Lo mediático del 6 de marzo
Desde que se hizo pública la convocatoria a un Homenaje a la Víctimas, el 6 de marzo, en el escenario político mediático, esta iniciativa del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice, ha sido distorsionada, expresándose el poder real de los media, su capacidad de simulación de una supuesta opinión democrática y su mimetización en últimas con el poder institucional, la memoria oficial, el discurso estatal.
Una de las primeras reacciones a la propuesta fue la del asesor gubernamental José Obdulio Gaviria quién asoció la convocatoria a una expresión de la guerrilla de las FARC EP, y que por esa razón no participaría en la misma. Ese planteamiento facilitó una serie de interpretaciones que propician la estigmatización, el señalamiento, y distorsionan las motivaciones de la convocatoria.
La asociación de la convocatoria a una acción de la guerrilla niega de un tajo las razones éticas, jurídicas, y política que inspiran a los convocantes. Horas después, sectores de opinión cuestionaron su posible politización, entre otras razones, por que fue reproducida en diversas páginas Web, entre ellas las de Anncol, como si este hecho significará que la guerrilla de las FARC orquestara la iniciativa. Falso pretexto y falso dilema. En el mundo de la Internet, es posible o no adherirse, propagar o no, sin que eso signifique que quién divulga sea el sujeto convocante. Ese pretexto produjo un falso dilema, muy bien usado por el poder, muy bien resonado por los media.
Según ellos, actuar como ciudadano el 6 de marzo es ir contra el Estado, es proteger a los terroristas. Es la misma perspectiva discursiva usada desde el 2002 todo lo que no este a favor de las políticas de gobierno es terrorista, no hay población civil ni conflicto armado. Ese pretexto se uso para señalar, para estigmatizar, para paralizar, para prevenir. Sobre este mismo planteamiento, el “Movimiento Nacional de Autodefensas Desmovilizadas” se pronunció, afirmando que nunca en desarrollo de la estrategia paramilitar el Estado colombiano tuvo responsabilidad alguna. http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=21801&idSeccion=18.
No pocos columnistas, no pocos entrevistadores se sostuvieron sobre este argumento para reiterar la defensa acérrima de las instituciones. Mostraron la existencia de una guerra entre actores ilegales, excusando a las fuerzas militares de su responsabilidad en el paramilitarismo y en violaciones de derechos humanos. Poco a poco, la convocatoria del Movice se mostró como reacción a la marcha del 4 de febrero. Su sentido se enfocó por algunos medios como la expresión revanchista y competitiva, cuando no de una confrontación a la opinión pública por su expresión masiva contra la guerrilla. Otros le “colgaron” propósitos que no pretendía la convocatoria como lo hizo el columnista Alfredo Rangel. http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/alfredorangel/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3952890.html
Algunos columnistas expresaron su respaldo a la iniciativa indicando que participarían, pero dejaron entrever sus reparos a la propuesta por inoportuna, muy cercana a la del 4 de febrero, y agregaron que era un deber, así como lo fue el 4 de febrero de salir a expresarse. Con las horas fue haciendo carrera la tesis de que se trataba de una marcha contra las Fuerzas Militares. Días después, en medio del escenario donde los victimarios mienten, ocultan y agraden a las Víctimas, un vocero de la iglesia católica, expresó respecto a la convocatoria del 6 de marzo a la radio: “es otro tema que no hemos hecho así una reflexión, pues hay varias cosas que a uno lo ponen a pensar. En primer lugar, pues la marcha del 4 de febrero fue una marcha limpia, ya que fue convocada por jóvenes no metidos en política ni aliados del gobierno. Fue una marcha pura donde el pueblo pudo manifestar todo lo que quiso a favor de la liberación, a favor del acuerdo humanitario, a favor del término de la violencia.
