Nueva ejecución extrajudicial en Cauca
Militares del batallón José Hilario López adscrita a la brigada 29 asesinaron a Wilder Eduardo Olave. El crimen sucedió el pasado viernes en el caserío Vibora, municipio de Inzá a las tres de la tarde. El joven campesino de 19 años se encontraba recogiendo leña en la huerta de su lugar de habitación.
Mientras Wilder se encontraba en esa labor, muy cerca de la vivienda se encontraban los militares acantonados en la cancha de fútbol.
La madre y hermana que se encontraban en la vivienda, a pocos metros de la huerta, escucharon dos disparos. Su madre salió rápidamente de la casa y se dirigió hacia la huerta pero encontró a un militar que al observarla disparó al aire en dos ocasiones y huyó del lugar.
Segundos después la campesina escuchó varias ráfagas que por el temor que produjeron la obligaron a regresar a su casa.
Aproximadamente quince minutos después un vecino les informó a la madre y la hermana de Wilder que había un cuerpo sobre la huerta. Los tres campesinos se acercaron y encontraron el cuerpo ensangretado de Wilder.
Dados los dolorosos hechos, los campesinos se dirigieron a donde los militares, observando que estaban empezando a levantar sus tiendas. Los campesinos les exigieron no retirarse del lugar y explicar lo sucedido.
Uno de los militares expresó que habían sido hostigados desde la parte alta por la guerrilla, y que en el cruce de disparos cayó el campesino.
Los campesinos reiteraron que en ningún momento hubo enfrentamiento armado y le exigieron a los militares no retirarse hasta contar con la presencia de la personería e inspección municipal.
Hacia las cinco de la tarde, arribaron los funcionarios ante quienes los militares insistieron que la muerte de Wilder era consecuencia de un cruce de disparos.
Media hora después el cuerpo sin vida de Wilder fue remitido al hospital de la cabecera municipal de Inzá.
Hoy sábado en horas de la mañana fue trasladado a la ciudad de Popayán a medicina legal.
No es la primera vez en el municipio de Inzá que los militares cometan este tipo de violaciones de derechos humanos.
El negacionismo, el encubrimiento y la modificación con justificaciones falsas de los hechos reiteran una actitud y una práctica institucional para asegurar la impunidad.
Bogotá, D.C. Enero 18 de 2014
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz