“!Señor ‘40’, devuélvanos nuestras tierras!”

El primero de septiembre de 2001 un grupo paramilitar reunió varios campesinos del municipio de San Ángel, al sur del Magdalena, comandados por Augusto Francisco Castro Pacheco, alias ‘El Tuto’, hoy desmovilizado del bloque Norte y quién se encuentra en libertad, para informarles que ‘Jorge 40’ había decidido que debían abandonar sus tierras. Les dijeron que los paramilitares las necesitaban. Sabían que quién se opusiera a sus órdenes sería asesinado.


Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, tenía en San Ángel su base de operaciones. Allí implementó un régimen de terror y control a toda la población. Nada se hacía sin su consentimiento.

Bajo el imperio de ‘40’, muchos hicieron su agosto. ‘El Tuto’ Castro, hermano del ex senador Jorge Castro Pacheco (hoy procesado por parapolítica) y Miguel Gnecco Pacheco, alias de ‘Don Armando’, empezaron a presionar a cientos de campesinos de la región para que les vendieran sus parcelas a precios irrisorios. Muchas de esas tierras les habían sido adjudicadas a los magdalenenses por el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria, Incora. En otros casos, simplemente los amenazaban para que les traspasaran sus propiedades sin pagarles un solo peso.

En 2005, aun antes de que ‘Jorge 40’ se desmovilizara, varios campesinos de la región, quizás pecando de ingenuos y aún creyendo que los hombres de ‘40’ habían actuado sin que éste supiera, se atrevieron a enviarle cartas al jefe paramilitar rogándole que les devolviera sus tierras.

En sus cartas, los angustiados campesinos le hacen un relato a ‘Jorge 40’ de las penurias que les ha tocado vivir desde que fueron despojados por sus lugartenientes.

Uno de ellos, Miguel* denunció ante la Fiscalía que le tocó huir de San Ángel porque se negó a traspasar su finca de 45 hectáreas a ‘Tuto’ Castro.

“… Nos manifestaron que ‘El Tuto’ a nombre de ‘Jorge 40’ nos mandaba a decir que debíamos abandonar todas la tierras… que las Auc necesitaban las tierras y por eso debíamos marcharnos. No me quería venir porque tenía 120 reses y como no tenía para dónde echarlos, sin embargo las autodefensas nos obligaron, tuve entonces que sacar los animales y en la salud se me murieron y perdieron 15 animales, los mal vendí o me los fui comiendo debido a que cómo no tenía donde tenerlos tuve de afán que hacer eso, antes de perderlos.

“Las autodefensas del señor ‘Tuto’ Castro me estaban buscando para que yo les diera firma en las que les hacía traspaso de mis tierras y yo no quise, por tal motivo estuve escondiéndome en muchas casas del pueblo hasta que no me tocó otra que desplazarme… sin embargo tuve que irme a esconder a otro pueblo evitando que las Auc me mataran o me hicieran firmar el traspaso”.

Según el relato de este desplazado, nunca pudo volver a la finca ya que temía por su vida y los paramilitares tampoco han devuelto la propiedad a Acción Social como pudo comprobar Verdad Abierta.

Sin embargo, a los cuatro años de haber sido despojado, Miguel decidió enviarle una carta a ‘Jorge 40’ en la que le ruega que le devuelva sus tierras.

“Con mi acostumbrado respeto me dirijo a usted con el fin se sirva a autorizar a quien corresponda se me haga devolución de las tierras ubicadas… en el municipio de San Ángel… de estas tierras fui desalojada hacen (sic) 4 años y de ella depende el sustento de mi familia, hoy usufructo de ellos, nos encontramos deambulando de ciudad en ciudad en busca de nuestro sustento, somos una familia trabajadora y de buenas costumbres por lo tanto ruéguele se sirva poner a nuestra disposición la tierra en mención que fueron desalojadas por el César Augusto Castro Pachecho, alias ‘El Tuto’ quien prometió hacer el pago respectivo por el valor de dichas tierras y nunca se hicieron los desembolsos de el dinero(sic) por lo tanto quiero mi tierra”.

Alberto* había logrado que en 1999 el Incora le adjudicara una parcela de 40 hectáreas en San Ángel. Allí había levantado a sus hijos y vivía en tranquilidad con su esposa hasta un día del 2001 cuando paramilitares enviados por ‘Tuto’ Castro le dieron el recado que ‘Jorge 40’ necesitaba su finca.

