Operaciones psicológicas militares generan temor en afronayeros.
Bogotá, D.C. Junio 07 de 2008
FRANCISCO SANTOS
VicePresidente de la República
CARLOS HOLGUIN SARDI
Ministro del Interior
FERNANDO ARAUJO
Ministro de Relaciones Exteriores
MARIO IGUARAN ARANA
Fiscal General de la Nación
EDGARDO MAYA VILLAZON
Procurador General de la Nación
VOLMAR PEREZ
Defensor Nacional del Pueblo
Ref: Operaciones psicológicas militares generan temor en afronayeros. Señalamientos, amenazas de operaciones paramilitares, restricciones poblacionales al libre tránsito y de acceso a las zonas de pan coger.
Los Nayeros cuidan de la tierra, la riegan y la enriquecen sin medida”
Salmo 65, 10.
Nuestra Constancia histórica y Censura Ética ante las actuaciones desbordadas de las Fuerzas Militares adelantadas dentro del Territorio Colectivo del Bajo Naya que bajo el pretexto de persecución y combate a la guerrilla de las FARC EP están generando graves secuelas en la vida de los afrodescendientes.
A los ametrallamientos indiscriminados recientes, se suma la ocupación de bienes y lugares exclusivos de la población civil, las operaciones psicológicas de presión que han forzado la salida temporal de afronayeros de sus caseríos, el sitiamiento a través del cual se impide la movilidad de las personas a sus lugares de trabajo y el ofrecimiento de dineros a los habitantes para oficiar como guías, como auxiliadores o eventuales falsos testigos en procesos judiciales.
Nuestra Constancia con la pretensión, tal vez, ilusa que se actúe en derecho frente a las estructuras armadas institucionales que realizan operaciones con base en las concepciones de la Doctrina de la Seguridad Nacional que conciben a los afronayeros como enemigos internos
Nuestra Constancia ante los siguientes hechos que hemos conocido o de los que damos fe de su ocurrencia.
* Martes 11 de marzo, WILSON RODALLEGA PANAMEÑO, afrocolombiano, transportista fluvial declaró ante el Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía de Buenaventura, por el proceso judicial en que se le pretende vincular con el tráfico de drogas, a raíz que el domingo 17 de febrero, en horas de la mañana, unidades de la Armada Naval a la altura de la bocana de Yurumanguí, detuvieron su embarcación cuando se dirigía de Buenaventura al Bajo Naya con 710 galones de gasolina para la estaciones de suministro.
Ese día, la Armada decomisó la gasolina afirmando que el combustible era para procesar la hoja de coca, desconociendo que el Consejo Comunitario que este transporte de gasolina es controlado por el Consejo Comunitario para satisfacer las necesidades de movilización dentro del río Naya de más de 8 mil pobladores.
A favor de WILSON rindieron testimonios entre otros, el Juez de Paz del Bajo Naya, el Inspector de Policía, quienes precisaron las cantidades de gasolina que como es costumbre se requiere para el transporte dentro del río Naya.
* Viernes 14 de marzo en horas de la mañana en el casco urbano del corregimiento de Puerto Merizalde, unidades militares realizaron un “simulacro de combate” generando pánico entre los pobladores del lugar.
En desarrollo del mismo, los militares se rieron ante el espanto de los afrocolombianos, a algunos les indicaron que eso les pasaba por “guerrilleros”, y de modo particular realizaron señalamientos contra los afronayeros de Dos Quebradas afirmando que eran guerrilleros.
*Domingo 23 de marzo en horas de la mañana unidades militares impidieron a una pobladora afrodescendiente del caserío de San Bartolo ir a sus lugares de trabajo para recoger algunas cosechas, sin darle ningún tipo de explicación. A la afrocolombiana se le impidió su movilización durante todo el día
* Viernes 28 de marzo dos pobladores del caserío Juan Nuñez se dirigieron al punto conocido como Quebrada Garcés a recoger una madera que habían aserrado. Al llegar al lugar, encontraron en una de las tablas la inscripción: “llegaron las Águilas”.
Durante los días anteriores, los pobladores se abstuvieron de ir al lugar por la presencia de unidades militares.
* Martes 1 de abril en horas de la mañana, unidades militares llegaron a los alrededores del caserío San Bartolo, provenientes del punto conocido como Quebrada “El Perro”, allí tres pobladores afrodescendientes que venían de sus lugares de trabajo fueron abordados por estos.
Los regulares les interrogaron sobre la ubicación de campamentos de la guerrilla y sobre los resultados de las operaciones por aire realizadas por esta misma fuerza regular el 28 de febrero.
