Pedro Malagón y Elda Milena Malagón
Pedro Malagón creció en Meta, presenciando todos los cambios organizativos de los movimientos agrarios, por eso desde su juventud se interesó por las luchas de la tierra y su comunidad, logrando ganarse el afecto de las personas que lo rodeaban. Como militante y defensor viajó de un lado a otro, entre los municipios de Granada, El Castillo, Lejanías y Mesetas. Tiempo después de nacer la Unión Patriótica, fue elegido como diputado a la asamblea del Meta y posteriormente Concejal del Castillo.
La familia Malagón siempre fue perseguida por amenazas de muerte, por lo cual se vieron obligados a huir de los caseríos de Viotá, en Cundinamarca, para refugiarse en el Ariari, explorando otros horizontes donde existiera menos violencia. Desde ese entonces Pedro siendo menor de edad se consagró al campo con sus padres.
Conocido por ser un campesino sin temor a tomar nuevos riesgos en medio de los crímenes cometidos contra la Unión Patriótica, comenzó con su vida política en 1984, siendo reelegido nuevamente a la Asamblea de la región del Castillo en 1996.
Para ese entonces ya habían más de 500 asesinados todos miembros de la Unión Patriótica en el departamento del Meta, entre estos 500 se encontraba el diputado Rafael Reyes Malagón, hermano de Pedro, el senador Pedro Nel Jiménez, varios alcaldes, decenas de concejales y cientos de activistas.
Pedro Malagón fue diputado a la Asamblea Departamental del Meta por la Unión Patriótica, integrante del comité cívico de Derechos Humanos del Meta y un reconocido dirigente del Partido Comunista Colombiano (PCC), muchos de los miembros ya habían sido asesinados, y él ya había recibido diversas amenazas de muerte y varios atentados, uno de ellos fue organizado por Pedro Bárreto, comandante del puesto de policía de Medellín del Ariari en conjunto con los paramilitares bajo el mando de Víctor Carranza.
Pedro, cada vez que iba a su oficina de diputado en Villavicencio recibía amenazas. Y unos días antes de su muerte, el Ejército allanó la casa del partido comunista. Decomisando varios accesorios de seguridad como revólveres chalecos antibalas pertenecientes al servicio de seguridad de Pedro.
El 20 de junio de 1996, sintiéndose más seguro en casa y agobiado por un dolor de ojos, decidió no ir a su oficina. A las 6 de la tarde salió al antejardín de su casa para examinar unas reparaciones que adelantaba.
Pedro se encontraba en el antejardín de su vivienda en el barrio “El Paraíso”, cuando aparecieron en su residencia un grupo de hombres armados de la estrategia militar encubierta del Batallón 21 Vargas de la Brigada séptima del Ejército y dispararon en contra de Pedro. Elda Milena quien tenía 17 años de edad, intentó proteger a su padre abrazándolo, pero murió en el intento.
Dos sicarios atentaron contra su vida y la de su hija. Los asesinos habían rentado una habitación en la casa de enfrente. Pedro recibió un disparo en la cabeza y Elda queriendo proteger a su padre, recibió dos disparos que también acabaron con su vida.
El jueves 20 de junio de 1996, perdieron la vida Pedro Malagón y a su hija Elda Milena Malagón en la ciudad de Villavicencio.
El esmeraldero Víctor Carranza es uno de los principales autores intelectuales de las muertes de los militantes de la UP en el Meta.
El día del sepelio, acudieron miles de campesinos, recordando a Pedro como un acompañante excepcional en la lucha por la tierra, el que siempre estuvo presente por la defensa de los derechos de su comunidad, el que tenía un carisma que los envolvía de alegría, el “viejo Peter” así lo llamaban de cariño, asesinado a sus 60 años de edad. Obligado a dejar a su familia de siete hijos y su esposa.
Protegiendo a su padre con un abrazo, Elda Milena también perdió la vida, ambos, padre e hija, asesinados por la estrategia militar encubierta de la Brigada VII del Ejército.
El recuerdo de Pedro y Elda queda en la memoria de los familiares, de los campesinos de la región, de los sobrevivientes que tienen la posibilidad de terminar los sueños, las afirmaciones de derechos sobre la tierra, la verdad y la justicia.
La Comisión interamericana de Derechos Humanos culpó al Estado por negligencia en la protección de Pedro Malagón, la Fiscalía General de la Nación declaró este como un crimen de lesa humanidad. Sin embargo, no hay investigados, no juzgados, ni condenados, este crimen continuo en la impunidad, los asesinos materiales e intelectuales de Pedro y Elda gozan de libertad.
Pedro Malagón en nuestra Memoria.
Pedro Malagón y Elda Milena Malagón Sin Olvido.