Ahora pues esta tiene otra connotación que pues las autodefensas o paramilitares están hoy en una posición muy distinta a la de las FARC. O sea, ya se han desmovilizado en su inmensa mayoría sometidos a un proceso de paz, han cantado muchos de sus delitos, espera el pueblo colombiano que sometidos a la justicia y que acepten el fallo de la justicia, de manera que allí hay un camino recorrido muy grande, no es tanta pues la angustia pueda producir en el sentido de que no este marchando un proceso para hacer justicia en lo que se refiere a los paramilitares. http://www.wradio.com.co/nota.asp?id=549239 823am15feb2008
Fernando Londoño, ex ministro de Uribe, deslegitimó el acto de homenaje a las víctimas, asumió como era de esperarse una férrea defensa de las Fuerzas Militares y apeló a los propietarios de El Espectador, el grupo Santodomingo a actuar coherentemente. La editorial de este semanario el fin de semana pasado, titulado “A Seguir Marchando” se refirió a la responsabilidad estatal en violaciones de derechos humanos, entre ellas, lo que se conoce como las ejecuciones extrajudiciales o mejor homicidios cometidos por las fuerzas militares y la vinculación de agentes estatales con el paramilitarismo. http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Secciones.aspx?idSeccion=25
“O de una movilización raquítica mejor no intentarlo”, la expresión de Álvaro Valencia Tovar http://www.eltiempo.com/tiempoimpreso/edicionimpresa/opinion/2008-02-15/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3959184.html O en las palabras de Salud Hernández “el 6M no es que carezca de propaganda sino que, a pesar de las fosas y todo lo demás, está el atenuante de la desmovilización; con los cabecillas y los políticos cómplices en la cárcel. Y como los colombianos consideran que los ‘paras’ son un subproducto de las guerrillas ante la ausencia del Estado -no como el resultado de una oligarquía reaccionaria sino de toda una sociedad que rechaza el comunismo- es redundante convocar una marcha contra un actor que ya está al margen de la contienda y que se considera totalmente ilegítimo y sin ninguna autoridad para remplazar a las instituciones.
Ese ‘no más’ a los ‘paras’ está implícito en el respaldo dado a la seguridad democrática y en la aceptación y credibilidad de las Fuerzas Armadas y de Policía, además de otras instituciones de ese Estado al que se quiere acusar de criminal en la marcha del 6 de marzo. De manera que mientras las mayorías le apostamos al fortalecimiento de la institucionalidad, algunos pretenden hacer un juicio que no es más que un pulso político entre el modelo totalitario que quieren imponernos y la democracia que somos. Esa comparación de fuerzas es precisamente lo que está en juego en estas marchas.http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/salhernndez/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3963814.html
El gobierno en comunicado de tres puntos, que deja serios interrogantes, señaló que no comparte algunos de los términos de la convocatoria del Movice, en particular, los que se refieren a la responsabilidad del Estado de una política criminal. http://web.presidencia.gov.co/ febrero 15 de 2008 Agrega, sin embargo, que “garantizara a quienes quieran movilizarse el próximo 6 de marzo el ejercicio de ese derecho”.
Las expresiones del alto gobierno, en ningún momento descalificaron las del asesor presidencial, sino que reiteraron por medio de otra construcción narrativa lo que éste había expresado. No se pronunció explícitamente frente a las amenazas de paramilitares a organizaciones de bases. Horas antes el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos había expresado que él con todo el gusto participaría en las acciones del 6 de marzo, si la marcha no se dirigiera contra los militares y policías.
Leídas y escuchadas la multiplicidad de expresiones, se percibe unas matrices comunes de interpretación en la mayoría. Las posibilidades de percibir las manifestaciones del 6 de marzo como una expresión ciudadana o de motivación a la ciudadanía sustentada en la ética de la solidaridad con las víctimas del paramilitarismo, y las víctimas del Estado no es posible. Porqué existe un proceso de desmovilización efectivo, voluntad de paz, porque el Estado no es responsable de violaciones de derechos humanos, y no es posible ni ética, ni política ni jurídicamente diferenciar las violencias.
Del entusiasmo mediático unanimista al desconocimiento
El entusiasmo mediático e institucional sin parangón en la historia de Colombia, aprovechando la sensibilidad nacionalista, la crisis humanitaria y ética del secuestro y o la retención, las irresponsabilidades de la guerrilla en el caso del niño Emmanuel, se convirtieron en elementos fundamentales que propiciaron la cruzada el 4 de febrero. El unanimismo amplio, no absoluto, mostró el poder de los media, en medio de subjetividades que se expresaron por el Acuerdo Humanitario, o de las que al mismo tiempo que rechazaban la violencia guerrillera, expresaban su solidaridad con las víctimas. A pesar de que muchos sectores de ciudadanos se expresaron desde una postura ética, la movilización del 4 de febrero, no fue mayoritariamente la expresión de esa ética ciudadana. El efecto del facebook tampoco fue el eje aglutinador fundamental.