Luego de los interrogatorios, a los afrodescendientes les impidieron continuar su recorrido pues, según los militares, había operaciones armadas. Una hora después les autorizaron seguir, advirtiéndoles que no comentaran nada sobre el interrogatorio.
Hacia las 10:00 a.m., unidades militares abordaron a un afrocolombiano de San Bartolo en el punto conocido como la Quebrada “El Perro” ofreciéndole 3 millones de pesos (U.S 1300) si se unía a ellos como informante. El afrocolombiano se negó a hacerlo pues no era guerrillero ni tenía nada que decir.
15 minutos después mientras se movilizaba en su potrillo – embarcación de madera- otro grupo de militares lo retuvieron por espacio de una 1 hora y 30 minutos. Durante este tiempo, el afrocolombiano fue nuevamente interrogado por la presencia de la guerrilla de las FARC EP. En esta ocasión le ofrecieron pagarle 6 millones de pesos (U.S 2600) si daba información sobre la ubicación de los campamentos de la guerrilla.
El afrodescendiente reiteró que él no tenía conocimiento de nada. Luego de una presión que resultó infructuosa, los militares lo dejaron continuar su recorrido advirtiéndole que no fuera de denunciar a nadie ni a comentar el ofrecimiento de dinero.
En horas de la tarde del mismo día, alrededor de 160 unidades militares que se identificaron como tropas de la Brigada Móvil 2 y como tropas del Batallón de Alta Montaña llegaron al caserío de San Bartolo. Los efectivos regulares se instalaron en medio del pueblo y sus alrededores, ocuparon una casa de la que sacaron los utensilios de cocina y los tiraron al patio de la vivienda, ocupándola durante su permanencia en el lugar.
Los regulares se dividieron en tres grupos a lo largo del caserío ubicaron sus carpas y hamacas a menos de 3 metros de las viviendas, al lado de la escuela y del cementerio y los alrededores del caserío. Posteriormente, controlaron el uso de la cabina telefónica del satelital comunitario impidiendo realizar llamadas a los pobladores.
Durante este día las unidades militares acantonadas en el caserío de San Bartolo, le advirtieron a los afrocolombianos: “Ustedes andan como muy bravos, pero los que vienen detrás de nosotros, esos son más bravos que ustedes”.
* Jueves 3 de abril en horas de la madrugada unidades militares que se encontraban en el caserío San Bartolo se embriagaron portando uniforme y cargando sus fusiles. Los militares reconvinieron a la comunidad por la venta del licor, a lo que los afrocolombianos respondieron que lo hacían porque cuando se negaron a hacerlo fueron señalados de ser auxiliadores de la guerrilla
* Lunes 7 de abril desde la mañana los militares impidieron el paso de los pobladores a sus lugares de trabajo ubicados en la Quebrada “El Perro”, afirmando que la guerrilla estaba en ese lugar y que ellos iban a bombardear. Los militares agregaron que venía más tropa por la parte alta del Naya y por la bocana y todos se iban a concentrar en San Bartolo. Alguno de ellos recordó el mensaje de días anteriores, “no olviden que luego vienen los que son bravos”
* Viernes 11 de abril a las 9:05 a.m., unidades de Infantería de Marina realizaron un retén de control en medio de la requisa afirmaron que los habitantes del caserío de San Francisco Naya “son todos guerrilleros”.
* Lunes 14 de abril desde las 6:00 a.m. y hasta las 4:00 p.m. del lunes unidades militares impidieron la libre movilización de los pobladores de los caseríos de Juan Santos, San Bartolo y otros lugares, hacia las zonas de siembra de pan coger ubicadas en el sitio conocido como Quebrada “El Perro”. Los militares justificaron el impedimento de la libre movilización a este sector afirmando que iban a bombardear.
El martes 15 de abril sucedió una situación similar.
* Miércoles 16 de abril hacia las 8:30 p.m. unidades militares que estaban acantonadas en el caserío de San Bartolo se ubicaron en la caseta del restaurante escolar del caserío, allí abordaron a un afrocolombiano cuando este pasó por el sitio de camino a su vivienda, le obligaron apagar la linterna y le ordenaron informar a todos los habitantes que se abrieran, “deben irse de aquí” esta noche hay plomo.
El afrocolombiano cumpliendo la orden militar informó a las cerca de 400 familia de los enfrentamientos anunciados por el ejército lo que llevó que los pobladores desocuparan el caserío buscando refugio en los poblados de San Lorenzo, Juan Santos y las Pavas.
