¿Quién es el ‘Gatico’, el senador de las apuestas?

Héctor Julio Alfonso López enfrentaría una demanda de pérdida de investidura por el negocio del chance.

Enilce López, la ‘Gata’, vuelve a dar de qué hablar en la costa Caribe y, sobretodo, en Sucre cuando estalló como pólvora la noticia de una de sus empresas podría no vender más chance en la región. La firma de apuestas es Aposucre, la piedra angular sobre la que la empresaria edificó su emporio y pudo controlar económica y políticamente la región.


Aposucre recientemente le apostó a la renovación de la concesión por 6.389 millones de pesos que por cinco años más le permitiría la operación del juego del chance en el departamento y el proceso, que debe definir la Empresa Comercial de Juegos, Suerte y Azar (Emcoazar), avanzaba sin inconvenientes.

Esa era la situación hasta que la Secretaría de Transparencia de la Presidencia reveló que la empresa de la ‘Gata’ estaría inhabilitada porque uno de sus accionistas, el senador del PIN (e hijo de la empresaria) Héctor Julio Alfonso López, posee el 7 % de la propiedad, seguido en importancia por su hermano José Julio Alfonso.

La presunta irregularidad es una: los congresistas no pueden contratar con el Estado. La junta directiva de Emcoazar acusó recibo de la denuncia y su gerente Edwin Romero no tuvo otra alternativa que plantarle la cara al asunto.

A través de un comunicado informó que la licitación, que debía otorgarse lo más pronto posible pues el contrato actual vence el próximo 31 de agosto, quedará suspendida por 15 días y anunció que sobre esta licitación no se han advertido irregularidades.

Durante este tiempo se resolverán las dudas de la Secretaría para la Transparencia y si no se encuentran méritos para seguir con la suspensión se puede levantar en cualquier momento. En conversación con Semana.com Romero aseguró que Aposucre es la única empresa que se presentó a la licitación y que presentó los requisitos exigidos.

¿Quién es el ‘Gatico’?

Se trata del joven heredero de la ‘Gata’ que llegó al Congreso de la mano del poder político de su progenitora. Representa al partido PIN, uno de los más cuestionados porque algunos de sus representantes hicieron alianzas macabras con grupos paramilitares.

Es un hombre callado de muy poca figuración que no ha estado en los grandes debates del Congreso. Solo cumple con asistir a las sesiones del Congreso y de la comisión de la que hace parte. No se le conoce ser autor de debates de control político ni de iniciativas trascendentales y su trabajo muchos lo califican como “muy pobre”.

En un informe de gestión de la legislatura 2012-2013 se indica que rindió dos ponencias en temas menores como el proyecto de “fomento y protección del arbolado y los bosques urbanos”, la ley sobre “argumentos ambientales” y radicó un proyecto de ley por medio del cual se establecen los criterios de equidad de género en la adjudicación de tierras baldías”.

Héctor Julio Alfonso llegó al congreso con 78.767 sufragios y, según la página del Congreso de la República, no reportó la declaración juramentada de bienes. Lo que sí hizo fue presentar el registro de intereses privados: es socio nada más ni nada menos que de las empresas Aposmar S.A., Unicat S.A., Uniapuestas S.A., y Aposucre S.A., empresas que arrojan miles de millones al año por cuenta del negocio del chance en toda la Costa que obtienen a través de concesiones con los departamentos.

Precisamente esta última la que no tiene contra las cuerdas porque contra él interpondrán una demanda de pérdida de investidura por hacer negocios con el Estado. Semana.com quiso conocer la versión del senador pero no fue posible contactarse con él.