Primer encuentro inter-zonal de mujeres en procesos de resistencia
Con verdadero entusiasmo y gran satisfacción queremos compartir con todos y todas la experiencia recogida durante los días 15, 16 y 17 del mes de mayo, de nuestro primer encuentro de mujeres de las zonas humanitarias del Bajo Atrato Chocoano, que contó con la participación de más de 50 mujeres de la Zona Humanitaria de las Camelias, Caño manso en Curvaradó, Dabeiba, Cacarica, Join-phuur, Nueva esperanza en Jiguamiandó, Santa Rosa del Limón, Úrada, El tesoro y Bajo Calima en Buenaventura.
“ Le damos el agradecimiento,
a todas mis compañeras
por habersen desplazado
de toditas sus veredas ”.
La iniciativa de este encuentro surge de las propias mujeres que vienen llevando a cabo su proceso de resistencia por la defensa de sus territorios, la necesidad de aportar decididamente como lo han venido haciendo hasta el momento, empieza a generar procesos de construcción colectiva en el que las mujeres han venido cumpliendo un papel importante. La necesidad de conocer las experiencias de otras mujeres que sirva de ejemplo para complementar sus propios procesos, las incentiva a buscar espacios propios que potencialice sus saberes y sus procesos de lucha.
Históricamente las mujeres en Colombia forman parte de los sectores mas excluidos de la población y particularmente estas mujeres en su triple condición de subordinación como mujeres campesinas, indígenas, afrodescendientes, geográficamente ubicadas en una de las zonas mas apartadas del país, sometidas al abandono estatal y a la violencia estructural y sociopolítica que se vive en el país desde hace mas de 40 años, razón por la cual hoy se encuentran en pie de lucha por la recuperación de sus territorios arrebatados por los intereses económicos presentes en la región, para la implementación de monocultivos como el negocio de la palma aceitera, que en alianza con el Estado colombiano y a través de estrategias de guerra sucia como los grupos paramilitares, han sembrado el terror y la violación de derechos humanos en estas tierras.
La importancia de la presencia de la mujer en los procesos de resistencia ha venido dando sus frutos, las mujeres día tras día así lo han venido comprendiendo y asumiendo, de esta manera quedo demostrado en el primer encuentro de mujeres, donde a pesar de las dificultades para reunirse fueron más grandes las expectativas y las ganas.
Un encuentro en el que se juntaron experiencias, resistencias, luchas, sufrimientos, sueños, deseos, sentimientos, solidaridades, aprendizajes, saberes, risas, llantos y cantos, un espacio pensado con ellas y para ellas. En donde el porque de un encuentro de mujeres se fue construyendo entre todas, cada una fuimos dando los elementos y las razones del porque era necesario encontrarnos, conocernos, compartir y seguir construyendo juntas un punto de partida, e ir hilando nuestras historias con nuestros sueños para seguir caminando juntas en la búsqueda de nuevas experiencias de lucha que nos permitan avanzar en el propósito de continuar el proceso de resistencia.
¿Por qué un encuentro de mujeres? La experiencia de cada una de las mujeres fue llenando de contenido esa pregunta inicial. Un encuentro para unirnos, para conocer nuestros derechos como mujeres, para continuar reconociéndonos, darnos valor y tomar nuestras propias decisiones, para conocer las experiencias de las mujeres y enriquecerlas mutuamente, para compartir nuestras dificultades, para acompañarnos y fortalecernos. Todos estos momentos de pregunta y de tratar de buscar respuestas fueron enriqueciendo el encuentro, que se convirtió en un espacio que permitió el fortalecimiento y la compenetración del grupo en general.
Los primeros días, el encuentro se convirtió en el propio reencuentro con nosotras mismas, donde el cuerpo fue el principal protagonista, expresarlo con palabras, dibujarlo, nombrarlo y sentirlo sirvió para reconocer nuevas experiencias de apropiación de lo que somos como mujeres, en un ambiente de sororidad, logramos identificar nuestras habilidades, destrezas, miedos, temores, vergüenzas y dolores, fueron verdaderos momentos donde pudimos experimentar cierta libertad. Fue importante permitirnos hablar de muchos temas relacionados con nuestro cuerpo como la violencia física y emocional que históricamente se ha ejercido sobre nosotras y la manera como los contextos de guerra exacerba la violencia contra las mujeres.
Un elemento importante durante el encuentro fue los espacios de recreación y esparcimiento, en el que también las mujeres tuvieron tiempo para jugar y recrear su cuerpo, como derecho de todo ser humano a tener un tiempo libre para su recreación y esparcimiento.
