Persiste ofensiva paramilitar nuevos asesinatos y desplazamientos

1. El martes 7 de enero, a las 14:30 horas, dos integrantes de la estrategia militar encubierta, bajaron del bus al joven LUIS EDUARDO SERNA, 25 años de edad, lo asesinaron en el sitio conocido como “La Bodega”, en la vía que conduce al municipio de El Dorado. A este joven los paramilitares lo amenazaron de muerte, le había dado un plazo de 20 días para desocupar la región. LUIS EDUARDO habitante de la caserío El Jardín, municipio de El Castillo, estaba desplazándose forzosamente cuando fue detenido y asesinado.

Ese mismo día, tres personas más, todos ellos varones, fueron asesinados en la vereda La Cabaña, municipio de El Castillo. Los cuerpos de las tres personas fueron dejados en el parque del casco urbano municipal del Castillo. Allí permanecieron durante toda la mañana sin que ninguna autoridad competente realizará el levantamiento de los cadáveres.

2. El jueves 9 de enero, hacia las 14:00 horas aproximadamente, dos paramilitares llegaron al sitio conocido como “Caño Claro”, allí asesinaron al campesino LUIS SANCHEZ, de 42 años de edad, le dispararon a las piernas, luego lo apuñalearon en el corazón y en el cuello. El Señor LUIS SANCHEZ, participó en los Grupos Bíblicos de Medellín del Ariari que anima la Iglesia Católica.

En la noche del velorio desconocidos entraron a su casa y la registraron, al parecer no se llevaron ningún objeto de la casa.

3. Mientras persiste, la presencia del Ejército Nacional, Batallón 21 Vargas, en la zona rural del corregimiento de Medellín del Ariari, municipio de El Castillo, los “civiles” armados bajo la estrategia paramilitar siguen haciendo presencia permanente en las veredas de La Macarena, Caño Claro, El Encanto, Puerto Esperanza, Campoalegre. En los caseríos, los paramilitares han aterrorizado a los campesinos obligando a los pobladores de las veredas de La Floresta, La Esperanza y El Retiro a abandonar sus fincas. Allí los han amenazado de muerte, les han dicho que se tienen que salir de la región, que ellos no van a responder por los que pase, dan plazos de unos días para abandonar la región.

Más de cincuenta familias han abandonado sus lugares de origen. Sobre la carretera principal que conduce al Alto Ariari se combinan las acciones de control, tanto como en los cascos urbanos. En algunas ocasiones, la desarrollan militares de las fuerzas regulares, en otras ocasiones, los “civiles” armados, vestidos de camuflado dentro de la estrategia militar de tipo paramilitar.

A pesar de los insistentes llamado al Estado colombiano para depurar las fuerzas militares, combatir a los paramilitares, tomar medidas administrativas de destitución de militares comprometidos por ACCION y por OMISION en esta estrategia criminal, se consolida el actuar armado contra la población civil, el llamamiento al silencio absoluto o la obligación de abandonar la tierra.

Desde enero del año 2002, antes de la culminación de los diálogos entre las FARC EP y el Gobierno Nacional, la región del Ariari ha sido testigo de un actuar militar criminal… cruento, despiadado, bárbaro que ha generado decenas de víctimas, muchas de las cuales se encuentran en el anonimato, otras que por testigos que han abandonado la región se atreven, con mucho temor, a compartir lo que han visto o lo que han vivido.

Bogotá, 21 de enero del 2003
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