“El señor alias ‘El Tuto’ llegó a mi casa y habló con mi señora, como no estaba me dejó razón que necesitaba comprar mi finca… Luego mandó a otros hombres para que le vendiera la tierra a través de un señor de apellido Nieto… me dijo que le diera los títulos de la tierra para un préstamo en el banco”.

A este campesino le tocó huir con su familia y hoy se encuentra desplazado lejos de su tierra. El también le envió una carta a ‘Jorge 40’ suplicándole que le devolviera su propiedad.

“De estas tierras depende la supervivencia de mi familia, por cuanto de ellas deriva nuestro sustento y el futuro de nuestros hijos, por lo tanto ruégole se sirva poner a nuestra disposición las tierras en mención que fueron desalojadas por el señor Augusto Francisco Castro Pacheco, hace aproximadamente cuatro años, quien prometió hacer el pago respectivo y nunca se hicieron los desembolsos”

En otro de los casos, Horacio* un campesino que había heredado una finca de 152 hectáreas y más de 100 reses, Miguel Gnecco Castro alias ‘Don Armando’ lo abordó en su propiedad el 15 de febrero de 2000 y le dijo que le debía vender porque si no lo hacía asesinaría a uno de sus hijos.

‘Don Armando’ tasó la finca y el ganado en 15 millones de pesos. A Horacio no le quedó otra que venderle y desplazarse a otra población. Sin embargo en febrero de 2005 se atrevió a pedirle a ‘Jorge 40’ que le pagara el precio justo por su tierra.

“El señor supuestamente Armando, me obligó a venderle mi potrero, diciendo que tenía que venderle y desocuparle la finca, porque de lo contrario, lo haría forzosamente y de la peor manera, presionándome a actuar a venderle a un precio no adecuado que él me impuso, de no hacerlo correría peligro mi vida y la de los míos”

A la fecha ni Rodrigo Tovar, ni César Castro, ni Miguel Gnecco les han devuelto las tierras a estos campesinos, ni nunca les pagaron el valor real.

Los paramilitares también aprovecharon las necesidades de los campesinos para pagar un precio menor por las propiedades, como le ocurrió a Marta* una campesina de Pivijay, que también fue visitada por alias ‘Don Armando’.

En su carta a ‘Jorge 40’ le relata cómo ‘Don Armando’ le envió el recado que debía desocupar la tierra para meter un ganado de su propiedad y que le pagaría 50 mil pesos por hectárea. También que, cuando ella valientemente se negó a traspasarle los terrenos, el paramilitar amenazó a uno de sus hijos.

“Entonces me respondió que la persona inteligente se salvaba, como llegó con varios tipos armados o le dije que esperara a que hablara con mis hermanos y al día siguiente otra vez se presentó con otro poco de gente armada, me llamó para el patio, mientras la mujer y el poco de gente armada se metieron a registrar la casa como yo estaba tan nerviosa le dije que me pagara la tierra a quinientos mil pesos…

“El me contestó que el 5 de agosto me daba la plata y como yo estaba enferma me mandó a desocupar los pelaos el 17 de junio porque necesitaba la tierra antes del mes… Yo como estaba tan nerviosa me quedé esperando la plata.

“Al año y tres meses se presentó con ocho millones de pesos, como tenía a mi mamá tan grave y no tenía ni un centavo me tocó cogerla”.

Después de varios ires y venires a Marta solo le entregaron 39 millones de pesos por una propiedad que costaba mucho más y fue obligada a desplazarse del sitio que le servía de sustento a ella y a su familia. Sin embargo, como esperando piedad de quien no la tenía, le pidió al poderoso ‘Jorge 40’ que le devolviera sus tierras.

“Yo considero que el señor Armando debe hacerme entrega formal de mi potrero ya que hasta la fecha no le hecho entrega formal del potrero ni le he corrido las escrituras”.

Estas cartas fueron encontradas por el CTI de la Fiscalía en un allanamiento que hicieron a una de las propiedades de ‘Jorge 40’ en San Ángel en el 2006, y, sin embargo, hasta la fecha no se ha judicializado ni a ‘Tuto’ Castro, quien se desmovilizó con el bloque Norte, ni mucho menos a ‘Don Armando’. Estos dos desmovilizados continúan en libertad y varias de sus víctimas aseguran que siguen con la posesión de las tierras que le robaron a cientos de campesinos de la zona de San Ángel.

Mientras que los campesinos que fueron despojados de sus propiedades aún continúan deambulando por la Costa Caribe colombiana sin poder regresar a las tierras.

* Todos los nombres de los campesinos fueron cambiados por seguridad, ya que muchos de ellos han denunciado amenazas

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