“Once vidas de Tolúviejo presentes para siempre”
Con esta frase, familiares y amigos recorrieron Tolúviejo en la noche del 6 de octubre recordando la memoria de 10 jóvenes asesinados y uno de ellos desaparecido Carlos Alberto Baleta y Luis Alberto Perez Mercado, desaparecidos el 9 de julio del 2007; Frank Arley Padilla Banderas, Jhon Jairo Colón Ayala y Deyner de José Hoyos, salieron de Tolúviejo el 13 de julio del mismo año; Juan Bernardo Patrón Viloria y Julio Rafael Julio Olivero, desaparecidos el 22 de julio 2007; Cristian Javier Vergara Osuna, Miguel Enrique Jiménez Chamarro y Luis Fernando Mejia, quienes se fueron el 2 de agosto; y Evin David Paternina Parra, desaparecido.
Un año antes se realizó la exhumación y entrega de 10 de los once restos de jóvenes de Tolúviejo que entre julio y agosto del 2007 fueron asesinados a sangre fría, en supuestos combates, por unidades del Gaula del ejército y la Fuerza de Tarea Conjunta del Caribe. Aún uno de los jóvenes se encuentra desaparecido.
Las víctimas fueron engañados por personas que les ofrecieron un trabajo cuidando ganado en fincas de la región, por este trabajo les iban a pagar 700.000
El trabajo sólo fue una ilusión y en menos de 48 horas después de su partida fueron reportados como dados de baja, algunos como peligrosos extorsionistas que tenían azotada la región, curiosamente nunca habían salido de Tolúviejo, y otros como presuntos guerrilleros.
El pasado 5:00 p.m. en la casa de la Cultura de Tolúviejo, donde después de un panorama general de las ejecuciones extrajudiciales en el país, los familiares de los once jóvenes le contaron al resto de la audiencia quiénes eran ellos y que hacían. A continuación se hizo un acto simbólico de solidaridad y acompañamiento en el cual se repartieron unos hilitos blancos en señal de que los muchachos siempre iban a estar entre nosotros y como símbolo del apoyo de todos nosotros hacia los familiares.
Acto seguido nos dirigimos a la entrada del pueblo, en el sitio conocido como “el campano”, lugar donde los muchachos estuvieron por última vez y donde se sentaban a esperar el carro que los llevaría al supuesto sitio de trabajo.
Del “campano” salimos recorrimos la calle principal de Tolúviejo en silencio y con velas encendidas, haciendo paradas en las cuales se dijeron los nombres de los jóvenes, para que se hicieran presentes y los demás habitantes del pueblo recordaran que alguna vez pasearon por esas mismas calles y recordaran el atroz crimen perpetrado contra ellos.
Al llegar a la plaza principal en la cancha de futbol donde los muchachos solían jugar se puso una bandera de Colombia sobre la cual se colocaron montoncitos de arena y una prótesis de pieza dental encima, al lado de la cual iba la foto de cada uno de los jóvenes.
Dientes que son símbolo de la permanencia, así que la memoria y el recuerdo de los once jóvenes permanecerá en todos sus familiares y amigos y en todas las personas del pueblo que recuerdan como en un mes acabaron con once vidas que le daban la alegría al pueblo, la tierra, la tierra de su pueblo natal como la última morada, pero también esconde otros cuerpos, otros jóvenes, hijos, sobrinos, primos, amigos que no han sido encontrados y que al igual que los once de Tolúviejo fueron usados para conseguir premios y reconocimiento.
La caminata continuó por las calles del pueblo hasta llegar al cementerio allí se hizo un acto religioso de perdón, fraternidad y memoria durante el cual familiares, amigos, gente del pueblo colocó las velas en la placa que reposa allí con los nombres de los once muchachos. El evento finalizó con palabras de agradecimiento de los familiares.
NUESTROS HERMANOS, PRIMOS, AMIGOS, SOBRINOS PRESENTES PARA SIEMPRE
Bogotá D.C. octubre 8 de 2009
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz