Nuestra memoria de horror es tiempode dignificación

Hoy hace 1 año el horror atravesó espacios territoriales en Argelia, la bota caucana, hoy se perpetúa en medio de la presencia militar y policial, el control de la vida, la presión sexual, las desapariciones forzadas. La mirada indolente, estigmatizadora, manipuladora y represora se cierne sobre sus habitantes y sobre las familias desplazadas, que hoy deambulan entre las calles de algunas capitales de Colombia.


Les invitamos a leer este retrato del horror escrito por sus víctimas

Bogotá, D.C. 22 de Abril de 2009
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ

NUESTRA HISTORIA DE HORROR Y DE ESPERANZA

Hace un año, el 20 de Abril de 2008 estructuras paramilitares denominadas rastrojos, nueva generación, AUC irrumpieron violentamente en nuestro municipio de Argelia. El recorrido criminal de esta estructura se centró en los corregimientos del Mango, el Sinaí, San Juan de la Guadua, la Belleza y en la vereda de Cristales Alto, corregimiento del Mango, desde ese día ejercen un control social, militar, económico y político sobre toda la población, nuestros vecinos qu allí aún se encuentran sometidos a su poder.
Pero su accionar ha contado con la complicidad, aquiescencia, omisión y connivencia de autoridades civiles locales como de autoridades policiales y militares que desde enero del año 2007 con un fuerte despliegue militar hacen presencia en el municipio de Argelia.
Estas estructuras paramilitares nunca se desmovilizaron o nunca simularon la particpación en un show mediático, llegaron a posesionarse de los territorios de comunidades indígenas, afros y campesinas geoestratégicamente importantes donde se proyectan inversiones económicas del capital nacional y multinacional. Es así, como la policía y el ejército nacional de Colombia realizan operativos militares contrainsurgentes y anti-narcóticos y ellos están alli, cuando no conviviendo, con una actitud de ceguera.

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En el desarrollo de estos operativos militares nuestra vida ha sido profundamente afectada la vida de la población civil pues van intimidando, señalando, amenazando, torturando y anunciando la llegada de los mochacabezas, de los sin compasión, de los que no perdonan nada. Esto, efectivamente fue efectivamente lo que nos ocurrió en el municipio de Argelia. La “operación Espada 2 y Bayoneta” de enero de 2007 ordenada, dirigida y desarrollada desde la brigada 29 del ejército nacional de Colombia fue el inicio del sufrimiento de los pobladores de esta región que han sido víctimas primero del señalamiento, la persecución, amenazas y torturas de los militares y desde el 20 de Abril de 2008 con la arremetida paramilitar los éxodos masivos forzosos, asesinatos, desapariciones, atentados, torturas, acceso carnal violento, amedrentamiento y así el sometimiento de la población y el control territorial.

Cuando el Estado y el gobierno colombiano pregonan la tan sonada “desmovilización” paramilitar y efectividad de la política de seguridad democrática, en Argelia Cauca van más de 150 familias desterradas de sus caseríos por los paramilitares.

Cuando el gobierno y el Estado anuncian transparencia y respeto de los derechos humanos por su ejército y policía, hemos visto, como son participes de Crímenes de lesa humanidad en Argelia Cauca, más de un centenar de asesinados cruelmente como es el caso de ROBERT ANDRES RUIZ Y ALEXANDER SANCHEZ quienes fueron sacados violentamente de sus viviendas el día 27 de Abril de 2008 y posteriormente descuartizados y enterrados en una fosa común en el corregimiento del Diviso y víctimas de desaparición forzada como el caso de ELDER DAZA, ARMANDO CERON, GERERDO HOYOS,
HENRY GAVIRIA quienes fueron sacados violentamente de sus viviendas el 1 de junio de 2008 en el corregimiento de san Juan de la Guadua, siendo torturados psicológica y físicamente y hasta el momento no se tiene ninguna información sobre la suerte que hayan podido correr, ni de su paradero. Todo esto ha ocurrido a escasos metros de distancia donde se encuentran estaciones de policía y sitios de control del ejército colombiano.

La situación de Argelia es una prueba fehaciente de la mentira estatal, que pretende engañar a través de sus formas mediáticas a la opinión nacional e internacional respecto a la denominada “desmovilización paramilitar”; no es más que el cambio de imagen, la reestructuración del paramilitarismo en la lógica de lo estatal con el objeto de cambiar los sentidos e imaginarios colectivos.

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El paramilitarismo en Colombia está más activo que en cualquier otro momento, lo que sucede en el municipio de Argelia-Cauca desvirtúa todo tipo de negación de su existencia, evidencia cada día sus nexos con militares, policías y autoridades civiles de la localidad, cuando ante los ojos de la inerme población comandantes militares y policiales departen en establecimientos públicos con los paramilitares, se movilizan conjuntamente en los mismos vehículos y en algunos momentos operan conjuntamente, nosotras y nosotros lo hemos visto. La crueldad y la sevicia con la que se ensañan contra las personas nos han convertido en sus víctimas son sus ya viejos y conocidos rituales de muerte cuya simbología aterroriza y golpea cualquier sensibilidad humana.

Las acciones paramilitares en Argelia, Cauca, han relatado y que además de ser conmovedoras y estremecedoras, que nos han destruido nuestro cuerpo social, nuestra ideas, pero aún estamos desde la memoria, en medio de la persecución dando fe de lo que sucede.

Pero desterrados de Argelia hemos sido discriminados en Popayán y otras ciudades y nos quieren obligar a metir. Funcionarios de Acción Social nos condicionan a cambiar sus declaraciones, a denunciar que fue la guerrilla quien nos desplazó, para ser registrados y asistidos como desplazados.

A un año del masivo destierro de campesinos de Argelia la impunidad empieza danzar. De las acciones jurídicas interpuestas en el escenario local y nacional algunas han fallado en contra de nosotros y de otras no ha habido respuesta alguna, mientras esta estrategia oficial avanza, y los victimarios se posesionan de nuestro territorio y quieren hacerlo también de nuestras vidas, vivimos en condicionesde indigencia, sobreviviendo de la poca solidaridad .

A un año del destierro masivo de campesinas y campesinos de Argelia las desapariciones, las amenazas, los asesinatos selectivos continúan. Este tipo de actuación paramilitar en Argelia también en Abril, como en Trujillo Valle del Cauca, como en el Naya, como en Buenaventura seguimos desde la historia, desde nuestra memoria reconstruyendo la historia de dignidad.

Hoy seguimos en un proceso de búsqueda de justicia, verdad, reparación integral, afirmamos nuestra dignidad y por eso resistimos.
Ahora en este tiempo, en que el Estado abdica de sus responsabilidades, en que pretenden ocultar la verdad y proteger a los victimarios, afirmamos nuestra dignidad


Familias de Argelia desplazadas