Nueva matanza en Cauca aumenta las alarmas
Un comando de ocho hombres vestidos de negro y armados con fusiles sembró el terror en una vereda del municipio de Sucre, donde balearon a dos campesinos y quemaron a una pareja dentro de su casa.
Las incursiones de comandos armados, que se creía eran cosa del pasado en el departamento de Cauca, volvieron a sembrar el terror en esa zona del país.
La mañana de este domingo llegaron ocho hombres vestidos de negro y portando armas de largo alcance hasta la vereda La Primavera, a escasos tres minutos del municipio de Sucre, en el sureste de Cauca, según relataron testigos a defensores de derechos humanos.
Una vez allí dispararon sus fusiles contra los campesinos Simón Álvarez Soscué y Salvador Acosta. Ambos recibieron disparos en la cabeza y el abdomen y milagrosamente uno de ellos, el señor Acosta, alcanzó a ser llevado a un hospital de Popayán y su diagnóstico aún es reservado. El otro campesino murió en el lugar de los hechos.
Antes de cometer ese asesinato, el comando armado le prendió fuego a una vivienda vecina con dos de sus ocupantes adentro. En efecto, las autoridades hallaron los cuerpos incinerados de una pareja de humildes campesinos: Martha Pipicano y Libio Antonio Álvarez.
Carlos Mora, alcalde de Sucre, lamentó ese nuevo hecho de violencia y recordó que hace apenas una semana un joven fue asesinado por sicarios. “Estamos muy preocupados y por eso les pedimos a las autoridades que investigan rápidamente lo sucedido”, dijo el mandatario a Semana.com
Su inquietud está más que justificada, ya que a esas tres muertes se suma el crimen de los tres líderes del Macizo Colombiano asesinados la semana pasada en el municipio de Almaguer por otro grupo de hombres vestidos de camuflado y armados con fusiles. Tanto Almaguer como Sucre son poblaciones vecinas ubicadas en el sur de Cauca.
Esa incursión ocurrió el 29 de agosto en la vereda La Herradura, donde un comando armado los interceptó en la carretera, los trasladó hacia otro caserío conocido como Monte Oscuro y allí los mató. Las víctimas de esa masacre fueron identificadas como los líderes caucanos Nereo Meneses, Marco Meneses y Ariel Sotelo.
Esas dos incursiones armadas en menos de una semana hicieron que la Defensoría del Pueblo emitiera un comunicado en el que “reitera su alarma frente a estas expresiones de vulneración del derecho fundamental a la vida, evalúa el envío de una solicitud a la Comisión Intersectorial de Alertas Tempranas del Ministerio del Interior, ante la repetición de esta modalidad de asesinatos selectivos contra la población civil en el centro del departamento de Cauca”.
Por su parte, Mauricio Redondo, defensor del Pueblo en Cauca, recordó que en mayo pasado su entidad emitió una alerta temprana por afectación a la comunidad, debido a que esta salió en defensa de su territorio ante la llegada de grupos armados ilegales.
El sur del departamento históricamente ha sido refugio de grupos guerrilleros como el ELN y las FARC. Desde hace varios meses el Macizo Colombiano, con sus municipios aledaños, se convirtió en centro de operaciones para la minería ilegal y cultivos de coca.
De hecho, varios de los golpes más recientes de las autoridades contra la minería ilegal en esa zona del país han recaído contra estructuras del frente de guerra ‘Manuel Vásquez Castaño‘ y su compañía ‘Camilo Cienfuegos‘, del ELN.
Sin ir muy lejos, el 30 de junio pasado el Ejército capturó en Bolívar, Cauca, a Dúlmer Muñoz Hoyos, alias ‘Oso Panda‘, considerado el cuarto jefe de ese frente eleno.
Además, en abril de este año se realizó una operación conjunta entre el Ejército, la Policía, la Armada, la FAC y el CTI de Cauca, en la que desmantelaron toda la estructura criminal existente alrededor de la explotación ilegal de oro, en especial sobre el mítico río Sambingo, que se secó por completo a comienzos de este año.
En esa operación los investigadores de la Fiscalía descubrieron que toda esa estructura criminal era liderada por el ELN y su frente ‘Manuel Vásquez Castaño‘. En el proceso también fueron capturados funcionaros y exfuncionarios de municipios de Cauca y Nariño, al igual que un policía activo. Se estima que toda esa organización manejaba cerca de 8.000 millones de pesos.
De ahí que varias fuentes consultadas por este portal coinciden en asegurar que existe una extraña coincidencia entre los golpes que vienen propinando las autoridades contra el ELN y la muerte de líderes y campesinos de la zona.
Todo ello sumado a que justamente a finales del año pasado se conocieron denuncias de amenazas de muerte contra dirigentes que salieron en defensa de sus territorios, ante la expansión de la minería ilegal que afecta la estrella hídrica del país: el Macizo Colombiano.
Fuente: http://www.semana.com/nacion/articulo/asesinatos-en-cauca-encienden-alarma/492591