Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Internacional de la Educación
24 de enero de 2020
En este Día Internacional, celebramos el poder considerable que tiene la educación para actuar en favor de las “4 P” de las que depende nuestro futuro: actuar para las personas, la prosperidad, el planeta y la paz.
Este Día es, pues, una oportunidad para recordarnos a nosotros mismos que la educación es un recurso valioso para la humanidad. Sin embargo, también es un recurso demasiado escaso para millones de personas de todo el mundo.
La crisis mundial del aprendizaje, que los datos del Instituto de Estadística de la UNESCO han confirmado, debe ser un importante motivo de preocupación. En efecto, una crisis del aprendizaje es también una crisis para la prosperidad, para el planeta, para la paz y para las personas, porque la educación es la clave de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La UNESCO, que se encarga de coordinar la acción de la comunidad internacional para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, relativo a una educación de calidad para todos, tiene una responsabilidad destacada a este respecto. Por ello, estamos actuando en favor de cada una de esas “4P”.
Nuestra Organización actúa en primer lugar en favor de las personas, haciendo de la educación un instrumento de inclusión y, por lo tanto, de empoderamiento.
Las grandes campañas de alfabetización en que se basa la historia de la UNESCO, y que continúan actualmente, han abierto un mundo de oportunidades a millones de mujeres y hombres. Hoy en día, a fin de realizar el potencial de todas las personas,
la UNESCO está trabajando para promover la movilidad de los estudiantes mediante la aprobación, en la 40ª reunión de la Conferencia General, de la primera Convención Mundial sobre el Reconocimiento de las Cualificaciones relativas a la Educación Superior.
Actuar en favor de la educación también significa actuar en favor de la prosperidad porque la educación es la mejor inversión para el futuro. La educación es el instrumento más eficaz, a medio y largo plazo, para reducir la pobreza y la desigualdad y favorecer la inclusión social. Por ello, la UNESCO promueve en particular la educación de las niñas y las mujeres, a través de la iniciativa “Su educación, nuestro futuro”.
La educación también aporta respuestas decisivas para el planeta, que se ve amenazado por el cambio climático, cuyas consecuencias son cada vez más patentes. Sólo la educación tiene el poder de producir cambios duraderos en el comportamiento de nuestra sociedad, como exige el desafío del calentamiento climático. Por consiguiente, la UNESCO ha pedido a todos sus Estados Miembros que integren la educación ambiental en sus planes de estudios, desde el jardín de infancia hasta la universidad, y transmitiremos nuestros conocimientos especializados a los Estados para garantizar el cumplimiento de este objetivo.
Por último, la educación es la piedra angular de la paz. La educación es, de hecho, una apertura hacia los demás, un camino de inteligencia que conduce al entendimiento intercultural, a la reconciliación y a la fraternidad. Este es, en particular, el significado de la educación para la ciudadanía global que promueve la UNESCO.
Dado que ahora más que nunca necesitamos movilizarnos, la UNESCO desea aprovechar este Día Internacional para hacer un llamamiento a la acción, a la acción en favor de la educación. Todos los agentes, ya se trate de dirigentes políticos de alto nivel o de ciudadanos, de Estados y asociaciones, de docentes y padres de alumnos, tienen un papel que desempeñar, a su escala, para que el derecho a la educación sea una realidad para todos. Esta es nuestra responsabilidad hacia las generaciones futuras.
Imagen: AFP.