Se produjo toda una interacción mediática e institucional, alianzas de medios, estrategias propagandísticas y publicitarias, entrecruzamiento de imágenes, de sonidos, de expresiones, y de enfoques de interpretación de lo humanitario subordinado a la fuerza, de fortalecimiento de la salida militar, negando los derechos a los familiares de las víctimas.
Ese entusiasmo y proactividad mediática ha estado muy lejana respecto a esta convocatoria del 6 de marzo. Aquí no hay páginas con la promoción diaria de la convocatoria, no hay enlaces ni invitación en las páginas virtuales, no hay espacios en los que se coloquen los casos de los Crímenes de Estado. No hay una voluntad explicita de los propietarios de los media, de sus “gatekeeper” – “guardadores”- y los reporteros de profundizar, de analizar, de proponer una nueva participación ciudadana frente a los Crímenes de Estado.
Esa sensibilidad de solidaridad mediática no se desarrolla en particular para las salidas civilistas de los Acuerdos Humanitarios, para las víctimas invisibilizadas del Estado. Se trata de sostener la idea de una democracia, donde hay puntos de vista diversos, donde es posible escuchar a otras víctimas, siempre y cuando estas no se refieran al Estado como un Estado criminal. Para estas víctimas no hay apertura real y democrática. El agenciamiento mediático es la movilización de la mayoría. Esa mayoría coincidente, con excepciones, en las agendas oficiales o en mentes oficializadas, que solo pueden dar respuestas viscerales que se hacen opinión pública y se convierten en razón, así solo exista la sin razón, es la experiencia de las expresiones totalitarias, totalizantes que se han vivido en el mundo. Olvidan que la razón de la mayoría no es la razón verdadera.
Entre editoriales, columnistas, generadores de opinión, entrevistas a algunos voceros del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado la convocatoria original ha quedado desfigurada y desdibujada. Más allá de la reacción mediática a la convocatoria inicial se han ido desarrollando procedimientos y técnicas en los medios que permiten decir, que existe un cierto registro, una determinada exposición tendiente a deslegitimar, a controlar – desdibujando- , a simular que hay una agenda democrática comunicativa en los media.
Una construcción mediática ha ido perfilando el desarrollo de la noticia oficializando la información. Es decir, mostrando la legitimidad de la manifestación como expresión ante actores ilegales, incluye nuevamente, indistintamente guerrilla y grupos de “autodefensa” eventualmente llamados paramilitares.
En la radio de hoy se escuchaba en los “gatekeeper” diciendo: compartimos los propósitos de “la marcha”. Guerrilleros y paramilitares han secuestrado y desaparecido, han desplazado, han ejecutado extrajudicialmente. Se deja de lado la responsabilidad del Estado, eventualmente se reconoce la participación en casos aislados de agentes del Estado, pero al final el sentido del Homenaje a las Víctimas ha quedado sepultado. Es una información espejo, institucionalizado un discurso de derechos de las víctimas, de garantías a la expresión ciudadana y de cuestionamiento a la tesis del Crimen de Estado. (Comunicado de la Presidencia) Los medios tienen un aval para actuar correctamente, pero al mismo tiempo siendo ellos concreción de poder, siendo poder también real y constructores de imaginarios y de sensibilidades.
Los modos de la simulación
La actitud de exigencia de una información democrática por parte del Movice, en algunos casos desafiante e interpelante a los periodistas y en el fondo a los propietarios de los medios ha llevado a una respuesta que genera la sensación de la comunicación democrática, es el efecto de la simulación.
Ese primer modo de esa simulación se manifiesta en las expresiones de columnistas que en sus escritos se han referido a la convocatoria sea para cuestionar su sentido, distorsionarlo o apoyarlo. En dichas apreciaciones de prensa, la mayoría están en oposición o desfiguran su sentido pero muestran una opinión plural.
Un segundo modo de esa simulación es que la radio o la televisión se refiera a la convocatoria con entrevistas de los organizadores, sus opositores o con la opinión de oyentes o televidentes, produciendo la sensación de un mayor nivel de recordación, de posicionamiento y de que se ha ido constituyendo espacios de opinión más abiertos sobre lo que va a ocurrir el 6 de marzo.