Los pobladores dejaron el lugar en menos de una hora, en medio de la oscuridad y con el río crecido, y con la risa de los militares, arriesgando sus vidas se transportaron en potrillos – embarcaciones de madera pequeñas – entre las aguas con fuerte corriente. Durante la salida forzosa por el mensaje militar un menor de edad, resultó herido al caerse y sufrir un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente. El niño fue trasladado a un centro hospitalario en la ciudad de Cali.
* Jueves 17 de abril en horas de la mañana algunos de los pobladores de San Bartolo regresaron al caserío que dejaron la noche anterior, al encontrar a los militares estos les expresaron lo de anoche era una broma, no debieron haber salido, “unos soldados que estaban borrachos los hicieron ir.
* Sábado 19 de abril unidades militares retuvieron por varias horas al afronayero WALTER ANGULO, 28 años de edad, en el caserío de San Bartolo, luego de ser sometido a un interrogatorio, fue señalado de ser guerrillero. Las unidades militares lo presionaron para que reconociera que era auxiliador de la guerrilla, luego de no lograr su cometido, los efectivos regulares lo dejaron ir advirtiéndole: “la próxima vez lo vamos a detener y a usted lo van a procesar por guerrillero”.
* Domingo 20 de abril, durante las horas de la mañana las unidades militares abandonaron el caserío San Bartolo, dejando en los lugares en donde acamparon letreros de las Autodefensas Unidas de Colombia, y algunas frases escritas como: “AUC mata que Dios perdona”. “AUC Costeño mata 7 AUC. Z______”
* Domingo 27 de abril, en horas de la mañana, en el sitio conocido como “Chamuscado” unidades de Infantería de Marina a bordo de embarcaciones tipo “Pirañas” mientras ejercían acciones de control obligaron detener la embarcación en se movilizaban el motorista y un técnico de los teléfonos de uso público Compartel. Los dos ocupantes fueron interrogados y obligados a bajarse los pantalones y subirse la camisa. En el interrogatorio les preguntaron por ALVARO de Yurumangui
Luego de 20 minutos los dejaron continuar el recorrido
La embarcación continuó su recorrido hacia el sitio conocido como “Punta Bonita”. De regreso a los pobladores de se les volvió a preguntar por ALVARO el de Yurumangui.
* Lunes 5 de mayo hacia la 1:15 p.m., cuatro “civiles” de la estrategia militar encubierta, de quienes se desconoce si se desmovilizaron o no, se ubicaron en la esquina de la sede del Consejo Comunitario del bajo Naya en el barrio El Carmen de la ciudad de Buenaventura, observando el lugar. 15 minutos después, los paramilitares dialogaron con un grupo de militares que llegaron al lugar en un furgoneta de color blanco. Luego de unos minutos los paramilitares se retiraron del lugar.
Las unidades militares se quedaron en el sitio durante 15 minutos y se marcharon.
* Miércoles 21 de mayo nuestra Comisión de Justicia y Paz fue informada del ingreso de foráneos de la cuenca del río Naya que continúan ofreciendo la compra de tierra en los caseríos de Betania, San Bartolo y La Concepción. Por los menos 10 mestizos han ingresado con este propósito, algunos de ellos, han conocido de las mismas comunidades su desacuerdo con esos ofrecimientos, a pesar lo cual, los ocupantes de mala fe han construidos viviendas en los caseríos.
* Miércoles 28 de mayo hacia las 4:00 p.m. se conoció de la presencia de forasteros al territorio colectivo recorriendo los diversos caseríos del río Naya, entre ellos Puerto Merizalde y San Francisco ofreciendo dinero por la venta de tierras y el desarrollo de proyectos productivos.
* Viernes 6 de junio nuestra Comisión de Justicia y Paz recibió en horas de la tarde un nuevo reporte acerca del ingreso de foráneos a diversos caseríos de Bajo Naya con la pretensión de adquirir tierras, la negativa de la mayoría de los pobladores a esas transacciones han generado profundas tensiones con los externos.
