¡Que hiede, hiede!

Resulta un verdadero disparate que sean los propios autores intelectuales de las interceptaciones ilegales a los magistrados, periodistas y opositores quienes ofrezcan una recompensa de 200 millones de pesos para las personas que delaten a los responsables.


Por supuesto que el dinero de esa recompensa ya tiene dueños, se trata de dos personas que nos contaron quién es el Montesinos del espurio régimen que nos gobierna desde la Casa de Nari y a quien el senador Héctor Elí Rojas llama el Montesinos bicéfalo: por un lado Don Berna… Bernardo Moreno, y por el otro José Obdulio Gaviria (JOG). Salvo, por supuesto, que haya un tercero.

En efecto, hace una semana María Isabel Rueda aseguró que el Montesinos era Bernardo Moreno y Jorge Lagos, ex director de Inteligencia del DAS, afirmó que José Obdulio Gaviria también mandaba a chuzar, luego estos dos ciudadanos pueden arrancar a pensar qué hacer con 100 milloncitos cada uno. Excepto que el Sr. Uribe decida confesar y cobrar él la recompensa.

Pero como si la decisión de los 200 millones no fuera demencial (por Jojoy ofrecen cinco mil millones), el orate primo de Pablo Escobar, JOG, ahora acusa a la revista Semana y al periodista Felipe López de haberse metido en el DAS a chuzar dizque para desprestigiar al Gobierno, Gobierno que ahora sabemos no sólo logró la reelección comprando parlamentarios, sino que además tenía chuzados todos los teléfonos de los candidatos que estaban aspirando a la Presidencia en las elecciones de 2006.

Y para acabar de completar esta esquizofrenia oficial, alguien desde la Casa de Nari pretende echarle la culpa de los seguimientos a los magistrados a uno de los pocos funcionarios honorables de este Gobierno, el director de la UIAF, doctor Mario Aranguren. Como quien dice, JOG y Don Berna Moreno pretenden sacar de la Casa de Nari el tema de las chuzadas para metérselo debajo del escritorio al doctor Aranguren.

Esperemos que la Fiscalía no se deje engatusar de esa manera frente a un tema que, como sostuvo el propio Fiscal General, hiede. Y el olor sale de las oficinas del DAS y del palacio presidencial. Faltaba más que los colombianos permitamos que este delito de las interceptaciones acabe en la condena de unos funcionarios de tercera línea, cuando está claro que los determinadores trabajan en la Presidencia de la, otrora, respetable República de Colombia.

Finalmente les confieso que me resulta difícil creer que los señores Santos de El Tiempo hayan permitido tener como columnista no sólo al primo de quien fue el secuestrador de Francisco Santos, señor Gaviria, sino peor aún, a quien según el Sr. Lagos del DAS, ordenaba las interceptaciones ilegales. Debe estar revolcándose en la tumba don Hernando Santos, quien jamás hubiera permitido que eso pasara en el diario que por tantos años dirigió de manera prodigiosa y respetable. Esto, ¡que hiede, hiede!

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Notícula. Tomás y Jerónimo no han convencido con sus tracaleras explicaciones. El país no les cree.

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