Ofendidos y aculillados
NO NOS DIGAMOS MENTIRAS, LO QUE tiene asustados a los del Partido de la U y a los conservadores que han amenazado la vigencia de la Unidad Nacional, es lo mismo que tiene aterrorizado al expresidente Uribe: las investigaciones encaminadas a establecer las conductas indebidas que ejecutaron durante ocho años de seguridad democrática, los negociados y quién sabe qué otras faltas imborrables
Lamentablemente en cada piedra que se levanta en el solar del Partido de la U y de los hermanos goditos aparece un prevaricato, un peculado, un cohecho, una celebración indebida de contrato, nepotismo, clientelismo, enriquecimiento ilícito, etc., etc. Algo parecido está ocurriendo con los otrora poderosos contertulios de la “Casa de Nari”, a juzgar por los contratos y vinculaciones de varios de ellos con los Nule, esos defraudadores y charlatanes que el procurador Ordóñez, con oscuras intenciones políticas, convirtió en víctimas y bendijo con el manto de la impunidad. Y eso que apenas está empezando a desenredarse el ovillo de la podredumbre de ese cartel nacional de la contratación, que la Procuraduría no quiere molestar.
Lo que ha pasado en la Dirección Nacional de Estupefacientes, según lo revelara su actual director, fue que muchos políticos, coincidencialmente godos y del Partido de la U, hicieron de los bienes de la mafia que el Estado persigue para hacerlos suyos una “guaca”, al igual que los soldados con los dólares encaletados de las Farc.
Nada diferente es lo que ha ocurrido en las oficinas de registro, algunas de ellas politizadas, porque en el régimen anterior, la Superintendencia de Notariado y Registro también fue un fortín que se puso al servicio de la delictuosa reelección de Uribe, y fue manejada como caja menor de unos politiqueros que eructaban lecciones de ética mientras comían del plato envenenado que saciaba sus apetitos burocráticos.
Ahora los conservadores desperdiciaron una oportunidad para mostrarse grandes, pues en vez de haber iniciado investigaciones internas para sancionar las conductas de sus afiliados comprometidos en actos de corrupción en Estupefacientes, Notariado o el Inpec, acudieron al expediente de declararse perseguidos porque supuestamente la ley de facultades al Gobierno para reformar el Estado les va a quitar el ponqué burocrático del que disfrutan hace 12 años.
Es una vergüenza que el insaciable y marrullero parlamentario Eduardo Enríquez Maya se duela de que el conservatismo haya perdido el Ministerio del Interior y de Justicia, el Inpec, la DNE y la Superintendencia de Notariado y Registro, pero se haga el bobo con el inmenso botín que para su partido está representando la Procuraduría, godificada y santificada, a tal extremo que sólo falta que icen una bandera azul y otra de los Legionarios de Cristo.
Igualmente sorprende que el joseobdulio de Santos, el inefable Angelino Garzón, cuando se supo que la Fiscalía compulsó copias a la Comisión de Acusación para que investiguen a Uribe por las “chuzadas”, hubiese advertido que “no vamos a dejar solo al expresidente”. Es una amenaza, no para la Comisión de Acusación, donde el exmandatario no corre peligro alguno, sino para los jueces que lo investigarán por sus supuestos vínculos con paramilitares antes de ser presidente. Esos jueces quedaron advertidos de que si tocan al expresidente, tendrán su merecido. Preparémonos para lo que pueda pasar.
La furia que tiene en vilo a la Unidad Nacional, nada tiene que ver con lo ideológico, menos con principios éticos, apenas con los expedientes que unos intocables pretenden que continúen en silencio, como todos estos años.
Adenda. Vergonzosa la actitud del magistrado Mauricio González, ante el exsenador Mario Uribe, para hacerse elegir en la Corte Constitucional. El entonces flamante secretario jurídico de Palacio, fue favorecido en cuanto se le permitió hacer campaña antes de que oficialmente se conociera la terna de uno en la que lo incluyeron.
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