Miguel Ángel Quiroga Gaona
“Dichosos los perseguidos como tú, Michel, por practicar la justicia, defender a los pobres y reclamar el respeto de la persona humana.”, así escribió un amigo entrañable de este cristiano, defensor de los derechos de los afrocolombianos.
Ese corazón que había escrito: “Si no cambiamos las posturas del corazón, no podremos cambiar nuestra patria”,
pero de eso no entendía uno de aquellos formado en la doctrina autoritaria, segado de su soberbia, sin escuchar razones, embebido de su prepotente poder que concibe al otro como enemigo asesinó el corazón físico de Miguel.
“Allí con su querida población negra, pobre entre los pobres de Colombia, desarrollaba su misión, lleno de entusiasmo, de creatividad y de alegría, las características que han marcado su vida.”
Y es que la opción de Miguel Angel fue por defender la verdad, por denunciar lo injusto; su motivación religiosa y social lo llevó a hablar claro a los asesinos del pueblo chocoano. Nunca se detuvo.
“Michel ha muerto como vivió: defendiendo a los pobres de la tierra, apasionado por la paz y la justicia. Sus hermanos nos sentimos orgullosos de él, y con nosotros, la familia toda de María”
“Michel no murió por hablador, Michel murió por hablar la verdad, por ser consecuente con lo que creía y pensaba, él, siendo Joven, creyó en el Dios liberador en el Dios de Jesucristo; estaba buscando su voluntad con los vaivenes de su corta edad. Muchos podemos testificarlo. Michel estaba feliz aquí en Lloró, se empezaba a identificar con el pueblo a pesar de las diferencias culturales y étnicas, quiso asumir los retos que una misión como ésta plantea a un religioso joven y en camino. Él mismo dijo días antes de morir:”sumando y restando este ha sido un buen año”. Él estaba aprendiendo a pintar en Negro, buscando que el arco iris coloreara toda la realidad inmensa y compleja de esta parte del Chocó tan dura para los que la viven y tan desconocida para los que aún no saben qué sucede por aquí.”