Una consecuencia evidente en esa simulación, que se configura con elementos subjetivos, de quienes tienen la posibilidad de una columna, quiénes dirigen y conducen los espacios en los medios, es que el poder mediático se muestra como construcción democrática, como ejercicio de libertad de expresión, como espacios abiertos, plurales, de contrastes y por tanto imparciales. La simulación de la democracia informativa
A los mecanismos tradicionales del flasheo para el olvido, de la justificación patente o latente de los crímenes de Estado y su ocultamiento, a la distorsión de las expresiones de las víctimas de Crímenes de Estado, se suma la creación de un escenario de aparentes simetrías donde todas las opiniones pueden
expresarse.
Nadie podrá decir que se negó el acceso a la información. Nadie podrá decir que no se propició la participación en la divulgación de ideas. La formalidad como la del Estado de Derecho crea la sensación, la imagen de algo que no es, pero que existe de alguna manera: la “democracia” de la opinión pública. Es el mismo sentido de la opinión presidencial en su comunicado, “aunque no compartimos” brindamos las garantías. Justo cuando no se trata de compartir unas apreciaciones si no de asumir unas responsabilidades que la conciencia de la humanidad ha construido para diferenciar el Estado de la barbarie del Estado de Derecho.
Esa simetría de la que hoy se vanagloria los media ante lectores, oyentes, televidentes, es el mismo criterio de interpretación y de juicios de la violencia. Se habla de las violencias ilegales, el mismo espíritu de la Seguridad Democrática y la ley 975. Aceptar la distinción de las violencias, seria reconocer la responsabilidad del Estado, sin embargo, esto no es posible, porque Crímenes de Estado no existen. Existen los crímenes de las “autodefensas” o de los terroristas de las guerrillas. Eventualmente, los de unos bandidos involucrados en la institucionalidad que deben ser juzgados.
Justo lo que se expresa en la comunicación institucional es que no se reconocen las violaciones de derechos humanos, el Estado se autocalifica de protector, de gestor del respeto a los derechos de las víctimas y de garante de la manifestación. Por supuesto no rectifica ni contradice a quién con total apoyo mediático desde hace 8 días descalificó el Acto del 8 de marzo o quiénes han amenazado a las comunidades y organizaciones indígenas y otras. UNIPA ES ONIC: AMENAZADOS POR MOVILIZACION DEL 6 DE MARZO!!! http://www.onic.org.co/actualidad.shtml?x=20192
Las formas, las ediciones, los contrastes
Ese ejercicio de simulación democrática en los medios electrónicos, que son a los que consumen o acceden públicos más amplios, incluyendo el ciberespacio, internet, se ha desarrollado respecto a la jornada de Homenaje a las víctimas con varios mecanismos.
1. La formalidad como simulación del ejercicio de libre expresión y de respeto a la opinión
Propiciar entrevistas abiertas para luego indicar conclusiones, reiterar conclusiones que no corresponden al sentido y a las expresiones del entrevistado es imponer un modo de interpretación.
2. La edición y la exclusión
Las posibilidades de cortar, de pegar, de unir partes excluyendo los aspectos de fondo y las problemáticas expresadas por los sujetos convocantes es un modo de la censura que no se muestra como tal, pero que privilegia u oculta aspectos que son sustanciales. La arquitectura o estructura formal está definida por un fondo que quiere ser negado, ocultado como es la responsabilidad del Estado
3. Los contrastes como espectáculo
Los supuestos contrastes de opinión han destacado más las versiones de desconocimiento del espíritu del Homenaje a las Víctimas que refuerzan la distorsión de lo que se ha pretendido con el 6 de marzo.
Desconociendo el Derecho Internacional de los Derechos Humanos se compara lo incomparable o se pone a competir dolores propiciados de la violencia estatal (nunca nombrada de esta manera) con la violencia de la guerrilla. El crimen de Estado no existe o no se puede justificar combatir el crimen con crimen.
Se demoniza lo humanitario, se estigmatiza la solidaridad, se sacraliza el olvido, la impunidad o la historia oficial como sucedió con las expresiones del 4 de febrero, en la que se observó como un amplio grupo de la opinión se pronunció por el Acuerdo Humanitario.
