Nueva Agresión en las Zonas Humanitarias del Consejo Comunitario del río Jiguamiandó y familias de Curvaradó
Nuevamente nuestra Constancia y Censura Moral ante las actuaciones militares encubiertas de tipo paramilitar en desarrollo de las operaciones regulares de la Brigada XVII, que se efectúan desde el 26 de enero en el Territorio Colectivo del Jiguamiandó.
Bogotá, D.C febrero 28 de 2005
Doctor
FRANCISCO SANTOS
Vicepresidente de la República de Colombia
Doctor
EDGARDO MAYA VILLAZON
Procurador General de la Nación
Doctor
VOLMAR PEREZ
Defensor Nacional del Pueblo
Ref: Nueva Agresión en las Zonas Humanitarias del Consejo Comunitario del río Jiguamiandó y familias de Curvaradó
Reciban un respetuoso saludo.
Nuevamente nuestra Constancia y Censura Moral ante las actuaciones militares encubiertas de tipo paramilitar en desarrollo de las operaciones regulares de la Brigada XVII, que se efectúan desde el 26 de enero en el Territorio Colectivo del Jiguamiandó.
Es la tercera ocasión en menos de tres semanas en que nos hemos dirigido a ustedes a fin de que se actúe de modo urgente con decisiones estructurales que eviten nuevos daños irreparables a la vida e integridad personal de los habitantes afrodescendientes y mestizos, se respete su identidad como pueblo y se adopten las medidas urgentes que suspendan la siembra de palma aceitera de modo ilegal en su Territorio evitando la extinción de la comunidad y desastres ambientales inconmensurables.
Hace dos días, el sábado 26 de febrero 1:00 a.m un grupo de 10 niños y jóvenes afrodescendientes que adelantaban labores de caza fueron retenidos por hombres armados, vestidos de camuflado, algunos con distintivos de la Brigada XVII, quienes les impidieron su movilización y los sometieron a un interrogatorio acerca de la presencia de la guerrilla.
Los afrodescendientes afirmaron, lo que ellos saben y conocen, que en las Zonas Humanitarias no existe guerrilla. Los efectivos armados obligaron a caminar a los niños y los jóvenes, escoltados forzadamente por ellos, hasta el lugar en que se encuentra la Zona Humanitaria ”Pueblo Nuevo”.
Hacia la 1:25 p.m. un grupo de 10 hombres armados irrumpieron al lugar humanitario de Pueblo Nuevo, pasando por encima de todos los signos distintivos de prohibición y de presencia exclusiva de la población civil. Los armados rodearon la casa de MANUEL DENIS BLANDON, representante legal del Consejo Comunitario del Jiguamiandó, descargaron los morrales, mientras otro grupo de 37 armados los esperaba desde una platanera en la parte baja de la Zona Humanitaria. Los armados portaban 4 equipos de comunicación, mercado, ollas 2 portaban insignias del Batallón Voltígeros de la B. XVII, 2 con escudos y la bandera de Colombia en el hombro, uno portaba brazalete de las AUC y otro portaba insignias del batallón Bejarano de la B. XVII.
Cuando los misioneros acompañantes de nuestra Comisión Justicia y Paz, les exigieron respeto por el lugar humanitario y les solicitaron que se retiraran del lugar, manifiestaron “¿“cuál zona?. Nosotros estamos de paso”. En ese momento hombres del grupo que les esperaba hizo señales y todos se movilizaron hasta encontrarse.
A los pocos minutos, los efectivos armados ingresaron al caserío, lo caminaron y cruzaron el río Jiguamiandó hacia su margen izquierda aguas arriba, utilizando una pequeña embarcación tipo champa, propiedad de los afrodescendientes.
Uno de los armados, antes de salir del lugar humanitario se acercó a los miembros del equipo misionero como el comandante “RAMIRO 77” de las AUC y expresó: ”yo soy ilegal, puedo pasar por donde quiera. Yo soy conocedor de la zona.”
A la 1:55 p.m cuando todos los efectivos armados terminan de cruzar el río Jiguamiandó se ubicaron al frente de la zona humanitaria desde donde han mantenido la vigilancia y el control sobre los movimientos de la población, cocinan, lavan ropa y recogen agua.
Hacia las 4:15 p.m. retuvieron e interrogaron a varios afrodescendientes que llegaban a la Zona Humanitaria con bienes de supervivencia. Luego de unos minutos, les permitieron arribar a la Zona Humanitaria.
A las 5:30 p.m. continuo la presencia armada en frente de la Zona Humanitaria, sin que la comunicación de alerta hecha a las autoridades nacionales hubiese generado alguna reacción de la Comandancia de la Brigada XVII
Nuestra Constancia Histórica ante la ausencia de una respuesta formal y eficaz del Gobierno Nacional frente a la pretendida confusa presencia armada de tipo paramilitar en la que se evidencia la interacción con unidades militares de la Brigada XVII.
Desde el 26 de enero pasado no se ha adoptado ninguna actuación contundente de tipo administrativo desde el ejecutivo o de tipo disciplinario o de prevención tendiente a enfrentar de raíz, lo que ya se ha hecho costumbre y cotidianidad la actuación abierta de tipo paramilitar en medio de las operaciones regulares de la Brigada XVII.
Nuestra Censura Moral ante un operativo que desconoce el Derecho en desarrollo del cual su objetivo ha sido la población civil que habita en las Zonas Humanitarias, se ha intimidado, se ha amenazado y se ha pretendido desarrollar una estrategia psicológico que posibilite la desestructuración del proceso comunitario. En unas actuaciones se presentan como regulares, en otras como irregulares, pero tanto en unas como en otras se mantiene un mismo grupo de hombres perfectamente identificable por parte de las víctimas de esta actuación.
En presencias como la del sábado se presentan como “AUC”, pero sin resquemor alguno no se cuidaron de ocultar los distintivos dos batallones de la Brigada XVII, ni de explicar por qué el ejército Nacional no los enfrentó, cuando oficialmente se ha informado y ratificado que lo que se desarrolla es un operativo militar regular desde finales del mes de enero en la cuenca del Jiguamiandó. Simultáneamente mientras el control militar se desarrolla contra los afrodescendientes y mestizos es coincidente el avance de la siembra ilegal de palma aceitera con la destrucción de los bosques nativos primarios en el misma dirección de la presencia armada institucional, la misma de los paramilitares
Nuestra Censura Moral ante el enquistamiento de estructuras paramilitares dentro de las operaciones regulares en desarrollo de una estrategia de control institucional en todo el Territorio del Jiguamiandó coincidente con la ampliación de la frontera agrícola en la siembra de palma y con la definición de un blanco militar ilegitimo, la población civil centro de actuaciones de intimidación, hostigamiento y de las violaciones de derechos humanos.
Nuestra Constancia y Censura Moral a fin de que en coherencia con una política de seguridad se enfrenten las estructuras paramilitares amparadas en las estructuras regulares de la Brigada XVII< se respete y se generen garantías para la presencia humanitaria nacional e internacional que se encuentra en las Zonas Humanitarias del Jiguamiandó, Pueblo Nuevo, Nueva Esperanza, Bella Flor / Remacho. En sus despachos, de acuerdo con sus facultades constitucionales, la posibilidad de impedir daños irreparables a la vida e integridad personal y comunitaria de los afrodescendientes, y la posibilidad de adoptar con carácter urgentes las medidas que permitan la supervivencia de los afrodescendientes y de los territorios titulados por el Estado colombiano. De toda consideración, COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