No mejoramos
Como en el mundo, la situación de periodistas y libertad de expresión en Colombia durante el año pasado fue de contrastes.
Si bien las cifras que entregan Reporteros sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa parecen alentadoras, muy otra es la realidad que viven reporteros y medios, especialmente en las regiones.
Dichas entidades acogen como oficial la muerte, en 2010, de un periodista por razones de su oficio. No obstante, quedan por aclarar por lo menos cuatro muertes según balance de Fecolper, entidad que contabilizaba 98 agresiones sólo en el primer semestre.
Esas agresiones van desde limitación al acceso a la información o chantaje publicitario, que la Flip ayuda a documentar en su informe sobre censura indirecta en la radio comercial, hasta amenazas directas o agresiones físicas.
Pero las cifras pierden contundencia frente al trabajo de campo, más aún lejos de Bogotá. Es la desazón que deja leer ‘País lejano y silenciado: Autocensura y prácticas periodísticas en el periodismo regional’, documento de Flip y Medios Para la Paz que evidencia la autocensura de reporteros que callan por seguridad acerca de la cruda realidad en sus zonas infestadas de bandas criminales, neoparamilitares, narcotráfico, corrupción y desplazamiento por culpa de todas las formas de violencia.
Como dijo la SIP, campean las campañas de desprestigio y propaganda negra. El twitter del ex presidente Uribe y su círculo íntimo no es más que una deplorable muestra de ello. Con razón RSF le pidió a Santos que rompiera con las prácticas de su antecesor.
Las cifras son la punta de un iceberg que gobierno y gremios no han dimensionado en la afectación humana a reporteros ni en la calidad periodística de sus relatos, afectados por prácticas pervertidas, a la fuerza, que impiden que las audiencias conozcan lo que está sucediendo. ¿Cómo discutir ese deshonroso puesto 145 entre 170 naciones en el ranking de libertad de prensa?
Que haya aumentado a 30 años la prescripción de penas para crímenes de periodistas es un paso, pero mucho tiene por hacer el Estado para que Colombia también pueda celebrar este 2011, según propone la SIP, como el de “la libertad de expresión”.
www.mariomorales.info y en Twitter @marioemorales
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