Oficina de la ONU para los Derechos Humanos condena amenazas contra defensores y defensoras de derechos humanos
La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condena con vehemencia las nuevas amenazas en contra de defensores y defensoras de derechos humanos en Colombia, y de reclamantes de tierras.
La Oficina conoció el 4 de julio un panfleto firmado por el autodenominado “ejército antirrestitución”, en el cual este grupo amenaza de muerte a varios defensores y defensoras de derechos humanos, y los acusa –según el panfleto- de “quitarle la tierra a los ciudadanos de bien para dársela a los guerrilleros”.
La Oficina recuerda que la defensa de los derechos humanos es una labor no sólo legítima sino indispensable en una democracia.
“Los defensores y las defensoras de derechos humanos no sólo deben ser protegidos por el Estado sino respetados por todas las personas de un país, ya que su trabajo es fundamental para lograr que se llegue al ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos, y sociales, económicos y culturales. La ONU respalda y valora su trabajo”, dijo Todd Howland, Representante en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, al rechazar estas amenazas.
La Oficina recuerda también que la restitución de tierras es un mecanismo de reparación a graves violaciones de derechos humanos, y que miles de personas en Colombia fueron asesinadas, desaparecidas, amenazadas y desplazadas de sus territorios, en los últimos años. Estas víctimas tienen derecho a la restitución de sus tierras, además de una reparación integral. Impedir el reclamo de estos derechos es un acto no solo ilegítimo sino que atenta contra los derechos de miles de colombianos.
La Oficina urge al Estado a investigar, juzgar y sancionar a los autores de las amenazas de muerte contra los defensores y defensoras de derechos humanos y reclamantes de tierras.
La Oficina invita a todas las personas en Colombia a solidarizarse y respaldar el trabajo de la defensa de derechos humanos, como parte de una cultura democrática que permitirá el desarrollo del país, y su camino hacia la paz.
Bogotá, D.C., 5 de julio de 2012