Posesión paramilitar de antiguo poblado de “Nueva Esperanza” desplazamiento masivo de afrodescendientes y mestizos

Nuestra Comisión Justicia y Paz hacia las 10:00 horas de hoy recibió de parte de pobladores de “Nueva Esperanza” que lograron huir al cerco paramilitar, la información de una incursión armada de tipo paramilitar, de la posesión del antiguo lugar habitacional, del impedimento a los pobladores que se encuentran a lo largo del río Jiguamiandó para su movilización.


De acuerdo con el testigo, desde el domingo 28 de septiembre hacia las 16:00 se produjo una nueva incursión de tipo paramilitar al poblado abandonado de “Nueva Esperanza”, distante a menos de dos minutos en la margen izquierda aguas arriba del río Jiguamiandó donde hasta hace cuatro días los pobladores se refugiaron desde el 2001.

º Domingo 28 de septiembre a las 16:00 horas un numeroso grupo de “civiles” armados de la estrategia paramilitar incursionaron al antiguo caserío de “Nueva Esperanza” de donde los pobladores fueron desplazados en junio del 2001, este lugar se encuentra distante a menos de 100 metros cruzando el río en donde se encontraban refugiados internamente, hasta es día, las familias de los Consejos Comunitarios.
Pocos minutos después de tomarse el caserío, los armados dispararon con armas largas contra cuatro afrodescendientes que se movilizaban en un pequeño casco – embarcación con motor 40 – hacia el poblado de Pueblo Nuevo. Los campesinos se arrojaron al agua y aprovechando la creciente del río lograron escapar a las balas.

Debido a la creciente del río, los “civiles” armados de la estrategia militar encubierta no han logrado cruzar hacia al antiguo lugar de refugio de los afrodescendientes, pero han sitiado a todos los pobladores del Jiguamiandó pues existe un impedimento de facto para su eventual movilización por agua.

Los habitantes de “Nueva Esperanza”, la mayoría de ellos ancianos, mujeres, niños, y los adultos se desplazaron internamente, la mayoría de ellos, dentro del Territorio Colectivo, otros hacia los poblados de “Pueblo Nuevo” y unos pocos hacia Murindó.

º Hasta el día de ayer, miércoles 1 de octubre, a las 18:00 horas, los paramilitares continuaban ocupando el antiguo caserío de “Nueva Esperanza”, los pobladores afrodescendiente desplazados internamente, y las demás comunidades de los consejos comunitarios sitiadas por agua.

Esta es la tercera actuación paramilitar contra los pobladores de “Nueva Esperanza” miembros del Consejo Mayor del Jiguamiandó desde junio de este año.
En las dos ocasiones anteriores cuatro campesinos fueron retenidos y desaparecidos, los pobladores que no lograron protegerse, entre la vegetación, fueron amenazados de muerte e intimidados, bienes de la población civil tiroteados y afectados con morteros lanzados indiscriminadamente.
El antiguo poblado de “Nueva Esperanza” y en el que se encontraban refugiados hasta el domingo los campesinos, es estratégico, pues es el que posibilita el acceso rápido desde el Jiguamiandó a los lugares en el Curbaradó en donde se encuentran las aproximadas 1500 hectáreas de palma aceitera sembrada ilegalmente.

Con la reciente incursión, ya son 17 ocasiones a lo largo de este año en que los paramilitares han atentado contra los afrodescendientes del Consejo Comunitario del Jiguamiandó y del Curbaradó.

Mientras el gobierno colombiano desde el mes de abril dilata la respuesta a la propuesta de Zonas Humanitarias planteadas por los Consejos Comunitarios del Jiguamiandó y los 9 consejos del Curbaradó, y la exigencia de intervención administrativa por parte del Estado frente a la siembra ilegal de palma aceitera por empresas privadas en tres comunidades; nuevos daños irreparables se han producido contra los afrodescendientes en desarrollo de modelos de represión y de control amparados en omisiones y complicidades estatales con actuaciones de tipo paramilitar, y daños a bienes civiles en los enfrentamientos armados ocurridos entre militares-paramilitares y la guerrilla de las FARC EP.

Desde marzo de este año, la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA resolvió medidas provisionales a favor de los Consejos Comunitarios del Jiguamiandó y Curbaradó, entre las que se contempla además del Derecho a la Justicia, las condiciones de protección en actuaciones preventivas frente actores ilegales, y la respuesta a las zonas humanitarias con un presencia permanente de la Defensoría del Pueblo.

Absolutamente ninguna de la medidas resueltas se han adoptado, las actuaciones armadas contra la población persisten, las omisiones de la Brigada XVII son evidentes. Los “civiles” armados se movilizan con toda facilidad por tierra en camiones y camionetas desde Mutatá hasta Urabá, pasando por Belén de Bajirá y Pavarandó a la vista de todo tipo de autoridades sin que existe el menor recato ni vergüenza pública.

Un balance de enero hasta hoy evidencia que aumentan los daños irreparables, que continúa la siembra de palma aceitera de modo ilegal en los territorios colectivos de tres comunidades que se encuentran desplazadas dentro del Territorio Colectivo, mientras en la prensa se anuncia que esta propuesta de monocultivo agroindustrial será en el que los paramilitares desmovilizados se vincularán.

Solicitamos comunicarse con
Vice Presidente
FRANCISCO SANTOS
Telefax 57 1 342 05 92
Celular 3107720130

Defensor Nacional del Pueblo
WOLMAR PEREZ
Telefax 57 1 640 04 91

a fin de:

1)urgir la presencia humanitaria del estado civil y de organismos humanitarios internacionales de observación y de derechos humanos que averigüen la situación

2)Convocar a la Comisión Mixta de Seguimiento, CMS, conformada por organismos nacionales gubernamentales y estatales, y no gubernamentales nacionales e internacionales, para conocer la respuesta oficial frente a las propuestas de Zona Humanitaria, Presencia Permanente de la Defensoría del Pueblo, Cese a la siembra de palma aceitera.


Bogotá, D.C . octubre 02 de 2003
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