No hay Derecho

Es el título del artículo de Alfredo Molano en la edición del fin de semana de El Espectador. Una apreciación, al caso de los irlandenses acusados de haber entrenado a los guerrilleros de las FARC. Tres años de un largo proceso judicial que concluye con la inocencia de los imputados, fallo cuestionado por los medios y sectores castrenses. Este título ampliable a últimos casos y hechos, el de CAVIDA, los acompañantes internacionales y Justicia y Paz. A las palabras de Fabio Echeverri sobre los Defensores de derechos humanos y las del Ministro de Defensa en su vista a Bojayá. No hay Derecho. Ustedes leerán y seguramente que dirán lo mismo No hay Derecho.


Pero el título nos sirve para expresar nuestro cuestionamiento a las estrategias de montajes y de presiones mediáticas contra Justicia y Paz a través de las actuaciones del DAS y de abogadas de empresas privadas, que a través de los medios de información como Noticias RCN, el pasado 24 de abril, han nuevamente divulgado versiones tergiversadas, falsas, calumniosas contra las comunidades del Cacarica CAVIDA, Justicia y Paz y los organismos humanitarios internacionales. Parece ser que sobrevivir a las amenazas, actuar en derecho desmontando los montajes puede ocultarse con actuaciones mediáticas que atentan a la moral y a la razón de ser de organizaciones de derechos humanos.

Los montajes no cesan, como las actuaciones irregulares, ausentes de independencia y de debido proceso de agentes de DAS, delegados en órdenes de trabajo emanadas de la Fiscal del proceso 1274 que se sigue contra un integrante de Justicia y Paz.

Tampoco las actuaciones administrativas irresponsables, carentes de imparcialidad que expresan de facto el desacato a la Sentencia T 955 – 2003, de parte del Director de Minorías Étnicas del Ministerio del Interior, Dr. JESÚS RAMÍREZ, al actuar de modo parcial a favor de los intereses de un sector que continúa desarrollando la estrategia de montajes judiciales contra las Comunidades del Cacarica, CAVIDA y contra Justicia y Paz.

Tampoco cesan los montajes mediáticos articulados por empresas maderas, o personajes oscuros ligados a la misma como abogadas JOHANA CABEZAS, cercana a los círculos del Ministerio del Interior, ella ejerciendo el Derecho con la presión o el aporte a testigos falsos contra CAVIDA y contra Justicia y Paz, o entregando a los medios de información imágenes que se usan como parte de estrategias para descontextualizar, tergiversar y engañar a la opinión pública. Ella al lado del General JORGE ENRIQUE MORA RANGEL, en agosto del año pasado, al lado de falsos testigos, acusándonos de ladrones, de terroristas y guerrilleros de las FARC. Ahora de nuevo en estrategias perversas que ocultan los intereses mezquinos de sectores interesados en los territorios de los afrodescendientes. Por eso resonamos con el título del artículo de Alfredo Molano No hay Derecho.

No hay Derecho que asesores privados del Presidente Álvaro Uribe, como FABIO ECHEVERRI CORREA hagan apreciaciones contra la moral de los defensores y organizaciones de derechos humanos, como quedó en el artículo del 25 de abril del diario El Espectador.

“Pero los derechos humanos siguen siendo el talón de Aquiles de Uribe en el exterior…
Ah, sí, pero es que ¿quién puede hacer que esos piscos que se ganan esos sueldos gigantescos y manejan esas ONG vayan a hablar bien del Gobierno? Si lo hacen, pues se les acaba la cuchara. Hay un montón de tipos que tienen que andar inventando cuentos y haciendo símiles y cosas de esas. Yo lo que no entiendo es por qué no les dan hospedaje por allá en Francia o en España o en otro montón de países en donde la cosa funciona diferente.

No hay Derecho a que se siga en la deslegitimación moral. La ampliación de las dudas las ha hecho, el mismo Ministro de Defensa, ALBERTO URIBE, quién lanzó, según el diario El Tiempo, dudas sobre la honestidad de organismos humanitarios internacionales y de derechos humanos. El temor no es a ser investigados, pues, no hay nada que ocultar, extraña que se investigue a organismos de reconocidísima trayectoria internacional o de más de una decena de años de existencia en la región acompañando a comunidades afrodescendientes, indígenas y mestizas. No hay temor a las preguntas, si no al uso de la “inteligencia” , porque eso se ha convertido en manos de militares en otra cosa.

El Ministro de Defensa, Jorge Alberto Uribe en su visita a Bojayá, en el Chocó, expresó, según el diario El Tiempo, en su edición del 28 de abril que: el Gobierno les solicitará a las más de 70 ONG que trabajan en Chocó que aclaren sus objetivos, sus realizaciones y registren sus movimientos dentro de la región.
Aunque el alto funcionario no mencionó la palabra censo, algunas organizaciones no gubernamentales que trabajan en este departamento recibieron la noticia como la notificación de un censo obligatorio. Sin embargo, ninguna quiso pronunciarse oficialmente.

En fin no hay derecho….

No hay Derecho

Por Alfredo Molano. El Espectador. Página 16 A. Mayo 2 de 2004

Después de tres años, la justicia ha fallado en el caso de los irlandeses acusados por la fiscalía de “entrenamiento a las Farc en actividades ilícitas “y uso de documentos falsos. Por la primera acusación fueron absueltos; por la segunda condenados. La única pregunta que los irlandeses no pudieron responder fue la de qué estaban haciendo en el Caguán. No obstante, no poder certificar qué se está haciendo, no equivale a presumir que se es terrorista. El juez, un hombre recto e independiente, consideró que los argumentos de la Fiscalía sobre entrenamiento no eran sólidos. En efecto, se basaban en el testimonio de un oficial del ejercito que de “oídas” supo que los irlandeses entrenaban a las Farc; en testimonios falsos de dos ex guerrilleros que buscaban prebendas; en el de un inspector de policía local que tampoco dio pie con bola; en vestigios de materiales explosivos en la ropa de los implicados que nunca pudieron ser comprobados técnicamente; en una comunicación radial borrosa entre subversivos que tampoco fue aceptada como prueba. En general, un caso montado con una tosquedad que delata, ante todo, la ignorancia que en materia jurídica tienen los militares, puesto que todas las pruebas fueron facilitadas directa o indirectamente por ellos mismos. Igualmente queda claro el “segundazo” de la Fiscalía al tratar de transformar en evidencia lo que eran meros indicios. Que un capitán ensaye esta alquimia podría entenderse, pero que todo un fiscal que ha estudiado leyes lo haga, muestra que la institución no es sólo manejada con criterios políticos, sino que se ha convertido en un sórdido instrumento de los militares. Los uniformados prestan poca atención a las mediaciones lógicas del derecho, porque sus argumentos son siempre de autoridad y están acostumbrados a que se obedezca. Lo triste –y peligroso- es que una instancia civil lo haga con tal servilismo.

En realidad de verdad el juicio no era contra los irlandeses. Era contra la zona de despeje, contra el proceso de paz. Y en efecto el show montado por los generales Tapias y Mora para eso sirvió. Quizá hasta sabían los generales que en el juzgado las pruebas serían deleznables, pero ante la opinión pública su alegato cumpliría la función, porque ahí los tribunales de prensa hacen las veces de jueces y no necesitan demostración. Un simple juego de imágenes, un rápido cambiazo de mensajes subliminales y ya está: los irlandeses eran del Ira; la inteligencia militar los seguía; sus ropas estaban impregnadas de sustancias explosivas; el uso de cilindros como morteros era copiado del Ira; donde decía “salchichón” –en las comunicaciones radiales- debía entenderse misil tierra-aire para derribar aviones norteamericanos…
En fin, toda una fantasía paranoica puesta al servicio de un objetivo político: mostrar el área despejada como un santuario del terrorismo internacional. Que ese hubiera sido el propósito militar, era hasta comprensible. Lo que es vergonzoso es el papel que los medios cumplen en el manejo de la información, la manera como se pliegan a los propósitos castrenses, sabiendo de antemano el daño que le causan al país y lo que en sangre cuesta la manipulación de la opinión pública. El caso de los irlandeses debería advertirle al país sobre el manejo mañoso que el gobierno hace de la información relacionada con el conflicto armado. Si las cifras que se aducen para mostrar que el orden público esta a punto de ser controlado son hechas con la misma metodología con que elaboran las pruebas jurídicas, estamos ante un hecho cumplido. El país ignora totalmente lo que está pasando en los campos de batalla
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No hay derecho a que los medios sustituyan a los jueces y menos a que los militares instruyan proceso judiciales como busca la llamada Ley Antiterrorista.

Bogotá, D.C. Mayo 01 de 2004

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz