SIN OLVIDO – Masacre en el río Naya. 24 años sin verdad, ni justicia.
24 años de desprotección institucional, terror, muerte, desplazamiento, Naya un caso de impunidad y silencio institucional.
Entre el lunes 09 y el viernes 16 de abril de 2001, las comunidades negras e indígenas del Río Naya fueron víctimas de una caravana de terror y muerte en su territorio, que se inició desde la parte alta del Naya, hasta llegar a las comunidades que se encuentran ubicadas en la ribera del río.
El Bloque Calima al mando de Everth Veloza conocido como HH, irrumpió sobre el territorio del Naya en la Semana Santa de ese inolvidable 2001, un recorrido que generó dolor, angustia, lágrimas a las familias nayeras que vieron seres queridos asesinados, cuerpos arrojados a precipicios de donde nunca pudieron ser recuperados. Un recorrido de terror que no fue frenado por parte de autoridades militares que debían proteger la vida de la población Nayera.
La estructura paramilitar ingresó por la comunidad de la Concepción del Alto Naya, avanzó hacia las comunidades vecinas ubicadas en el Bajo Naya, asesinando, torturando, amenazando y generando el desplazamiento de los pobladores de El Ceral, La Vega, El Crucero, Rio Minas, La Paz, El Saltillo. Los paramilitares no respetaron a nadie, hasta niños fueron asesinados, desocuparon y quemaron viviendas, hurtaron bienes y lo demás fue destruido.
En una práctica que ha caracterizado al paramilitarismo, miembros de este grupo en el caserío de la Concepción hicieron fiesta, celebrando la imposición de la muerte sobre los habitantes del Naya, celebraban el dolor y el desplazamiento comunitario.
El miércoles 14 de abril, JUANA BAUTISTA ANGULO quien padecía de una discapacidad mental, se encontraba sola en el caserío de Cascajito y de manera infame fue abusada sexualmente y asesinada por los paramilitares, quienes permanecieron por dos días en este lugar impidiendo que los pobladores se acercaran.
El final de este fúnebre y macabro recorrido del grupo paramilitar terminaría transitando por las comunidades de Dos Quebradas, Las Pavas y San Francisco Naya el viernes 16 de abril.
Una Semana Santa donde el Naya vivió en carne propia la pasión y muerte de Jesús de Nazareth; hombres y mujeres que por muchos años construyeron sus vidas en este territorio, descendientes de personas esclavizadas que organizaron y fundaron comunidades, formas de vida con una identidad cultural y espiritual fuerte con arraigo y respeto a la vida.
A 24 años de este nefasto hecho, honramos la vida de cada una de las personas asesinadas y desaparecidas en el Río Naya, celebramos su resurrección y admiramos la capacidad organizativa del consejo comunitario por transitar a escenarios dignificación de la población Nayera, exigiendo el cumplimiento al Estado y gobierno colombiano las garantías de no repetición de los hechos. Por mantener viva la memoria de cada una de las personas vulneradas en sus derechos, en especial por la figura de JUANA BAUTISTA ANGULO quien se ha convertido en un referente de búsqueda de Verdad y Justicia.
SIN OLVIDO 24 años afirmando el derecho al arraigo y permanencia en el territorio de las comunidades negras e indígenas del Naya.
SIN OLVIDO 24 años evocando la vida de sus hermanas y hermanos asesinados y desaparecidos, desde una memoria transformante buscando el esclarecimiento de la verdad.
SIN OLVIDO 24 años afirmando el derecho a la vida con dignidad y respeto a la autonomía.
SIN OLVIDO 24 años en nuestra memoria JUANA BAUTISTA ANGULO y demás víctimas viven presentes en la memoria de la humanidad como un símbolo de paz.