Salario con Justicia Social 2013
En 10 años el salario mínimo aumentó apenas 130 dólares
El pueblo colombiano exige un salarió mínimo con justicia social. En 10 años solo aumentó 234.700 pesos: pasó de 332.000 en 2003, a 566.700 en 2012. El último incremento solo alcanzó 31.000 pesos. Así repitan esta cifra, no superaría los 600 mil. ANIF propone aumentar el 4.2% mientras sus ganancias aumentaron 169% a junio pasado. Con éste tipo de políticas es que Santos pretende reducir la desigualdad y convertirse en “traidor de su clase”.
Recién comienza el proceso para determinar el salario mínimo 2013. Los medios de comunicación lo anuncian con titulares que nada tienen que ver con las características de tal proceso: “comienza la puja por el salario mínimo”, dicen.
No puede llamarse “puja”, a una metodología en la que los empresarios llegan con una cifra, los trabajadores presentan otra, pero si no se ponen de acuerdo, el gobierno lo define por decreto: siempre en una suma cercana o igual a la iniciativa de los empresarios. A todas luces, los ricos trabajan con burro amarrado. Parafraseando el Manifiesto Comunista, así justifica el Estado que es la junta que administra los negocios de la burguesía.
Mientras es definido el salario mínimo, puede resultar importante tener en cuenta algunos elementos que no son considerados en éste simulacro de democracia y de escenarios de concertación. Por lo menos no públicamente, pues sería cargar aun más el sistema de ilegitimidad, al mostrar el cinismo y el descaro con el cual es definida esta política. Tengamos en cuenta en esta reflexión, el tema de las variables para definirlo y los sujetos que participan.
En primer lugar, en el tema de las variables consideradas para definir el salario mínimo, no vemos una discusión pública sobre la tasa de ganancia de la burguesía. Es claro que tasa de ganancia y salario van en caminos diferentes: mientras la primera sube, el segundo baja: esas cuentas no se discuten en la mesa de concertación, pues hacen parte de los privilegios de clase. Esta variable se incluye en los previos entre la burguesía y el Estado, ya que juntos tiran calculadora y juntos organizan el circo para invisibilizarla con variables y discusiones tecnocráticas, a saber, el crecimiento, la productividad y la inflación.
A propósito de la inflación, la otra variable que tampoco aparece con fuerza es la canasta básica familiar y las necesidades de los trabajadores, las trabajadoras y del pueblo en general. Aquí abajo sabemos que todo aumenta por encima del 3% calculado por el DANE y el Banco de la República. Sobre la canasta básica, Colombia está llena de ambigüedades y aquí introducimos algo para retomar luego cuando conozcamos la cifra del salario 2013.
En la sección de preguntas frecuentes de la web del DANE, aparece esta inquietud con su respectiva respuesta: “¿Cuál es el valor de la canasta básica? Por el objetivo de la investigación, es decir, “calcular la variación promedio de los precios de una canasta de bienes y servicios representativos del consumo de los hogares del país”, donde la base del ejercicio son los precios por unidad de producto de cada uno de esos bienes y servicios, el precio de una camisa, el precios de televisor, el valor de una matrícula, etc., no es posible calcular el valor de la canasta, pues la valoración de canastas es un ejercicio que además de los precios considera las cantidades consumidas de cada bien en cada uno de los hogares, teniendo como variables del control el tamaño de las familias, la estructura de edades del hogar, etc. Y esto trasciende la logística de la investigación en cuestión.”
Y otras variables ausentes en la mesa son la pobreza y la desigualdad. Ausencias como estas evidencian que las metodologías para calcular la pobreza no son más que propaganda sobre reducción del problema. Y por otra parte, demuestran que la mejor forma de rebajar las cifras es cambiando las metodologías de medición, y no aumentando la capacidad adquisitiva de la población y garantizando sus derechos. Esto ni se menciona en la definición del salario mínimo.
En segundo lugar, tengamos en cuenta los sujetos que participan. Son los mismos gremios y los mismos representantes de los trabajadores que han participado en las anteriores “pujas” donde siempre ha salido perdiendo la clase obrera. No podemos esperar sorpresas del neoliberalismo, aunque siempre podrá ser más salvaje.
Por los gremios van a la mesa representantes de la ANDI, SAC, FENALCO, ACOPI y Asobancaria. Ya entre ellos han ofrecido entre el 3 y el 5%. No pasaría de 600 mil pesos. Sacan los mismos argumentos de siempre y los van posicionando en sus propios medios de comunicación demostrando una vez más a que intereses obedecen. Van untando la pomada antes del garrotazo. Argumentos como “los altos salarios van en contra de la generación de empleo y de la formalización”, son parte de la verborrea de estos bellacos. Casi hay que agradecerles que nos dan trabajo.
Observemos estas cifras. Para el presidente de ANIF, Sergio Clavijo, lo ideal sería un incremento del salario mínimo del 4.2%, con el fin de no afectar la generación de empleo en el país. (Caracol Radio, diciembre 2 de 2012). Esta misma entidad anunció que las ganancias de la banca crecieron 169% a junio de 2012. El sistema financiero reportó utilidades de 16,7 billones de pesos en el primer semestre. (Portafolio, agosto 15 de 2012). ¿Acaso no es esto indigno, humillante y miserable?
Por el lado de los trabajadores están las centrales obreras CUT, CGT y la CTC, entre otras. Las mismas de siempre y con un personaje, éste si traidor de su clase y santista, que además de que avala las variables tecnocráticas, llega a la mesa con posiciones conformistas cuando no derrotistas.
El presidente de la CGT Julio Roberto Gómez, dijo que van a llegar a un acuerdo conjunto “porque aquí no se trata del que más pida, sino de hacer una solicitud de una cifra que finalmente se pueda acordar o conseguir”. (Caracol Radio, noviembre 27 de 2012) Y además dijo: “Estamos tratando de construir un consenso para una cifra que sea favorable, es decir, ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre.” (www.elcolombiano.com, 4 de diciembre de 2012).
Favorable a la burguesía será. No señor Gómez: no se trata de pedir. Y si toca quemar el santo, que se queme y así no habrá que alumbrarlo. No es gratuito que los medios de comunicación le den el mayor protagonismo a éste personaje, por encima de otros que pudieran representar los intereses de nuestra clase.
Cuando sea definido el salario mínimo 2013, entonces analizaremos para qué alcanza.
Fuente: http://www.abpnoticias.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=1888:colombia-salario-con-justicia-social-2013