Miravalle y los proyectos productivos de ‘El Paisa’
Teófilo Forero y Miravalle son dos nombres que resumen la violencia política del siglo pasado y la construcción de la paz en el reciente centenario. Miravalle es una vereda del municipio de San Vicente del Caguán (Caquetá), incrustada entre la cordillera oriental y central, y desde donde caminaron miles de campesinos en 1980 en la marcha por la vida desde El Pato Guayabero hacia Neiva (Huila), en rechazo a una nueva arremetida del Ejército en el tiempo en que perseguían a las famosas “repúblicas independientes” o poblaciones de campesinos comunistas. Teófilo Forero fue un líder sindical y miembro de la Unión Patriótica, asesinado en Bogotá el 27 de febrero de 1989 por el mismo sicario que mató al entonces candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento.
La semana pasada, cuando el país se alarmó por la supuesta “huida” del proceso de paz de Hernán Dario Velasquez, ‘El Paisa’, el jefe de la antigua columna Teófilo Forero de las Farc, la vereda Miravalle se volvió famosa. Llegaron funcionarios del Gobierno; Iván Márquez y Jesús Santrich, quienes serán Congresistas en 2018 por el partido de la Farc; y varios delegados de las Naciones Unidas, para contener lo que en la redes sociales varios sectores, entre ellos el Centro Democrático, gritaban: “que el Paisa se había ido a las discidencias”.
No obstante, pasó el alboroto, El Paisa apareció en fotos en la zona de reincorporación de Miravalle y el manto de duda lo despejó Santrich con un mensaje que evoca la historia de ese territorio: “‘El Paisa’ es un comunista insobornable e indoblegable que no va a traicionarnos jamás”.
Miravalle y el comunismo
Fue tanta la violencia que vivió esta vereda del occidente de San Vicente del Caguán, que en los documentos de la actual administración municipal aún se habla de planes de retorno para la población. “Trabajar el plan de acción para la reubicación de la población indígena de los cabildos Embera Chamí la Pradera y Nasa Juan Tama y el plan de acción para las comunidades campesinas de Unión Dos Alto Avance y Miravalle”, se lee en documentos de la administración municipal.
En el libro, “Unión Patriótica: Expedientes contra el olvido”, de Roberto Romero Ospina, se destaca una masacre de cuatro líderes de esa vereda asesinados por la IX Brigada del Ejército. Todos asistían a un seminario agrario en el sitio conocido como El Vergel, pero el 9 de marzo de 1993 sus cuerpos aparecieron en una fosa común del cementerio de Suaza (Huila). En su memoria: Abel Ordóñez Pabón, presidente de la junta de acción comunal de Miravalle; Belisario Imbachi, Presidente bienestar escolar de Miravalle; Emilio Vargas Morales, sindicalista; y Fernando Rengifo, miembro de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (Fensuagro).
Fueron días aciagos para estos colonos que desde el 25 de marzo de 1965 hasta apenas el año pasado no tuvieron días tranquilos. Ese marzo del 65 fue el bombardeo a la “república independiente” de El Pato Guayabero, cuyo nombre es en homenaje al río que baña estas tierras y que nace en la cordillera oriental. Años después sería la guerra contrainsurgente la que llegaría rauda y demoledora, para matar a muchos campesinos no solo con sus balas, sino de física hambre.
Para enfrentar esa violencia, los campesinos colonos que se asentaron allí huyendo de la guerra de 1948, decidieron constituir la zona de reserva campesina río Pato y Balsillas y posteriormente la Asociación de Colonos del Pato (Ancop). Fue en 1997. Así, a través de esa figura territorial (legitimada por la Constitución Política) lograron ejecutar proyectos nacionales y de cooperación internacional para poder desarrollar unas tierras a las que el Estado llamaba “del terrorismo” y a donde no llegaba ni la mención de las instituciones en sus planes de desarrollo.
La guerra del nuevo siglo fue sin duda más dificil durante el Gobierno de Álvaro Uribe. Así lo cuenta el representante legal de Ancop, Máximo Espinosa: “Le daba a uno tanta tristeza en el Gobierno de Uribe. A veces uno mandaba a un hijo a traer un racimo de plátanos y no sabía si regresaba, porque eso era bala de un lado y bala de otro. Los operativos del Ejército eran tan bravos que tenemos un ejemplo muy claro para demostrarlo. Cuando se acabó la zona de distención crearon un cabildo indígena ahí al pie de la vereda La Morra y semanas después mataron a un indígena a punta de machete, lo despedazaron. Entonces, la gente al ver el hecho junto a los miembros del cabildo se fueron con el muerto a recorrer las calles de Neiva, y aunque olía feo, la idea era decirle al país que no nos siguieran matando, que éramos campesinos”.
El sendero ecoturistico de ‘El Paisa’
Que andaba en un sendero ecologico, fue el comentario cuando apareció ‘El Paisa’. pero la ambición es más grande: construir un cinturón ecoturistico que impida la expansión de la frontera agricola hacia la Amazonía colombiana y también para recrear la memoria de un conflicto político que, en esas tierras, se vivió en carne propia. Después de Miravalle, en la vereda Los Andes queda el cementerio de campesinos y de miembros de la Columna Teófilo Forero de las Farc, que murieron en combate y que llevaron a enterrar allí. De hecho, ‘La Pilosita’, quien fuera la compañera de ‘El Paísa’, está sepultada en una tumba enchapada en ceramica verde y con un epitafio: “Fuiste extraordinaria guerrera, te recordaremos siempre…Pilosita, allí quedas con tus unidades, toma el mando”.
