María Torres Sierra de Csatiblanco

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a pasado a la historia MARIA TORRES SIERRA DE CASTIBLANCO, madre de Ana Rosa Castiblanco Torres, desaparecida de la Cafetería del Palacio de Justicia. MARIA nació el 31 de mayo de 1924 en el municipio de Nuevo Colón, departamento de Boyacá. Se casó muy joven, tuvo nueve hijos y pasó la mayor parte de su vida en el municipio de Anolaima, hasta hace 14 años que llegó a Bogotá a vivir con sus hijos en el barrio Santa Marta Sur.

A sus 84 años de edad, tuvo que sepultar a dos de sus hijos varones, Luís Carlos y Luís Alfonso, y desde hace 23 años esperó cada día tener noticias de su hija desaparecida, hasta el pasado lunes 22 de diciembre cuando falleció en la ciudad de Bogotá.

La vida de MARIA se extinguió sin ver justicia, como otros padres y madres de las desaparecidas y desaparecidos del Palacio de Justicia. Al igual que la señora MARIA DE JESUS HERNANDEZ DE BELTRAN, fallecida a sus 65 años de edad, el 04 de noviembre de 1999, madre de Bernardo Beltrán Hernández. El Señor JOSE MARIA GUARIN ORTIZ, fallecido a sus 71 años de edad, el 19 de febrero del 2001, padre de Cristina del Pilar Guarín Cortez. La señora ANA MARIA BONILLA DE OVIEDO, fallecida a sus 73 años, el 09 de octubre de 2004, madre de Lucy Amparo Oviedo Bonilla.

MARIA ha pasado a la historia de los padres y madres de los desaparecidos del Palacio de Justicia que lucharon incansablemente por el esclarecimiento de la verdad, ejercieron su derecho a la Justicia y afirmaron de manera infatigable la memoria de sus hijos e hijas desaparecidos. Como MARIA, MARIA DE JESUS, JOSE MARIA y ANA MARIA, esperaron hasta los últimos segundos de sus vidas saber con certeza Dónde están los restos de sus seres queridos para darle cristiana sepultura.

La señora MARIA, fue la única que murió pudiendo dar cristiana sepultura a unos pocos restos entregados por la Fiscalía, quién afirmó que eran de Ana Rosa Castiblanco. MARIA murió con la incertidumbre de si los restos corresponden efectivamente a los de su hija, pero sobre todo se fue con un dolor profundo en el corazón al no poder conocer a su nieto de 23 años de edad, que estaba en el vientre de su hija en el momento de la desaparición forzada.

MARIA ha pasado a la historia. Para su familia y conocidos, MARIA murió de vejez, de muerte natural, pero tal vez también su vida fue extinguida por la incertidumbre y el dolor, por la negación de Justicia.

Bogotá, D.C. Diciembre 24 de 2008

COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