Sitiadas comunidades indígenas de Jiguamiandó
A las 3:00 p.m. pobladores indígenas del Resguardo Urada Jiguamiandó comunicaron que se encuentran rodeados por grupo de los neoparamilitares de las autodenominadas “Autodefensas Gaitanistas de Colombia” (AGC) en los puntos conocidos como: La Mina, La Selva, El Tamboral, El Chorro, Canalón, La Dominga y la finca Abracharia.
Desde el miércoles 8 de marzo más de 100 armados, vestidos de camuflado se presentaron ante pobladores indígenas como “Autodefensas Gaitanistas de Colombia”, afirmando que se iban a quedar en el territorio y que se abstuvieran de denunciar sobre sus movimientos porque ellos recibían rápidamente la información de quien los había denunciado.
El pasado jueves 9 de marzo a las 7:00 am indígenas que pretendían desarrollar sus labores de caza observaron la movilidad de cerca de 50 hombres vestidos de camuflado y con armas largas y radios de comunicación por el punto conocido como La Selva hacia la comunidad indígena Nuevo Cañaveral.
Los armados se ubicaron en el punto conocido como La Dominga en el territorio del Consejo Comunitario de Jiguamiandó y en límites con el Resguardo indígena y se encuentran allí realizando operaciones de control sobre la población en La Mina, en Tamboral y El Chorro.
Los pobladores indígenas están esperando la respuesta eficaz del Estado ante la ocupación territorial si no existiese una respuesta pronta y oportuna, los pobladores se verán obligados a desplazarse.
Mientras las comunidades indígenas están sitiadas se continúan desarrollando operaciones de deforestación, extracción minera ilegal, y la siembra de coca por ocupantes de “mala fe”.
En la comunidad de Cañaveral se encuentra una retroexcavadora de Fabián Vásquez y en el brazo de La Dominga del río Tamboral una retroexcavadora de un hombre apodado “El Mono”. Otra retroexcavadora que está causando graves daños ambientales y alimentarios es la de León Fernández en Urada. La extracción minera de oro está generando una grave y delicada fragmentación comunitaria que es usada por armados ilegales para ampliar sus operaciones contra derecho.
La maquinaria pesada ha sido observada por las fuerza militares que han desarrollado operaciones armada entre enero y febrero. Sin embargo, a pesar de las evidencias, las operaciones extractivas continuaron sin ninguna acción institucional.
Desde el 2009 como lo han denunciado, las comunidades de “mala fe” han ido tomando las tierras indígenas en Ibudi y Uradá donde hay siembras de coca, que ya están extendiéndose a menos de 15 minutos de la comunidad indígena de Alto Guayabal
Las siembras ilegales en predios indígenas se encuentra en Urada, Ibudó, Padadó y Nuevo Cañaveral.
Los factores de riesgo no han sido enfrentados tanto los militares por la incursión de neoparamilitares, como la de la economía ilegal y otras con serios vicios de ilegalidad.
El riesgo de desplazamiento es inminente.
Bogotá, D.C., marzo 11 de 2017
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz