Nuevos Atropellos contra las comunidades retornadas al Cacarica.
Desde el 9 y 10 de junio cuando entró en un momento climático la acción militar irregular en el Territorio Colectivo del Cacarica pasando por los Asentamientos “Nueva Vida” y “Esperanza en Dios” , luego de una retención de 26 pobladores afrocolombianos, del anuncio de la presencia permanente de hombres armados dentro de la estrategia paramilitar, del llamado a romper la propuesta comunitaria en la guerra, de la invitación a concertar con la Empresa Maderas del Darién, de iniciar Siembras de Palma de Aceite “Africana” y de Coca y de la confirmación de una base armada en la vereda conocida como La Balsa, territorio colectivo del Cacarica; del desarrolló de una nueva acción militar en octubre que llegó al Asentamiento “Esperanza en Dios” nuevamente en una actuación irregular con presencia de encapuchados y de civiles armados, se han presentado acciones que han afectado el intento de reestablecimiento alimentario de las comunidades.
Bogotá, Diciembre 10 del 2001
Doctor
ANDRES PASTRANA ARANGO
Presidente de la República
Doctor
GUSTAVO BELL LEMUS
Vicepresidente de la República
Doctor
ARMANDO ESTRADA VILLA
Ministro del Interior
Doctor
ROMULO GONZALEZ TRUJILLO
Ministro de Justicia y Derecho
Doctor
JUAN MAYER
Ministro del Medio Ambiente
Doctor
LUIS CAMILO OSORIO
Fiscal General de la Nación
Doctor
EDGARDO MAYA VILLAZON
Procurador General de la Nación
Doctor
EDUARDO CIFUENTES
Defensor Nacional del Pueblo
Doctor
CAMILO GOMEZ
Alto Comisionado de Paz
Ref: Nuevos Atropellos contra las comunidades retornadas al Cacarica.
Reciban un respetuoso saludo.
Desde el 9 y 10 de junio cuando entró en un momento climático la acción militar irregular en el Territorio Colectivo del Cacarica pasando por los Asentamientos “Nueva Vida” y “Esperanza en Dios” , luego de una retención de 26 pobladores afrocolombianos, del anuncio de la presencia permanente de hombres armados dentro de la estrategia paramilitar, del llamado a romper la propuesta comunitaria en la guerra, de la invitación a concertar con la Empresa Maderas del Darién, de iniciar Siembras de Palma de Aceite “Africana” y de Coca y de la confirmación de una base armada en la vereda conocida como La Balsa, territorio colectivo del Cacarica; del desarrolló de una nueva acción militar en octubre que llegó al Asentamiento “Esperanza en Dios” nuevamente en una actuación irregular con presencia de encapuchados y de civiles armados, se han presentado acciones que han afectado el intento de reestablecimiento alimentario de las comunidades.
* El sábado 13 de octubre a las 9:00 hora local, caserío Bocachica, Territorio Colectivo, a 20 minutos de donde se encuentra una zona de cultivo de las comunidades del Cacarica, un grupo de paramilitares encabezado por dos vestidos de camuflado y con armas largas se encontraron con un integrante de las comunidades retornadas cuando este estaba de caza. Los armados dispararon indiscriminadamente al miembro de la comunidad retornada cuando lo divisaron. El campesino logró huir entre los cultivos de maíz y de plátano. Minutos más tarde llegó a la casa de dormida de los trabajadores comunitarios, viéndose obligado junto con su familia y los demás integrantes de la comunidad, que participan en esta zona de trabajo comunitario, a salir hacia el Asentamiento “Nueva Vida” a donde llegaron después de seis horas de camino.
* El martes 27 de noviembre a las 12:00 horas en la vereda de Balsagira, zona de cultivo comunitario, Territorio Colectivo del Cacarica, un grupo de 150 hombres armados, civiles vestidos de camuflado, intentaron rodear a dos integrantes de la comunidad retornada, padre e hijo, que se encontraban pilando el arroz. Uno de los paramilitares los encañonó, obligándolos a entrar dentro de la casa, mientras los campesinos se oponían verbalmente preguntando las razones de por qué y para qué de esa orden, el hijo escapó. Mientras el armado le gritaba y le apuntaba diciendo: “h.p, malparido, no huya, no se mueva que lo mato”, el padre enfrentó al armado y se oculto entre los matorrales, mientras un grupo más numeroso, vestido de camuflado y con armas largas estaban rodeando una de las cinco casas de reserva de alimentos.
Horas más tarde, aproximadamente a las 14:00 horas, en el caserío conocido como Bocachica, dos campesinos que se transportaban en mula son detenidos por cerca de 100 hombres armados, vestidos de militar que venían de Balsagira. Los armados obligaron a los campesinos a servirles como guía para llevarlos hasta el resguardo indígena de La Raya y la comunidad de La Virginia –zona de cultivo comunitario de los retornados-, y los caseríos del río Perancho.
Esa noche acamparon en la zona del río Perancho aproximadamente 300.
* El miércoles 28, aproximadamente entre las 6:00 y 6:30 hora local, un grupo de 100 llegaron a la vereda Villa Hermosa – La Raya, Territorio Colectivo del Cacarica, zona de cultivo comunitaria. Al acercarse a una de las viviendas los armados activaron una metralleta M-60, lo que permitió que algunos de sus habitantes se ocultaran entre las plantas de maíz. Los campesinos observaron como saquearon las casas, quemaron los colchones, quebraron la loza, consumieron la comida y se llevaron algunos productos. Los armados dejaron una nota en la entrada de la vivienda invitándolos a dejar de ser población civil y a participar en su propuesta militar y social.
Minutos después, llegaron a una casa vecina ubicada en el mismo caserío, allí quemaron unos aparejos y se llevaron una motosierra. Los armados decidieron entonces regresarse hacia la vereda de Balsagira camino hacia la base que tienen en el caserío de La Balsa.
De camino los armados quemaron 5 casas de vivienda comunitaria en la zona de cultivo, se apropiaron del arroz trillado, quemaron 4355 puños de arroz, aproximadamente 35.000 libras de arroz, reserva de alimentación para seis meses. Los armados se llevaron dos mulas del Proyecto de Vivienda de la comunidad, documentos de trabajo de la comunidad, documentos de identidad y 900 mil pesos (U.S $ 430)
En horas de la tarde del siguiente día, el miércoles 28 de noviembre los dos campesinos fueron dejados en libertad pero los armados se quedaron con las dos mulas.
De acuerdo con las informaciones inicialmente recaudadas en el caserío La Balsa y San José La Balsa, además de la deforestación realizada por la empresa Maderas del Darién, se empezó a implementar desde hace más de 6 meses la extensión de cultivos de coca, custodiados por los civiles armados vestidos de camuflado, quiénes reciben apoyo logístico desde el municipio de Riosucio y cuenta con una zona de insumos en el caserío de La Honda.
* El lunes 26 de noviembre, hacia las 12:30 hora local, el paramilitar apodado “GILBERT”, quien participó en el retén paramilitar en Tumaradó durante el año 2000, parqueo la panga “la Cambumbera”, de color amarillo y blanca, en el municipio de Riosucio, a escasos 50 metros de la estación policial en un lugar de distribución de gasolina, mientras permanentemente patrullaba el ejército en el casco urbano.
* Luego de los combates que se han producido en la primera semana de diciembre, en la Cuenca del Salaquí, de los que existen informaciones imprecisas, se ha visto un movimiento significativo de pangas particulares sobre el río Atrato movilizando civiles heridos, algunos muertos, vestidos con prendas militares y el movimiento de armados con armas largas.
Es evidente que si desde hace 5 años, las estructuras encubiertas en la Brigada XVII que generaron el desplazamientos forzoso en diciembre de 1.996 y luego en febrero de 1.997 en la “Operación Génesis”, en cabeza del General RITO ALEJO DEL RIO apoyado en civiles armados de los paramilitares, llamados “Autodefensas Campesinas” se hubieran combatido, se hubiese esclarecido y sancionado a los responsables de tantos centenares de crímenes cometidos, nada de lo que hoy está ocurriendo en el bajo Atrato se estaría produciendo.
Sigue siendo recurrente, a pesar de que ha sido conocido por todas las autoridades, los lugares y la ubicación desde los que se planean los operativos armados contra las comunidades del bajo Atrato, en Necoclí, Totumo, San Pedro de Urabá, Piedrecitas, Turbo Unguía, Zapzurro, El 40, La Balsa, Riosucio, Quibdó, la inaplicabilidad de la Política de Derechos Humanos y DIH respecto a los combates a los “grupos de autodefensa” y la destitución por vía administrativa de los militares comprometidos en violaciones a los Derechos Humanos; mucho menos se han tenido en cuenta las recomendaciones de la comunidad internacional en el sistema regional y el sistema de naciones unidas.
Dejamos nuestra Constancia Histórica ante la repetición fatídica de nuevos atropellos contra las comunidades del Cacarica en una acción encubierta que destruyó las posibilidades de su seguridad alimentaria, ante el desarrollo de una acción militar que pretende destruir la propuesta de afirmación de derechos integralmente concebidos en relación con la vida, el territorio, la defensa de los recursos naturales, a costa no solo de las modificaciones ambientales naturales sino de daños irreparables contra la vida de los pobladores del Cacarica. El desarrollo de la estrategia militar irregular no cesa, y a pesar de las reuniones de alto nivel, de la solicitud de adopción de medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de derechos humanos nada se ha logrado frente a unas comunidades retornadas que cuentan ya más de 80 asesinatos y –o desapariciones.
En su despacho nuestra Censura Moral pues siguen rompiéndose todos los límites en la lucha contra insurgente contra las FARC EP a través de la estrategia encubierta y abierta del paramilitarismo orientada contra la población civil. La sistematicidad de diversos atropellos, desde amenazas, bloqueos, saqueos, señalamientos, asesinatos, desapariciones, bombardeos, apropiación ilegal de recursos naturales, la participación de civiles armados y pagados, la negación de las decisiones comunitarias en la elección del Consejo Mayor de la Cuenca por parte de las autoridades, ante la implementación de proyectos agroindustriales como la Palma Aceitera al margen de las posturas comunitarias, de la deforestación ilegal de empresa maderas como Madarién, y de la producción extensiva de coca custodiada por las estructuras criminales que generaron el desplazamiento, cada vez más desnaturalizan el Estado de Derecho.
Las comunidades afrocolombianas, mestizas e indígenas del Cacarica cada vez están siendo llevadas al límite ante la imposibilidad de asegurar su sobrevivencia alimentaria, de reconstruir su tejido social y su Proyecto de Vida como población civil en un territorio de gran riqueza. En sus manos la decisión y la responsabilidad de evitar que la erosión del Estado de Derecho siga produciéndose. Hoy en medio de la destrucción de sus proyectos productivos por las acciones que se han realizado desde junio queda a ustedes la responsabilidad de evitar daños irreparables que sus victimarios nuevamente han anunciado contra los habitantes del Cacarica.
Dejamos nuestra Constancia y Censura Moral ante la humanidad, en este día universal de los derechos humanos, deseando que alguna vez, en algún momento de la historia, los atentados sufridos y la sistematicidad de las acciones de persecución y de terror vividas por las comunidades sean castigadas.
Con profunda preocupación,
COMISION INTERCONGREGACIONAL DE JUSTICIA Y PAZ
c.c Comunidad Internacional