Operaciones Psicológicas de presión e Infracciones al Derecho Humanitario. Compra ilegal de tierras.
Los Nayeros cuidan de la tierra, la riegan y la enriquecen sin medida”
Salmo 65, 10.
I. RESUMEN
Nuevos abusos y violaciones a los derechos de los afrocolombianos se han producido por las operaciones militares que se adelantan en el bajo Naya. Luego de las amenazas proferidas a nombre de las “Águilas Negras” contra el representante del Consejo Comunitario ISABELINO VALENCIA y 3 defensores de derechos humanos de nuestra Comisión de Justicia y Paz, las unidades militares anunciaron el regreso de paramilitares al Naya. A través de las operaciones armadas se ha generado un temor colectivo a través del cual han llevado a la salida forzosa temporal de los pobladores de sus caseríos, al sitiamiento y a la fragmentación del tejido social con el ofrecimiento de dineros para que los afronayeros oficien como falsos acusadores o informantes.
La militarización del Territorio Colectivo como aplicación de la política de seguridad se ha desarrollado con técnicas psicológicas de presión sobre los habitantes del caserío San Bartolo; el control de bienes de supervivencia y la restricción a la libre movilización; la ocupación de lugares de habitación y de trabajo de afrocolombianos; el ofrecimiento de dinero a cambio de información y la retención temporal de pobladores para que se autoinculpen como guerrilleros.
Los mensajes de asociación al pasado reciente de terror se han hecho repetitivos por las Fuerzas Militares. A su retirada de un lugar los militares dejan letreros que anuncian la llegada de “Águilas Negras”, así como, inscripciones alusivas al paramilitarismo de las Autodefensas Campesinas en donde se lee: “AUC mata que Dios perdona”, “ACCU costeño mata siete”. Estas pintas se suman a los anuncios proferidos por militares de actuaciones paramilitares: “los que vienen detrás de nosotros, eso si son bravos”. A la vulneración de estos derechos se suma, la inseguridad jurídica del Territorio Colectivo, aunque la habitación ancestral de los afrocolombianos es indiscutible, no existe un reconocimiento legal de la propiedad que se viene exigiendo desde hace ya 8 años.
Coincidencialmente con la presencia militar se ha incrementado el ingreso de ocupantes de mala fe para la compra de tierras. Con estas proposiciones se continúa desconociendo las disposiciones de ocupación ancestral y la misma normatividad de la ley 70 de comunidades negras estén realizando compras de tierras que no tienen ninguna validez jurídica y que se encuentren fomentando la siembra de cultivos de uso ilícito. Hasta la fecha las autoridades competentes no han adoptado medidas eficaces de protección de los derechos de los afronayeros.
En medio de la militarización institucional y de la movilidad de la guerrilla de las FARC EP se temen nuevas consecuencias sobre la vida e integridad personal de los afrocolombianos ante las cuales vienen desarrollando iniciativas de autoprotección y de siembras de pan coger. Afrodescendientes de 12 caseríos como mecanismos de protección han ido constituyendo Espacios de Refugio, lugares de concreción del Derecho Internacional en que se distinguen los espacios propios de la población civil para evitar ser blanco de operaciones armadas, lugares perfectamente identificados con banderas con los símbolos del Consejo Comunitario.
A esa iniciativa se suma para enfrentar la restricción a la movilización y la hambruna por el abandono de las siembras de pan coger por las operaciones militares, los afrocolombianos llevan consigo signos de visibilidad transitoria para identificar los Espacios de Trabajo evitando ser víctimas de eventuales confrontaciones armadas o de ametrallamientos indiscriminados.
II SOLICITUDES
A los grupos de solidaridad y derechos humanos dirigir sus comunicaciones al Vice Presidente FRANCISCO SANTOS, exigiendo:
• Respeto a los ESPACIOS DE REFUGIO declarados en los caseríos de La Concepción, Cascajito, Guasdualito, Las Pavas, San Lorenzo, Redondito, San Francisco Adentro, Juan Santos, San Francisco Naya, Dos Quebradas, El Carmen, Santa María.
• Enfrentar las estructuras que se identifican como paramilitares de las “Águilas Negras” y todos sus negocios en las cabezas máximas que operan desde Antioquia y en Buenaventura
• Garantizar el libre tránsito, sin amenazas, sin coacción sobre el pacífico entre el Puerto de Buenaventura y Puerto Merizalde
• Investigar los posibles responsables institucionales tolerantes, cómplice con esta criminalidad que opera en el Valle a través de las “Águilas Negras”
• Otorgar el reconocimiento legal de la titularidad colectiva conforme a la ocupación ancestral desde hace 320 años en el Bajo Naya, es decir, desde el año 1.680, cuando los afrodescendientes llegaron como esclavos.
• apoyar las iniciativas de producción de pan coger de los afrocolombianos del Naya y sus iniciativas consuetudinarias productivas.
III ADJUNTO CONSTANCIA Y CENSURA ETICA 07- 06 – 08
COMISIÓN INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ
Bogotá, D.C Junio 07 de 2008