La gente de la zona lo quiere como un museo de memoria para recordar a sus muertos en el conflicto y esa idea se ha ido reproduciendo. Tanto, que la idea que tiene la dirección del partido de las Farc en cabeza de ‘El Paisa’, es construir un camino de memoria desde El Pato-Balsillas (Caguán) hasta la Macarena (Meta) donde queda la otra zona veredal del otrora Bloque Oriental, del cual depedían los frentes y columnas más guerreras en el conflicto.
Aunque la columna Teófilo Forero surgió en el seno de las Farc a principios de 1993, con la misión exclusiva de ser la retaguardia del secretariado de la exguerrilla, después del bombardeo al mítico campamento de Casa Verde en la Uribe (Meta). Desde entonces, el ala militar de la exguerrilla se prometió convertir a la Teófilo Forero en un cuerpo élite especial que, hasta que se silenciaron los fusiles en 2016, según las autoridades judiciales, cometió un número elevado de atetados que dejaron docenas de muertos.
Después de la fracasada negociación de paz en San Vicente del Caguán (Caquetá), la Teófilo empezó a tener más protagonismo. Su golpe de opinión más fuerte lo dio horas previas a que terminara este proceso con el Gobierno de Andrés Pastrana. Fue el 20 de febrero de 2002 cuando secuestraron un avión de la empresa Aires para hacerlo aterrizar en el municipio de El Hobo (Huila) y así retener al representante a la Cámara, Jorge Eduardo Géchen.
De ahí vinieron una cantidad de sucesos trágicos en el marco del conflicto y que convirtieron a esta columna en un mito para las autoridades judiciales. Por ejemplo, el atentado al Club El Nogal de Bogotá, la toma al edificio de Neiva (Huila), la matanza de la familia Turbay Cote en Caquetá y un presunto atentado con casa bomba al entonces presidente Álvaro Uribe en la ciudad de Neiva, se le atribuyen a la otrora estructura guerrillera.
Toda esa guerra en el norte del Caquetá y sur del Huila, fue un sino trágico para los dos bandos en guerra. Eran 17 mil hombres de la Fuerza Pública combatiendo contra esta columna al lado del Bloque Oriental que fue creciendo al mando de Víctor Juluio Suárez, conocido el “Mono Jojoy’, muerto en un operativo oficial en 2010. Y así, en esas tierras hay lápidas de todos los actores del conflicto. Soldados, guerrilleros, comandantes, políticos, campesinos, indígenas, funcionarios judiciales, entre otras fuerzas vivas del territorio.
En todos esos sitios donde se libró la guerra, en los campos de batalla de la confrontación, sucedieron hechos históricos que a futuro serán la memoria de las nuevas generaciones. Hasta la guerra eran sitios vedados, pero hoy son la propuesta de la Farc como partido para, entre la comunidad y los excombatientes de esa zona, construir un corredor ecoturistico que no solo destaque la fauna, la flora y el paisaje de aguas que se riega desde la cordillera oriental y central, sino también, los lugares desde donde se libró una guerra que no se puede repetir.
El proyecto tiene un presupuesto de $1.500 millones y son ejecutados por una cooperativa de la comunidad. Los recursos los aportan el Consejo Noruego para los Refugiados, el Ministerio de Medio Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud). El 70% de las personas que se benefician del proyecto son campesinos y el 30% excombatientes. Alrededor del sendero cada sociedad, entre comunidad y exguerrilla, podrá construir desde un sendero ecológico hasta tener un proyecto de turismo para el avistamiento de aves. En eso andaba ‘El Paisa’ el día que dijeron que se había ido a las discidencias, aseguran los consejeros políticos de la Farc cuando les preguntan por el incidente.
Pero la posibilidad de que ‘El Paisa’ se vaya a las discidencias es remota, ha dicho la Farc. De hecho, el argumento más fuerte es el enfrentamiento quer tuvieron a principios de enero de este año los todavia armados integrantes de la Teófilo Forero que estaban en la zona veredal y los disidentes de alias Mojoso.
Tilapia para la paz
Este proyecto está destinado exclusivamente para los habitantes de la vereda Miravalle. Son mil millones de pesos que el Ministerio de Agricultura, a través de la Agencia de Desarrollo Rural (Adr) destinarán para el proyecto acuaconico, es decir, de estanques con geomembranas para la cría, inicialmente, de 4 mil tilapias mensuales. Eso, para el autoabastecimiento de la zona, no obstante la Acr en las próximas semanas llegarán a Miravalle con empresarios de Neiva para sellar alianzas en las que los campesinos puedan a futuro comercializar el alevino a gran escala.
El apoyo del proyecto solo consiste en la instalación de los estanques y en la capacitación del personal. No obstante, el proyecto ambiciona tener una cadena de friorificos, camiones para transportar la materia prima, entre otros aspectos propios del mercado. La cooperativa de Miravalle, Acuacoop, será la encargada de ejecutar este proyecto que, por ahora, solo pretende garantizar la seguridad alimentaria de la zona.
De resto, los excombatientes de las Farc, 83 de 140 que dicieron agruparse, están a la espera del desembolso de los $8 millones que les prometió el Gobierno para empezar a ejecutar un proyecto colectivo y así reincorporarse a la vida económica. Pensaron en una granja integral, que les permita asegurar la comida. Ese proyecto ya está en revisión en el Consejo Nacional de Reincorporación y se espera que este mismo año arranque con el de piscicultura. El ecoturistico, según la Acr, ya lleva tres meses de ejecución capacitando al personal beneficiado.
Fuente: https://colombia2020.elespectador.com/pais/miravalle-y-los-proyectos-productivos-de-el-paisa