Situación Zonas Humanitarias del Jiguamiandó y familias de Curvaradó
Por segunda ocasión en menos de un mes, queremos dejar nuestra Constancia Histórica frente a los sistemáticos abusos de autoridad cometidos por agentes estatales vinculados a la Fuerza Pública y su actitud omisiva frente las actuaciones de tipo paramilitar que atentan contra los derechos de los afrodescendientes a su Vida y a su Territorio
Bogotá, D.C diciembre 15 de 2004
Doctor
EDGARDO MAYA VILLAZON
Procurador General de la Nación
Doctor
VOLMAR PEREZ
Defensor Nacional del Pueblo
Ref: Situación Zonas Humanitarias del Jiguamiandó y familias de Curvaradó
Reciban un respetuoso saludo.
Por segunda ocasión en menos de un mes, queremos dejar nuestra Constancia Histórica frente a los sistemáticos abusos de autoridad cometidos por agentes estatales vinculados a la Fuerza Pública y su actitud omisiva frente las actuaciones de tipo paramilitar que atentan contra los derechos de los afrodescendientes a su Vida y a su Territorio
* Domingo 28 de noviembre, a la 1.00 p.m aproximadamente, dos integrantes de los Consejos Comunitarios del Jiguamiandó y Curvaradó JUAN DIAZ y JOSE DEL CARMEN VILLALBA al llegar a la pista del aeropuerto de Murindó pasaron por el control de la policía.
En el lugar les revisaron el bolso. Luego le quitaron la agenda a JUAN DIAZ, le revisaron sus anotaciones y los números telefónicos y nombres que allí tenía. Luego lo sometieron a una serie de preguntas acerca del motivo de su viaje, de que parte del Jiguamiandó venía, ¿A qué va a Medellín?. Le exigieron un número telefónico para su ubicación en la capital de Antioquia, y con quién se iba a encontrar.
Unidades de la policía tomaron nota de los números telefónicos de la agenda del integrante del Consejo Comunitario . Minutos después, los agentes policiales afirmaron que él había estado en San Vicente de Caguán, cuando el proceso de diálogos con la guerrilla de las FARC, hecho sin ninguna sustentación, y por eso había conocido a un persona apodada “Cachaco Negro”.
En tono acusatorio le preguntaron por la guerrilla y por el apodado “Cachacho Negro”, persona igualmente desconocida por los dos miembros de los Consejos Comunitarios.
Agentes de la policía expresaron: “no se hagan, ustedes saben muy bien lo que hay en Nueva Esperanza” (…) “Ustedes conocen a “Cachaco Negro”, él es de la misma comunidad “Nueva Esperanza”, trabajaba por allá cómo no lo van a conocer” . Al campesino JOSE DEL CARMEN lo sometieron a las mismas preguntas.
Los integrantes de los Consejos Comunitarios exigieron permanentemente respeto a sus derechos a la movilidad, y al cese de interrogatorios intimidatorios y acusatorios.
A eso de la 1:25 p.m. cuando la avioneta se encontraba aún sin decolar ante la insistencia de los campesinos de que iban a perder el vuelo, los dejaron marchar.
* Miércoles 1 de diciembre desde las 9:00 a.m. afrodescendientes de los Consejos Comunitarios del Jiguamiandó y del Curvaradó escucharon hasta las 3.00 p.m el sonido de motosierras a unos 6 kilómetros de la Zona Humanitaria “Nueva Esperanza” en dirección a Buena Vista, poblado deshabitado por el desplazamiento del 2001, del Territorio Colectivo del Curvaradó.
Este mismo día se produjeron sobrevuelos de helicópteros de la Brigada XVII sobre el sitio conocido como La Pemada
* Jueves 2 de diciembre desde las 9:30 a.m. integrantes de los Consejos Comunitarios que habitan en las Zonas Humanitarias de Remacho escucharon aproximadamente a 10 kilómetros motosierras en el corte de árboles en los límites entre el antiguo poblado de Nueva Esperanza, abandonado por el desplazamiento de 2001 y Buena Vista.