Nuestra Censura Ética ante las evidentes actuaciones contra derecho de las Fuerzas Militares, el desprecio y el desconocimiento de los derechos de los afronayeros se hacen evidentes con el desarrollo de operaciones armadas que lejos de enfrentar a la guerrilla de las FARC EP, están propiciando nuevamente su deslegitimación como ocurrió desde abril de 2001. El uso de técnicas psicológicas que hacen alusión a las Autodefensas más allá de generar un ambiente de terror en la población permiten colegir que no existe ninguna actuación distinta a la ocurrida en años anteriores, la evocación al pasado de terror y el anuncio de la presencia paramilitar muestran que el blanco de las operaciones militares son los pobladores civiles, a quiénes se les continúa concibiendo como enemigos internos. Esta actitud con la población afrocolombiana es discriminadora y diferenciada, si se tiene en cuenta, que en cambio con los mestizos y foráneos que ingresan a la región para incentivar la siembra de coca o la compra ilegal de tierras no hay la misma actitud restrictiva ni de control a su movilidad. Mientras a los afronayeros se les prohíbe el ingreso de la gasolina para su consumo interno o se les imposibilita la salida de sus poblados a sus lugares de trabajo, los foráneos cuentan con el aval para su libre movilización dentro de todo el río Naya.
La política se seguridad instaurada en el río Naya evidencia el desconocimiento del Derecho Humanitario, reedita un pasado reciente de desmoronamiento de la autoridad por sus actuaciones criminales, que hoy se anuncian nuevamente con la posibilidad de ocurrencia de nuevas operaciones paramilitares, como se percibe en el casco urbano de Buenaventura y en el mar pacífico, a pesar de las publicitadas desmovilizaciones.
La posibilidad de daños irreparables a la vida e integridad personal está asociada a la dilación para el reconocimiento legal de la propiedad colectiva que ancestralmente desde hace más de 320 años han habitado los afronayeros. A pesar de todas las actuaciones desplegadas por los afrodescendientes el territorio colectivo aún carece de reconocimiento legal por parte del Estado colombiano. El ingreso intensivo de personal foráneo al río Naya, luego de las operaciones militares de febrero pasado está relacionado con el aumento de la siembra de la hoja de coca y el ofrecimiento de dinero para la compra ilegal de tierras.
Nuestra Constancia Histórica si se quieren evitar daños irreparables a la vida se requiere con urgencia un desmonte de las lógicas de las operaciones militares que se realizan en el Naya, la intervención inmediata sobre III Brigada y los anuncios de sus actuaciones encubiertas, la separación del cargo de mandos y unidades militares que evocan y anuncian operaciones criminales; el enfrentamiento a las estructuras narcoparamilitares que operan desde Buenaventura y Antioquia que se identifican como “Águilas Negras”; propiciar el reconocimiento legal de la titularidad colectiva conforme a la ocupación ancestral desde hace 320 años en el Bajo Naya y el respeto a los ESPACIOS DE REFUGIO Y AUTO PROTECCION declarados en los caseríos de La Concepción, Cascajito, Guasdualito, Las Pavas, San Lorenzo, Redondito, San Francisco Adentro, Juan Santos, San Francisco Naya, Dos Quebradas, El Carmen, Santa María.
Nada de esto estuviera ocurriendo, si las investigaciones adelantadas por los hechos ocurridos el 13 de abril de 2001 a través de los cuales en estrategias paramilitares fue asesinada JUANA BAUTISTA ANGULO HINESTROZA, previo acceso carnal violento, hubieran arrojado resultados de fondo; si el desplazamiento forzoso de los afronayeros y sus responsables institucionales y parainstitucionales hubieran sido sancionados. Gracias a la impunidad en que se encuentran estas violaciones de derechos humanos, que generaron una profunda afección en los afrocolombianos, hoy esa misma lógica criminal permea el espíritu de las operaciones militares.
Adjuntamos fotografías relacionadas con los hechos descritos en la presente Constancia Histórica y Censura Ética
Con profunda indignación,
COMISIÓN INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ
Algunos de los casquillos de balas 0.50, utilizadas en el ametrallamiento desde helicópteros artillados, del 28 de febrero de 2008 en los alrededores de los caseríos Redondito y Dos Quebradas.
Algunos de los orificios producidos en los techos de las viviendas por los casquillos de balas 0.50, utilizadas en el ametrallamiento del 28 de febrero de 2008 en los alrededores de los caseríos Redondito y Dos Quebradas. Las imágenes corresponden a la casa donde funciona uno de los Hogares Infantiles de Bienestar Familiar
Algunos de los letreros que han aparecido en lugares donde acampó el Ejército, donde se anuncia la presencia de grupos paramilitares para el Río Naya.
Algunos de los ESPACIOS DE REFUGIO Y AUTO PROTECCION declarados en los caseríos de La Concepción, Cascajito, Guasdualito, Las Pavas, San Lorenzo, Redondito, San Francisco Adentro, Juan Santos, San Francisco Naya, Dos Quebradas, El Carmen, Santa María, del Consejo Comunitario de la Cuenca del Río Naya.