“A todas nos enseñaron
a compartir y a jugar
y aquí en este encuentro
nos pusieron a bailar”.
El último día del encuentro nos rondo otra pregunta igual de importante a la primera y ahora que, estamos llenas de más inquietudes, queremos seguir encontrándonos, seguir alimentando y enriqueciendo este espacio, ¿Cómo seguir? La importancia de la participación en este espacio no podía quedarse solo en la experiencia de encontrarnos, como involucrar al resto de mujeres y al resto de comunidad para que sigan respaldando estos encuentros tan importantes para nosotras las mujeres, un espacio que hemos aprendido a querer, respetar y valorar, así lo planteo una de las mujeres: “Veo que las mujeres participamos, podemos salir, tenemos derechos y como mujeres los hemos hecho valer y seguir adelante”. De esta manera este primer encuentro dio por terminado. No sin antes dejar claro nuestras expectativas de seguir buscando la forma de continuar encontrándonos, con el firme propósito de continuar los encuentros en cada comunidad y seguir fortaleciendo el espacio, como un espacio de debate y formación que permita a las mujeres seguir cualificando su participación dentro del proceso de resistencia junto a sus compañeros, hijos e hijas.
La valoración positiva del encuentro que cada una de las mujeres hizo fue muy importante, significo el reconocimiento del papel que como mujeres cumplimos en cada uno de los espacios de la vida familiar y comunitaria, reflexionar sobre la importancia que tiene nuestro aporte y trabajo hace necesario continuar la discusión en las comunidades y demás espacios sobre maneras mas equitativas frente a la participación de las mujeres dentro de los espacios comunitarios.
“ A las mujeres del encuentro
las queremos felicitar
por su buen comportamiento y sus ganas de participar,
en la enseñanza de lucha por la vida y la libertad ”.
Como mujeres hemos aprendido en este encuentro que los procesos de resistencia que llevamos son importantes e implican procesos de empoderamiento, que debemos fortalecernos en la creación de una conciencia social que incluya las relaciones de género, más justas, la búsqueda de mejorar la calidad de vida de las mujeres, para que incida dentro de los procesos de resistencia de los cuales somos participes. Un proceso de resistencia tiene que estar atravesado por la transformación de los sujetos sociales hombres y mujeres y la visibilización de las causas históricas de la subordinación femina que permita abrir el debate y poner en la discusión los diferentes temas que como mujeres nos afectan como: la sobrecarga en el trabajo, la responsabilidad de los hijos e hijas, la toma de decisiones, las formas de violencia, entre otras problemáticas dolorosas pero necesarias en miras de avanzar en la consolidación de un proyecto de vida que tiene como principios la dignidad, la justicia, el respeto, el reconocimiento y cumplimiento de los derechos humanos.
El encuentro hizo hincapié frente a comprender que la lucha y la reivindicación de los derechos de las mujeres debe ser una apuesta colectiva y organizada. De ahí los compromisos que como mujeres nos planteamos:
Promover la recreación de las mujeres en nuestras comunidades y generar la importancia de tener un tiempo libre para nuestro esparcimiento.
Socializar lo realizado en este primer encuentro a todas las mujeres de la comunidad y lograr que muchas más se animen y se interesen en participar.
Trabajar en miras de realizar por lo menos cada seis meses encuentros de mujeres de las zonas humanitarias más cercanas y uno cada año de todas las mujeres resistentes del país y otros países.
La realización de talleres de capacitación sobre nuestros derechos, para aumentar nuestro conocimiento y así hacer que nuestros derechos sean validos en nuestras comunidades.
Comprometernos en fortalecer estos espacios porque son indispensables para el reconocimiento y fortalecimiento del proceso que hemos emprendido las mujeres.
Las mujeres de Nueva Esperanza
nos queremos despedir,
con un fuerte abrazo
para volver a sonreír.
Ya con esta me despido
con el corazón herido,
porque ya me voy
dejando el nido.
Ya con esta me despido
no tengo más que decir
pero les sigo insistiendo
que nos volvamos a reunir.
(…) “mujeres no se olviden que somos muy importantes, si los demás no nos valoran hagámoslo nosotras mismas. Adelante sigamos resistiendo y no olvidemos la motivación en nuestras comunidades”
Zona Humanitaria Las Camelias, Curvaradó, Chocó, 15, 16 y 17 de mayo de 2010.