Puntos sobre el problema artístico y cultural nacionales – Paro Nacional
El sector artístico y cultural del país ha participado directa y activamente en el paro convocado por el Comité Nacional de Paro. La cultura es fundamental para la creación de identidad nacional, para el fortalecimiento del tejido social y el desarrollo intelectual y crítico de los colombianos, y para el fortalecimiento de la soberanía. Por esto consideramos necesario que se incluya el problema artístico y cultural dentro de las temáticas del actual movimiento de protesta nacional.
Actualmente, la política cultural se enmarca dentro del concepto de la economía naranja y es uno de los pilares del gobierno y del Presidente Iván Duque. Con ella se pretende enmarcar a la cultura y las artes como un problema empresarial, se terceriza a los artistas, se los endeuda, y se le entregan el manejo y los contenidos artísticos y culturales a las grandes empresas nacionales, y especialmente internacionales, del espectáculo, convirtiendo al país en una maquila cultural.
Nuestra Constitución establece la cultura como un derecho y como factor determinante para el desarrollo. Así mismo, determina la necesidad no sólo de protegerla, sino de estimularla, de lo cual se derivan responsabilidades y obligaciones del Estado para garantizar su desarrollo adecuado. Con el impulso de la economía naranja y las actuales políticas gubernamentales, se pretende desvirtuar el concepto de la cultura como derecho y convertirla en un campo donde compitan las empresas y sobrevivan sólo las más fuertes. Con ello se sientan las bases para la paulatina desaparición de la cultura autóctona y el control ideológico y de contenidos por parte de los oligopolios culturales. En el Plan Nacional de Desarrollo del actual gobierno se refuerza esta política cultural y se va más allá, hasta el punto de abrir la posibilidad (inconstitucional) de enajenar el patrimonio cultural nacional.
Partiendo de estas premisas, le proponemos al Comité Nacional de Paro, único interlocutor válido en el marco de las negociaciones, que se incluyan unos puntos fundamentales sobre el problema de la cultura y las condiciones del artista.
· El incremento del presupuesto del Ministerio de Cultura como un 2% del nacional (actualmente es sólo el 0.16%), ajustado a las recomendaciones mínimas de la UNESCO.
· Restablecer el principio constitucional de la cultura como derecho fundamental.
· Establecer a las artes y la cultura como actor activo y fundamental para el desarrollo del proceso de implementación de la paz, de la reconstrucción nacional y social y la recomposición de los valores fundamentales de convivencia.
· Garantizar la participación democrática, activa y vinculante, del sector artístico y cultural en la definición de las políticas nacionales y regionales sobre el tema.
· Garantizar adecuadas condiciones para la creación cultural y la vida de los artistas; dignidad pensional, laboral y de seguridad para los trabajadores del arte, cultura y patrimonio.
· Fortalecer la infraestructura y los equipamientos sociales culturales.
· Establecer una política de diversificación cultural que contemple descentralización, territorios, y grupos etarios y minoritarios.
· Inclusión de una verdadera educación cultural y de las artes en todos los niveles educativos.
· Derogar los artículos del Plan Nacional de Desarrollo que abren la posibilidad de enajenación del patrimonio cultural.
· Replantear la política de economía naranja, bonos del tesoro relacionados, y endeudamiento del sector, separándola de las políticas culturales nacionales, y evitar la monopolización del sector del entretenimiento y “creativo”.
· Acabar con las políticas que benefician y confieren recursos nacionales a los oligopolios culturales y destinarlos al desarrollo de la cultura autóctona y sus mentores.
· Derogar los decretos y reformas tributarias que dan gabelas a los grandes emporios de la cultura y el entretenimiento, mientras lesionan a las Entidades sin Ánimo de Lucro (ESAL), los pequeños grupos, colectivos y artistas individuales.
Noviembre 28, 2019