En horas de la noche pobladores de la región constataron que se está llevando a cabo una deforestación de selva primaria en la zona, como un avance a la siembra de palma aceitera. La misma fuente indicó que próximamente se iniciarían la canalización de algunos afluentes.
* Viernes 3 y Sábado 4 de diciembre desde las 10:00 a.m. pobladores de las Zonas Humanitarias de “Nueva Esperanza” y “Bella Flor Remacho”, junto con observadores y acompañantes internacionales del Canadá e integrantes de nuestra Comisión Justicia y Paz, escucharon el sonido casi ininterrumpido de motosierras en cercanías de los antiguos lugares de los poblados de Nueva Esperanza y Bella Flor Remacho, Territorio Colectivo del Jiguamiandó.
El fuerte sonido el día viernes se mantuvo hasta las 3.00 p.m. y el sábado hasta la 1.00 p.m.
* Lunes 6 de diciembre desde las 9:15 a.m. hasta las 3.00 p.m. se escucharon varias motosierras durante este lapso de tiempo en dirección a Buena Vista, en el Territorio Colectivo del Curvaradó.
Los acompañantes internacionales del Canadá e integrantes del equipo misionero de nuestra Comisión de Justicia y Paz conocieron que el avance de la deforestación dentro del Territorio Colectivo del Curvaradó es rápido. Las hectáreas que vienen siendo arrasadas de modo ilegal son bastantes. En desarrollo de la deforestación personas de Belén de Bajirá y Brisas han observado la presencia de personas vestidas de civil con armas cortas.
Nuestra Censura Moral ante las operaciones de registro y de control sobre los habitantes del municipio de Murindó por parte de los agentes policiales que se encuentran en la cabecera municipal se realizan con la extralimitación de sus funciones, con el abuso permanente de autoridad. Se concibe a los civiles como aliados de la guerrilla, como sus informantes o sus auxiliares. De modo arbitrario se desarrollan acciones de inteligencia que sustentadas en testigos falsos, presionados o pagos, pretenden construir versiones verosímiles de hechos imputables a cualquiera que sea concebido como guerrillero.
La frontera entre el justiciero y el armado, entre el civil y el militar se confunden permanentemente. Los papeles constitucionales de uno y otro se borran frecuentemente. La Fuerza Pública oficia en los dos papeles. La traspolación de lo militar a lo civil suele suceder cotidianamente es imposible en la lógica de la seguridad dominante comprender la distinción, la diferencia de roles.
Nuestra Censura Moral ante ese ejercicio de seguridad pretendidamente contra insurgente, dirigido contra la población civil, no es restrictivo ni intolerante con la estructuras confusas, difusas y evidentemente cualificadamente clandestinas de lo paramilitar. En Belén de Bajirá, en Brisas, en Mutatá, en Barranquillita, en Río Sucio, en Turbo, en La Balsa –Cacarica- los retenes, los ejercicios de control poblacional de bienes y de servicios coinciden con presencias institucionales de la Brigada XVII y de la Policía de Urabá .
Nuestra Censura Moral en el caso del Territorio Colectivo del Curvaradó por los avances de la agroindustria de la palma aceitera se abre caminos en condiciones de “seguridad” privada o perimentral institucional, mientras los indígenas, los afrodescendientes y los mestizos soportan los efectos directos de la destrucción de sus territorios, la aniquilación de su derecho a la existencia, la inseguridad absoluta. Evidentemente el Estado Colombiano desconoce la resolución de las medidas provisionales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El Estado de Hecho es el de Derecho.
Nuestra Constancia y Censura Moral ante la impunidad de los Crímenes, atentados, atropellos, desplazamientos desde octubre de 1.996 que hasta hoy ha sido el pilar de una experiencia de desterritorialización, de destrucción y de aniquilación de los Derechos a la Vida y al Territorio de las comunidades.
De toda consideración esperando que se salvaguarde los derechos a la Vida y al Territorio actuando desde sus funciones constitucionales con eficacia y con urgencia,
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