Martín Almada: “Escuché la palabra Cóndor estando en su mismo vientre”
Para el maestro y sindicalista Martín Almada, la caída de Alfredo Stroessner en Paraguay hace 23 años significó otros 15 de lucha para saber por qué lo habían torturado militares extranjeros en su propio país; esa lucha concluyó con el hallazgo de los archivos de la Operación Cóndor.
Julia R. Arévalo y Ricardo Grance,EFE
Detenido el 26 de diciembre de 1974, Almada sufrió tortura, viudedad, desposesión y exilio y sigue reivindicando justicia para las víctimas de una de las dictaduras más largas de América Latina.
El doctor Almada recibió a Efe en uno de los lugares donde estuvo detenido -hoy museo- y relató su experiencia, sin dejarse vencer por el dolor que transmitía más de una vez, cuando lamentó que la paraguaya sea “una sociedad complaciente con sus ladrones y verdugos, pero implacable con sus soñadores”.
PREGUNTA: ¿Por qué lo represalió Stroessner?
RESPUESTA: Yo era director de una escuela primaria y llevaba a la práctica la pedagogía de Paulo Freire, que unió marxismo y cristianismo en su modelo. Por eso yo fui torturado durante 30 días, me quemaron los ojos, me aplicaron shock eléctrico en los testículos, me dieron de comer material fecal y orina una semana. Me destruyeron físicamente esta gente.
P.- ¿Cuánto tiempo estuvo en la cárcel?
R.- Estuve 1.000 días de cárcel en cárcel, he visto a más de 1.200 torturados. Recuerdo con mucho dolor hasta la fecha cómo a un anciano lo torturaron tanto, un señor de 80 años, le rompieron toda la cabeza, por el delito de tener una Biblia que le había dado supuestamente un cura teólogo de la liberación. ¿Cuál fue mi delito? Lei un libro.
P.- Usted perdió a su esposa…
R.- Le hicieron escuchar a mi esposa mis llantos, mis alaridos durante los primeros días de tortura. Ella creyó que me iban a cortar las uñas, la oreja… Al décimo día le dijeron que el maestro subversivo había fallecido y le dio un infarto. Ni un solo médico se animó a llegar a la casa, ella murió por falta de atención médica. Ella murió de dolor y a mí me dijeron que se había suicidado.
P.- ¿Quiénes fueron sus torturadores?
R.- Yo era considerado Bin Laden (un terrorista) porque fui llevado ante un tribunal militar. Había agregados militares elegantemente vestidos y la mayoría usaban anteojos negros. El primero que me torturó fue un coronel chileno que quería saber mis vínculos con los subversivos de su país, donde yo había estudiado. Luego un argentino. Los fui conociendo por su acento.
P.- ¿Llegó a saber sus nombres?
R.- Aquí la tortura era a cara descubierta, nos conocíamos todos. Detuvieron conmigo a un comisario por no delatar a su hijo y él sabía los nombres de todos ellos y me dijo: quien te torturó se llama coronel Jorge Oteiza López, estamos en las garras del Cóndor. Es la primera vez que yo escuché la palabra, estando en el vientre del Cóndor (como se llama a las acciones represivas coordinadas llevadas a cabo por las dictaduras instaladas en el Cono Sur en los setenta y ochenta).
P.- ¿Cómo hallaron los “Archivos del Terror”?
R.- Cuando vuelvo a Paraguay, pido mis antecedentes. Quería saber cómo murió mi esposa y por qué me torturan en mi país militares extranjeros. La Policía dijo que no estuve preso y pedí allanar sus archivos. Recibo una llamada de una mujer que me dice: sus papeles no están en la central de Policía, están fuera de Asunción, y me trae un plano… Y así fue cómo el 22 de diciembre de 1992 encontramos tres toneladas de documentos y el acta de nacimiento del Cóndor.
P.- ¿Se ha hecho justicia?
R.- Los archivos han permitido a España, Francia, Italia, Argentina o Chile investigar el Cóndor. En Paraguay estamos esperando que reaccione la Justicia, que investigue y sanciones a estos criminales, a estos genocidas.
P.- ¿Qué ha cambiado en Paraguay desde entonces?
R.- Se fue Stroessner y los que fueron funcionarios de la dictadura pasaron a ser funcionarios de la democracia. Aquí no hubo castigo.
P.- ¿Para quién el castigo?
R.- La Policía hizo el trabajo sucio pero los autores morales e intelectuales fueron los militares y ellos siguen impunes. Ellos no entregan sus archivos. Y además el régimen pudo subsistir gracias al apoyo del empresariado, los nuevos ricos, los barones de Itaipú, ellos andan libres y se llevaron millones y millones de dólares.
P.- El Gobierno ha admitido la deuda de restitución de los bienes robados por la dictadura.
R.- Se llevaron 5.000 millones de dólares pero hasta la fecha ni un fiscal ha iniciado una investigación, ni un sólo fiscal de derechos humanos ha visitado el “archivo del terror”.
P.- ¿Cómo concibe que herederos de Stroessner ocupen cargos?
R.- Goli Stroessner es un senador “mau”, falso. Que el nieto de un asesino llegue a ser senador en este país es la prueba de que en Paraguay tenemos una memoria muy corta.