, oriundo de El Salvador.
Hastiados de que la deforestación convierta en desiertos los suelos locales, los habitantes de esa entidad –la segunda más grande del país– han respondido al llamado del religioso católico a combatir la deforestación.
Tamayo, de 46 años, afirma haber sido amenazado de muerte y lideró a fines de junio una marcha de cinco días hasta la capital, Tegucigalpa.
Y miles de vecinos de varias comunidades del valle de Azacualpa, en la occidental región de Santa Bárbara, siguieron a principios de julio el ejemplo de los olanchanos, al protestar contra la depredación de los bosques locales.
Ese incipiente movimiento en defensa de los recursos forestales está encabezado por el también sacerdote católico Marco Aurelio Lorenzo y exige una veda parcial del corte de madera y protección a las principales cuencas hidrográficas de la zona.
Tamayo dijo que emprendió una guerra sin tregua contra el deterioro ambiental al observar las carencias de agua de un pueblo a causa de la devastación de los bosques.
Al menos la mitad de 2,5 millones de hectáreas boscosas de Olancho fue depredada, según la estatal Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal (Cohdefor), en este país de más de 11 millones de hectáreas de bosques.
El avance agrícola, ganadero e industrial es una de las principales causas de la reducción de áreas boscosas. Pero también el negocio ilegal de la madera.
En la poco transitada carretera a Olancho se aprecian a plena luz del día entre 15 y 20 carros cargando frondosos árboles. Tamayo afirma que el tráfico mayor es de noche y ambientalistas atribuyen a la explotación de los bosques la transformación de los suelos olanchanos en una desértica y árida sierra.
“Soy sólo una voz y no el centro de la noticia. Sí temo a la muerte, pero no cejaré en la lucha que me he propuesto: salvar de la destrucción forestal el departamento de Olancho”, aun cuando “parezca romántico hablar del medio ambiente y de la muerte de los pájaros”,
Los pobladores exigen que el Estado decrete una veda urgente en el corte comercial de madera en Olancho y en áreas protegidas aledañas para definir una política forestal sostenible.
Con el reclamo también de una supervisión social al manejo de bosques y una inspección técnica que revele los sitios explotados y la extracción de recursos naturales, la “Marcha por la vida” partió de la región de Salamá, la comunidad de Tamayo, y avanzó 280 kilómetros hasta Tegucigalpa, recibiendo a su paso agua, alimentos, abrigos y solidaridad de la población.
Pero los manifestantes no fueron atendidos por el presidente hondureño, Ricardo Maduro.
Tamayo dijo sentirse decepcionado por la negativa del jefe del Ejecutivo en recibirlos, pero fortalecido porque “hemos desarrollado una nueva pedagogía popular en donde el calor de la gente indica que nuestra lucha tiene vigencia”.
“Ordené una protección eficaz y especializada para el sacerdote las 24 horas del día. Yo defiendo la vida y creo que su causa es justa, por eso no quiero que mi gobierno y el Estado de Honduras se manchen con una muerte injusta”, dijo por su parte Maduro a Tierramérica.
Fernando Lardizábal, presidente de la Asociación de Madereros de Honduras, asegura que ese gremio se opone a una veda en la zona porque acarrearía enormes pérdidas y “tendríamos que despedir personal”.
El empresario rechazó que los madereros estén detrás de las amenazas contra la vida de Tamayo, a quien recomendó que “predique el evangelio y a nosotros que nos deje trabajar”.
Desde que Tamayo llegó a Honduras, 20 años atrás, trabaja en las comunidades más lejanas de Olancho, cuya rica historia forestal y cultural encierra luchas mortales por tierras y bosques.
Los ecologistas Carlos Luna y Carlos Flores fueron asesinados en 1998 y 2000, respectivamente. Esas muertes, sumadas a las de los ambientalistas Janeth Kawas, en 1995, y Carlos Escaleras, en 1997 –en la costa septentrional– jamás fueron aclaradas por la justicia.
Hace cuatro años Tamayo y los ecologistas sumaron el respaldo de Bertha Oliva, del Comité de Familiares Detenidos-Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).
Oliva se declaró desconcertada ante el rechazo de Maduro a atender a los manifestantes. “Traíamos en bandeja de plata una oportunidad para iniciar un debate serio sobre el problema forestal en Honduras”, argumentó a Tierramérica.
Según ella, de casi cien aserradores que existen en el país, 51 operaron en Olancho y ahora sólo 18 están activos, pues las ganancias del negocio maderero han menguado.
La ley permite extraer 1,2 millones de metros cúbicos de madera anuales. Pero la cantidad es mayor “porque no existe control del corte ilegal de madera. Las pérdidas son cuantiosas aunque no hay cifras exactas para medirlas”, sostuvo el gerente de la Cohdefor, Gustavo Morales.
(Por Thelma Mejía – colaboradora de Tierramérica)”
Tomado de:
http://www.tierramerica.net/2003/0721/acentos2.shtml
Bogotá, D.C. 31 de diciembre de 2004
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz