Por un Puerto incluyente en Buenaventura

Danza ancestral de niñas y niños indígenas y afrodescendientes, palabras de esperanza y sonrisas, memorias de horror deshechas en esperanza rompieron el miedo para anunciar la gestación de un nuevo Espacio Humanitario en Punta Icaco.

Allí un puerto tradicional artesanal fue tejido de sobras naturales de conchas y basura que se arroja sin ninguna restricción al mar. Mujeres y hombres en epopéyica arquitectónica o mejor obra de ingeniería, ganaron espacio al mar para construir una calle y un lote de habitación.

Punta Icaco es celebre por ser ese otro muelle que presta sus servicios a comunidades negras e indígenas para embarque y desembarque de los productos y el abastecimiento de bienes para la zona rural.

 

Allí también en Punta Icaco se ha rendido homenaje al amor. La obra La María de Jorge Isaacs, se rodó allí en aquellos pasajes de ensueño de la declaración de afectos del corazón.

Hoy más de 40 años después se empieza a rodar la memoria de la alegría y del amor por la dignidad.

Esa tierra cimentada sobre lo que fue agua salada ha sido escenario de la violencia socio política urbana en que poco a poco, con sangre y terror los paramilitares en sus diversas modalidades lograron dominar.

Extorsiones, amenazas de muerte, asentamiento armado, microtráfico y también asesinados y la destrucción de espacios comunitarios como la venta de comida tradicional, las verbenas y los juegos fueron destruidos, quizás, porque esa experiencia comunitaria es un obstáculo para el llamado “desarrollo”.

 

Al lado de esa guerra visible por lo dolorosa va aupado el Malecón Bahía de la Cruz, diseñado por un multinacional Seyco, española, que solo pensó en la ganancia de unos, en la estética moderna, a costa de la nueva exclusión de tantos.

Pero desde hoy, la zozobra empezó a enfrentarse, los sueños a revivir. En el Barrio La Playita, la Calle Punta Icaco y Terminal Pesquero al declarar esos lugares como Espacio Humanitario se proyecta una apuesta de inclusión y de calidad de vida para todos desterrando a los amantes del control y del terror.

En este tiempo ya o se trata de sobrevivir o resistir a la violencia paramilitar, sino de crear la paz de verdad ante la violencia con apuestas de vida digna en un proyecto de ciudad y de turismo incluyente.

Los osados y arriesgados declarantes del nuevo Espacio Humanitario no estaban solos en su apuesta. Mujeres y hombres afrodescendientes, indígenas y campesinos de la red CONPAZ, les acompañaron en medio de la realización del II Encuentro InterÉtnico.

Venidos, de Trujillo, del pueblo Wounaan, Nonam del San Juan y Calima, del pueblo Eperara Siapidara del Naya, se encontraron con líderes y lideresas del sector de la pesca artesanal, de las mujeres vendedoras de mariscos en la terminal pesquera, de los lancheros de carga y trasporte de pasajeros a zonas rurales de Punta Icaco para profundizar sobre los seis puntos de lo acordado en La Habana, entre el gobierno y la guerrilla de las FARC EP, y la importancia de proteger lo firmado.

Y no de menor importancia estudiar los puntos de la mesa con la guerrilla del ELN y ser incluidos en el pacto social y político convocado por el presidente Santos para continuar el camino hacia la construcción de la Paz con justicia socio-ambiental y de género.

Buenaventura, Octubre 6 de 2016.
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz