Nexos de Militares y Paramilitares
En tanto lo expresen las víctimas, la sociedad civil, y las organizaciones de Derechos Humanos es mentira, es falso, es injurioso y es calumnioso. Hoy más que nunca se niega la verdad esa que dice, que habla de las estrategias perversas, clandestinas en es uso de la Fuerza. Es evidente en la lógica del poder institucional, que todos los que mostramos, demostramos, y somos testigos, y afirmamos de estrategias militares encubiertas de tipo paramilitar desde su presupuesto ideológicos es descalificado pues se nos concibe como parte del terrorismo
El caso de Mapiripán es nuevamente retomado por los medios de información, ahora por la Revista Cambio, en su última edición del 28 de marzo, en el artículo titulado: “Uscátegui Acusa” resume la actuación de tipo paramilitar gestada desde Urabá Antioqueño llegando hasta el oriente. El 12 de julio de 1997 en San José del Guaviare aterrizaron dos aeronaves DC3-3993 P y HK-4009X, provenientes de Necoclí y Apartadó con cerca de 20 hombres a bordo, armados y vestidos con uniformes camuflado. Tres días después llegaron a Mapiripán. Durante 5 días de festín macabro eliminaron a cerca de 49 campesinos descuartizándolos en el matadero y arrojando los restos al río Guaviare.
Poco a poco la verdad fue siendo conocida. Las articulaciones, la unidad de acción en una estrategia regular e irregular se fue haciendo clara. La relación institucional es evidente.
Del artículo completo sustraemos una grabación del General Jaime Alberto Uscátegui vinculado en el proceso penal, quien de acuerdo con el informe el 20 de abril se presentará Audiencia Pública. El General procesado se refiere a un diálogo, al parecer con el General (R) Jorge Enrique Mora Rangel, hoy embajador en Corea del Sur.
Muchas cosas se sugieren, otras están por decirse completamente, otras se dicen.
Uscátegui acusa. En una charla grabada, el principal sindicado por la masacre de
Mapiripán se defiende y revela nexos de otros generales con paramilitares:
“CAMBIO transcribe los apartes más significativos de la grabación en la que el general hace importantes revelaciones sobre la masacre de Mapiripán”.
“El juicio será mi gloria. Y si me voy a juicio va a ser una cuestión mucho más grave que el proceso 8.000. Mejor dicho, va a ser más grave que todo lo que ha sucedido en Colombia. Con esta cuestión (la masacre de Mapiripán), ya descubrí qué fue lo que pasó. Es sumamente grave, gravísimo, porque se comprobó una cuestión que nosotros toda la vida hemos negado, que es el vínculo de los militares con los paramilitares. Afortunadamente fueron esos mandos medios ¿no?, pero no deja de ser una realidad”.
“Hubo una cosa muy particular. Parece que en la Fiscalía, en la Procuraduría, en la Presidencia de la República, saben que allá sucedieron cosas muy terribles y cosas gravísimas para el Ejército y para el país. Y pueden tumbarnos el Plan Colombia. Eso ya no es de los cinco millones que nos negaron ahora, nos tumban los 600 y acaba con todo. Yo sé muchas cosas, demasiadas… Sin estar allá en San José del Guaviare, me enteré de muchas cosas que están en el proceso, pero están como en una cápsula porque no conviene que salgan a la luz pública”.
“Aquí vino el general Mora a hablar conmigo. Yo le dije: vea mi general, usted sabe que yo soy inocente, yo estoy esperando que este fiscal tumbe eso, pero si no lo tumba, yo me voy a juicio y no me voy a dejar meter 40 años. Lo que yo sé ya está en el proceso, lo que pasa es que lo tienen tapado porque no quieren que trascienda, pero lo que está ahí lo hago público si voy a juicio”.
“La ex esposa del sargento Carlos Gamarra, quien está detenido en una celda en el batallón de Policía Militar, fue a la Fiscalía y dijo que en el computador de él había cosas raras. El sargento Gamarra trabajaba en inteligencia en el batallón París. La Fiscalía fue y en un allanamiento revisó el computador. Tenía 58 disquetes y no había muchas cosas de valor. Pero la Fiscalía no es torpe y mandó el computador con disquetes y todo a la embajada americana, a esta señora Anne Patterson, quien mandó el computador a Miami. Allá nombraron un especialista en sistemas y computadores que utilizó unos códigos azules que no son comerciales y descifró absolutamente todo y sacó 300 documentos. Esos documentos no pueden salir porque son una bomba”.
“¿Qué hay en los 300 documentos? Yo los tengo porque llegaron a mi proceso y los pude sacar: los panfletos que entregaron las autodefensas en la masacre de Mapiripán los hicieron en ese computador en el batallón París. Igual hicieron con los panfletos que entregaron ocho meses después en Puerto Alvira, que es un municipio de Mapiripán… (sic) en esa brigada estaba Freddy Padilla de León. Los reglamentos de las Autodefensas Unidas de Colombia los hacían en ese computador. Por ejemplo, cogían un reglamento de Régimen Disciplinario para las Fuerzas Militares y le borraban donde decía Fuerzas Militares y le colocaban para los Miembros de las Auc”.
“En ese computador también estaban las planillas de pago mensuales, las nóminas de todo el frente Guaviare de las Auc, que eran 93 hombres y mujeres con los alias, sus cargos y lo que devengaban. Las amenazas al fiscal Virgilio Hernández Castellanos diciéndole que suspenda esa investigación, porque si no su árbol genealógico desaparecerá del mapa. Amenazas a Alfonso Gómez Méndez tratándolo de pícaro; a ganaderos; extorsiones a los Rodríguez Orejuela dándoles las gracias por la plata que ellos les han dado. Mejor dicho, uno solo de esos documentos sale a los medios y es un escándalo”.
“Entonces le dije aquí a mi general Mora: vea mi general, yo ya estoy mamado de esto. Ustedes saben que yo soy inocente y han dejado ir esto muy lejos. Entonces hagámonos pasito… hagámonos pasito. Yo estoy esperando que esta fiscal me precluya porque es justo, pero si ustedes no pueden hacer nada, no hagan nada… yo me voy a juicio. Pero la cosa es seria porque los documentos son gravísimos.”
“En ese computador hicieron una contraseña, un código de comunicaciones para el jefe de los paramilitares que actuó allá, un cabo primero del Ejército, retirado, que venía de Urabá. Los aviones que transportaron la carga y los paramilitares salieron del aeropuerto Los Cedros en Urabá y del aeropuerto de Necoclí. En uno venían paras y en otro venía la carga. Las declaraciones de la Policía, que están allí escondidas en el proceso, dicen que los paramilitares salieron escoltados por el Ejército Nacional, o sea que el vínculo con los paramilitares no sólo era en el Guaviare, sino que venía desde el Urabá antioqueño. ¡Berraquísimo!”.
“Todo eso está ahí. Le dije: mire, mi general Mora, le voy a poner a usted un ejemplo muy sencillo: resulta que en San José del Guaviare había una red de inteligencia militar organizada por un teniente que tenía gente en Mapiripán. El teniente fue el primero que se enteró cuando llegaron los paramilitares. Los tres agentes de Mapiripán lo llamaron por teléfono y le dijeron que acababan de llegar 80 hombres de las Autodefensas Unidas de Colombia. El teniente les informó por fax al coronel Orozco y al coronel Lino Sánchez. Esta gente no hizo nada ni difundió el documento. Esto fue el 15 de julio, el mismo día que llegaron los paras”.
“El 21 de julio, el teniente les mandó otro fax en el que les informó cuáles fueron los resultados de la masacre. El Ejército tiene una figura… el Ejército dice que fueron tres muertos y efectivamente no se encontraron sino tres cadáveres. Se habla de desapariciones, pero no hay denuncias de eso. El único que dice que hubo cuarenta y pico de muertos es Carlos Castaño Gil, pero a él no se le cree porque es un bandido”.
“Resulta que en este documento el teniente dice que los muertos pasaron de 30 y que utilizaron técnicas macabras, machetazos, sierras y después los quemaron con ácidos y las cenizas las echaron al río. Eso es cierto, pero ese documento también lo escondieron”.
“Entonces el teniente les dice a la brigada Móvil 2 y al batallón París que los paras estaban a ocho kilómetros de San José del Guaviare, pero no actuaron. Venían de salida, los podían haber cogido y se había arreglado en algo el problema. Después el teniente les dice a Orozco y a Lino que vienen las Farc porque el Mono Jojoy las mandó de La Macarena a golpear a los paramilitares”.
“¿Qué hizo la Móvil 2? Una operación gigantesca y aplastó a las Farc y colocó un colchón de aire o de seguridad para que se salieran los paras. Esto es gravísimo y es un secreto. Entonces el general Mora se quedó azul y yo le dije: mire, mi general, lo que yo le estoy diciendo es con pruebas. ¿Qué cara van a poner los representantes de las Farc cuando yo vaya a la Corte Suprema de Justicia y les diga: Vea, el Ejército no sólo tiene vínculos, no sólo no los combatió, sino que combatió a las Farc para que no golpearan a los paras por habérseles metido a su territorio?”.
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Ahí están los apartes de la grabación. ¿Qué reposará en el archivo del computador de la Inteligencia Militar?
Sería bueno que se conociera, se diera a la luz.
Bogotá, D.C 31 de marzo de 2004
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA YPAZ