“No nos manden a matar” grito de angustia en El Caquetá

“No nos manden a matar por defender el bien común y la biodiversidad de la Amazonía”, es el grito de angustia pronunciado ante los medios de comunicación de la región, por el reconocido líder campesino José Antonio Saldarriaga, cuando según él, en la vereda Lusitania del municipio de Valparaíso, el ejército al mando de un sargento los desalojó a bala porque estaban impidiendo el paso de la empresa Petroseismic, que hace trabajos de sísmica para las petroleras en la región; como resultado de la balacera, el campesino Wilson Váquiro recibió un disparo por la espalda que le perforó el colon y en consecuencia está en cuidados intensivos en el Hospital María Inmaculada de Florencia, donde aún no le han podido extraer el proyectil.


Video tomado del facebook de Arturo Mayorga

Florencia. La resistencia contra la entrada de las petroleras al Caquetá, está tomando visos alarmantes de violencia; un campesino en cuidados intensivos por un supuesto ataque del ejército en la vereda Lusitania para despejar la vía que los campesinos habían bloqueado con el fin de evitar el paso de los equipos y trabajadores de la empresa Petroseismic, es apenas un eslabón en la cadena de graves sucesos que se están presentando en gran parte del Caquetá.

En los municipios de El Paujil y El Doncello, se vive un ambiente de extrema tensión, después de la quema de cableado de la mencionada empresa supuestamente por los campesinos y la incineración de una camioneta particular por encapuchados aún no identificados, hechos que prendieron las alarmas hacia el norte del departamento lo que obligó a la alcaldesa del Doncello Sandra Milena Lozada Floriano, a hacer un angustioso llamado al gobierno nacional para que conforme una comisión de alto nivel que venga al Caquetá a buscar soluciones a la grave problemática que se está presentando.

Ante las denuncias de la comunidad campesina de El Paujil, en el sentido de que la fuerza pública no les permite la libre movilización, los diputados Arturo Mayorga, Reinaldo Castrillón y Angélica María Henao, acompañados de concejales de ese municipio, llegaron al sitio donde la fuerza pública impide la libre movilización argumentando que la Petroseismic tiene cableado en la carretera y los campesinos lo desconectan, lo que prueba que si es cierto que la fuera pública está protegiendo los intereses de las multinacionales en lugar de proteger la vida y honra de los colombianos, según argumentan los líderes campesinos. (ver video).

Además de una comisión de alto nivel, la alcaldesa de El Doncello ya solicitó oficialmente al gobierno nacional la realización de una consulta popular para definir si la comunidad quiere o no la explotación petrolera; el alcalde de Belén de los Andaquíes dice que su municipio está blindado jurídicamente contra las petroleras porque tiene desde hace muchos años gran parte de su territorio declarado reserva forestal, incluyendo una parte con un área de 27.000 hectáreas que colinda con El Huila, además de una ordenanza que proclama a su municipio como “Protector del agua”.

Por las emisoras que en Florencia les da participación a la comunidad, masivamente las gentes se pronuncian a favor de la resistencia civil campesina y le piden al gobernador Alvaro Pacheco Álvarez que se pronuncie en favor de los labriegos así se pierda la mermelada de las regalías; es mejor tener agua que es vida y no petróleo que significa desierto, dice la gente que también le pide a los dos representantes del Caquetá a que se pongan al lado del pueblo y que lo defiendan.

El Caquetá que ha sufrido desde siempre el azote del centralismo y los intereses de las multinacionales, como pasó en el siglo pasado con la explotación del caucho y la quina que diezmó inmisericordemente a tribus enteras, que acogió a miles y miles de colonos que huyeron de la violencia del interior del país en la década del 50, que vivió la guerra con el M19 que incluyó un intento de toma de su ciudad capital, que ha sufrido la terrible guerra con las Farc en la cual ha perdido a sus mejores hijos, incluyendo dos gobernadores en ejercicio, tres parlamentarios, alcaldes, concejales y diputados, el Caquetá repito, está a las puertas de una nueva violencia, la violencia del propio Estado contra sus campesinos, estos por defender el territorio y el agua y el Estado por proteger sus intereses económicos y los de las multinacionales del petróleo, así convierta al departamento en un nuevo desierto, como ya ha ocurrido en otras partes del país; “No nos manden a matar” es un grito angustioso que el gobierno nacional tiene que escuchar.

Fuente: http://selva.com.co/wp/no-nos-manden-a-matar-grito-de-angustia-en-el-caqueta/

Imagen tomada del vídeo.