Posición frente al conflicto fronterizo entre Costa Rica y Nicaragua
Consideramos que la actual crisis fronteriza está siendo estimulada y exacerbada por ambos gobiernos con el fin de obtener réditos políticos internos, efectivamente en el caso de Nicaragua está colocada la variable electoral interna, y en el caso de Costa Rica le quita presión a los álgidos asuntos de Crucitas, Caldera, corrupción con concesiones, aumento en el costo de la vida, entre ellos la gasolina, etc.
Comunicado político N° 23
La región en litigio, ha estado históricamente abandonada por ambos gobiernos que nunca se han preocupado por garantizarles ni a costarricenses ni a nicaragüenses condiciones dignas de vida y la ausencia de institucionalidad estatal por ambos estados ha permitido que, como bien se ha afirmado, el narcotráfico tenga a dicha zona como una de sus territorios de operación.
El conflicto finalmente no responde a la supuesta defensa de la soberanía, sino a pugnas internas por los negocios lícitos e ilícitos que actualmente se desarrollan y que a futuro se podrían impulsar. Es muy interesante que el gobierno de Costa Rica, que no se ha preocupado de las posibles consecuencias ambientales en el lado nicaragüense por la operación de la empresa minera canadiense Infinito Gold (Crucitas), ahora resultó un abanderado ambiental frente al dragado del río San Juan.
Los sectores más conservadores, xenófobos y militaristas en ambos países, están sacando provecho del conflicto y presionando para seguir radicalizando las posiciones de ambos gobiernos, ya vimos en el caso nacional las posiciones del fanfarrón ministro de seguridad pública que ordenó despliegues militares en la zona fronteriza y ha lanzando abiertas amenazas, tanto fue así que tuvieron que sacarlo “de circulación”. Tiene semanas de no dar declaración alguna.
El conflicto ha dejado de ser una disputa binacional y ha tomado carácter internacional en donde las diferentes fuerzas que están disputando la hegemonía política en América Latina, se han alineado con uno u otro país. Del lado de Costa Rica los gobiernos de la derecha latinoamericana han sido los más fervientes defensores de la postura costarricense, en este caso, México, Colombia, Panamá y Perú (claros aliados de EEUU) y del lado nicaragüense, Venezuela y en menor medida los países miembros del ALBA.
Aunque algunos sectores del llamado “progresismo” costarricense acusan a la izquierda de estar haciendo una lectura “maniquea y paranoica” del conflicto al hablar de intereses de re/militarización, es obvio que dicha variable es parte fundamental de la crisis, tanto desde el lado nicaragüense que ha hecho su despliegue militar en la zona, como del mismo gobierno costarricense que ha señalado como un escenario posible el invocar el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) con fin de pedir ayuda a fuerzas militares extranjeras. Ya hay claras señales en ese sentido.
Recordemos que en julio de este año, las fracciones legislativas del Partido Liberación Nacional, Movimiento Libertario y Renovación Costarricense, aprobaron el permiso para el atraque y estadía de una fuerza expedicionaria de EEUU de hasta 7000 militares y convirtieron nuestras costas y puertos en fondeaderos de la marina de guerra estadounidense.
En la última “Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla” celebrada en Colombia en octubre pasado, se creó una “plataforma de cooperación con Centroamérica” por parte del ejército colombiano con el fin de reformar las estructuras de las policías con el propósito de mejorar su lucha contra el narcotráfico, para llevar a cabo este propósito se designó a un general colombiano, Roso José Serrano, muy amigo de la presidenta Chinchilla, según sus propias afirmaciones.(ver: Prensa Libre 27/10/2010).
El cerco se empieza a cerrar, el combate al narcotráfico, dicen los sectores guerreristas requiere que se militarice la lucha, por eso la administración Obama ha priorizado en aumentar la financiación y ampliar el alcance del Plan Colombia, hoy denominado Iniciativa Mérida. La administración Chinchilla ya nos “enganchó” en esta estrategia, luego el conflicto tico/nica requerirá de ayuda militar a Costa Rica para “enfrentar las amenazas militares de Nicaragua, porque nuestro país no cuenta con ejército, es decir, está desprotegido”.
Bajo estas consideraciones geopolíticas y estratégicas se está moviendo la derecha con el fin de redefinir el escenario político en Centroamérica. El golpe de Estado en Honduras fue su primera acción, la agudización de este nuevo conflicto fronterizo es parte de esa estrategia, por tanto no sorprende la fuerte campaña mediática “patriotera” clamando por la defensa de la patria, tal y como está haciendo REPRETEL (propiedad de capital mexicano) y CENTRAL DE RADIOS (propiedad de los hermanos Arias) orientada a crear las condiciones que legitimen la eventual entrada de tropas extranjeras en Costa Rica. Lamentablemente la política de confrontación del gobierno nicaragüense le está facilitando a la derecha centroamericana lograr sus propósitos.
Desde la Comisión Nacional de Enlace, nos pronunciamos por impedir que el pueblo costarricense y el pueblo nicaragüense sean llevados a escenarios de confrontación mutua por los intereses mezquinos empresariales y geoestratégicos de ambos gobiernos. No nos sumaremos a ningún respaldo de la política agresiva y de confrontación del gobierno costarricense, como lamentablemente lo están haciendo algunos sectores del movimiento social y político “progresista” y de izquierda del país.
Les exigimos a ambos gobiernos que se sienten a encontrar salidas negociadas al conflicto fronterizo, partiendo del respeto a la integridad territorial de cada Estado.
Comisión Nacional de Enlace