Reinaldo Perdomo Hite
Reinaldo no era de las personas que se levantaba ante los demás solo con un discurso; él era conocido por ser un excelente líder que con pocas palabras podría motivar a los campesinos a resistir. Su fortaleza interna y pasión por la reivindicación de cientos de campesinos y campesinas que vivieron en carne propia el rigor de la guerra y el terror Estatal, lo animaron a organizar a su comunidad a raíz de las graves violaciones a los derechos humanos y desplazamientos forzados cometidos por la estrategia Paramilitar y militar en la región del Ariari ocurridas en el año 2001.
Desde el año 2000 la región del Alto Ariari, no solo sufrió las consecuencias de las incursiones paramilitares, estas estuvieron precedidas de amenazas a los pobladores y fue consolidada a través de reuniones comunitarias, bloqueos económicos, puestos de control y retenes, de asesinatos y de desapariciones forzadas, ofensivas armadas y saqueos, que originaron el desplazamiento de más de 750 familias de toda la región, todas estas actuaciones paramilitares fueron combinadas con actuaciones regulares del Batallón 21 Vargas, adscrito a la VII Brigada del Ejército Nacional, con el pretexto de perseguir a la guerrilla de las FARC EP.
Pero los desplazamientos forzados fueron una constante en la vida de Reinaldo, que desde pequeño tuvo que vivir las consecuencias del desplazamiento forzado llegando así del Cauca, a la zona del Alto Ariari a la Esmeralda en donde conformó su familia.
En el año 2002 tras la incursión paramilitar, nuevamente tuvo que desplazarse forzadamente, por lo que llegó hasta la ciudad de Villavicencio junto con otras familias. Desde ese entonces con trabajo, dedicación y la creación de comités, logró organizar a más de 35 familias en búsqueda de justicia, verdad, reparación y la firme convicción de regresar al territorio. Sin duda Reinaldo estaba dispuesto a todo por ver felices a las familias campesinas, así tuviera que entregar su propia vida para ello.
Hacia las 8 p.m. del martes 12 de agosto de 2003, después de haber participado en una reunión del Comité de Desplazados y Víctimas de la Violencia del Meta; Reinaldo se encontraba es su casa ubicada en el barrio Ciudad Porfía, mientras cenaba, fue avisado de una llamada telefónica que debía contestar en el billar que quedaba en frente de su residencia; cruzando la calle recibió tres disparos en la cabeza, propiciados según testigos, por un joven alto de cabello claro, quien se alejó del lugar caminando tranquilamente con el arma en su mano y dirigiéndose hacia la calle principal de Ciudad Porfía. Irónicamente, a pocos metros del lugar donde fue asesinado Reinaldo, está ubicada una estación de Policía.
A las 11:30 p.m la Fiscalía realizó el levantamiento del cuerpo y durante la diligencia un miembro de la Fiscalía preguntó por la agenda personal de Reinaldo, en la que había consignado algunos datos acerca de la búsqueda que los paramilitares de la zona del Alto Ariari, adelantaban contra personas que organizaban a los desplazados del municipio del Castillo, Meta, debido a las denuncias e investigaciones que se adelantaban para determinar los responsables de los desplazamientos ocurridos en el municipio de El Castillo.
Días antes de su asesinato Reinaldo participó dando su testimonio en la Zona Humanitaria de CAVIDA en el Cacarica Chocó, con motivo de una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, donde presentó la situación de violación de Derechos Humanos del Meta en particular, la del Ariari. Acompañado por diversas organizaciones campesinas, y sociales venía adelantando una propuesta de protección y de animación de la Defensa de la Vida y del Territorio de los desplazados del Ariari que se encuentran en Villavicencio y en otras ciudades del país.
En la actualidad el caso se encuentra en la Fiscalía 08 Especializada de Villavicencio, sin ningún avance en materia jurídica, el asesinato de Reinaldo Perdomo Hite sigue en total impunidad. Este crimen expresa la ausencia de voluntad política del Estado para posibilitar el derecho a la asociación, a la libre expresión, al derecho al retorno con dignidad. La consolidación de las estructuras militares encubiertas en el departamento del Meta, que al ser develadas o denunciadas, por las pocas voces aún existentes en el Meta son acalladas por la Fuerza; expresa la inacción de la Justicia que bajo supuestas investigaciones expía su responsabilidad en la ausencia de esclarecimiento y de sanción de los responsables de millares de crímenes cometidos desde la década de los 80.
El asesinato de Reinaldo exhuma la memoria de Delio Vargas, de Josue Giraldo, de Oswaldo Gonzalez, Gonzalo Zarate, Eder Castaño, Pedro Malagón del Meta, de cientos, de miles y miles de vidas desaparecidas, asesinadas, torturadas, obligadas al exilio, sometidas a la persecución, al exterminio, por la simple razón de apostar en un país distinto, sin exclusiones, con democracia, con pan y con libertad, un país donde el respeto a los derechos humanos integralmente concebidos sean la condición de la paz.
Hoy el Ariari sigue padeciendo, continúa llorando, creyendo en la esperanza de esas resistencias que anónimamente, que silenciosamente defienden la Vida y el Territorio a pesar del Terror del Estado, a pesar de las guerras.
Ese Vendito Día solo Estaba su cuerpo; Su Alma ya Partía.
Con ello entendí la Injusticia que se Cometía con un Hijo; Esposo;Padre;Abuelo y hermano; y con ello toda una esperanza para toda una Comunidad que confiaban en ti.
Entendí porque lo Asesinaban.
Pero su partida es Símbolo de Esperanza y fe para los que construimos Memoria en Medio del Dolor.
Que el Apoyo al SI es para empezar a construir proyectos de Vida de las Comunidades y de todos los Actores Sociales que creemos que es necesario otra Democracia.
Si A la Paz. Deidania Perdomo Ojote
Reinaldo Perdomo Hite en la Memoria.
Reinaldo Perdomo Hite Sin Olvido.