No hacen eco ni lo harán
Es evidente que no hay eco, que no hay evocación positiva, que no convocan, que no nombran, ni visibilizan transparentemente el sentido del Homenaje a las Víctimas. A aquellas que se han negado a la militarización y a la guerra, a aquellas que en su memoria social de minorías apelan, refieren, hablan, dicen de otra sensibilidad referida a ciudadanos, a derechos, a sujetos no son registrados realmente. Como poder los medios no hablan de la sistematicidad, de la gravedad de las violaciones de derechos humanos, ni de la necesidad de esa memoria de asesinados, desaparecidos, torturados, desterritorializados, aquellos, que no corresponden a los consumidores del “marketing”, al “target” definido en las estrategias de la sensibilidad del mercado, de esta “democracia”. Los medios son los guardianes de la “libertad”. De esa libertad cotidiana, que permite a unos el consumo y a otros el hambre, la miseria y la exclusión, la exclusión. Que legitima la impunidad a los Crímenes de Estado.
Los medios son de información, son poder que construye imaginarios de sensibilidades únicas, poder que no puede superponerse ni contradecirse con el poder existente. Pero estos han demostrado que no son solo medios son poder real. Son constructores de realidades que se hacen verosímiles. Son productores de narraciones, de relatos verosímiles, independientemente, de que lo verosímil sea verdad. Son actores que crean consentimiento social, seducen apelan a la sentidos, configuran percepciones – opiniones. Movilizan sensibilidades. Ese es su poder. Y eso poder no es el que se expresa el 6 de marzo, ya se expresó el 4 de febrero. No hay en realidad democracia informativa sino simulación de democracia
Las víctimas a las que se quiere hacer un Acto de Homenaje son sujetos de otra sensibilidad, que interactúa con esa sensibilidades mediáticas, pero que se expresan de otro modo, en rituales que no son masivos, que no pueden serlo porque hablan de lo que nadie quiere ver, de lo que no se ha aprendido a percibir, por que dicen de lo que nadie quiere creer, a pesar de las pruebas, a pesar de la realidad misma, a pesar de que incluso se es o se ha sido víctima: el terror del Estado.
Los agenciamientos sociales de las víctimas, en sus diversas expresiones sociales son indicio, signo y realidad de la barbarie de un Estado, de un modelo de sociedad que ha ido convirtiendo las necesidades humanas en “gustos” y los derechos en expresiones criminales. Son la expresión de la fealdad del Estado, rostro que no quiere ser mostrados, ser visto y ser reconocido.
Este 6 de marzo debería expresarse eso bello y sublime, eso de la dignidad dignificada, que no puede estar en los medios pues se desmoronarían y eso significa la enunciación de una expresión estética distinta, diversa, diferente a la existente. En ese mundo construido se ha hecho sentir que las víctimas son un estorbo en la realidad imaginada de “progreso”, de “desarrollo” y de “democracia”. Las víctimas y o sus familias, los que con ellos se solidarizan apelan a la memoria frente al olvido, a la verdad frente a la mentira, a la justicia frente a la impunidad. Se trata de otro modo de existir, de ser en su conjunto, eso debería ser el 6 de marzo. No es algo de masas. Es algo de minorías, en contravía y en contradicción con lo existe, con lo legitimado socialmente, con la estética mediática, con sus narraciones, como construcciones de un imaginario de poder. El 6 de marzo es otra cosa, la expresión del rescoldo cuando todo es cenizas, cuando nada distinto parece ser posible
http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=21801&idSeccion=18
martes, 12 de febrero de 2008
La marcha contra los paramilitares convocada para el próximo 6 de marzo por un colectivo de víctimas busca deslegitimar la reciente movilización masiva de rechazo a las Farc, según consideró la organización que reúne a miles de paramilitares que dejaron las armas.
En una declaración divulgada por Internet, el llamado Movimiento Nacional de Autodefensas Desmovilizadas sostuvo que la nueva protesta tiene el objetivo de desdibujar la contundencia de la expresión mayoritaria contra las Farc. Los paramilitares aludieron a la marcha de rechazo a las Farc convocada a través de la red social Facebook y realizada el pasado 4 de febrero en 40 ciudades de Colombia y más de 100 de otros países.
La nueva movilización fue organizada para el 6 de marzo próximo por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, organización no gubernamental conformada por personas afectadas por la actividad de los paramilitares en diferentes regiones del país.
Hemos sido sorprendidos con una marcha que se propone supuestamente a favor de las victimas, aseguró el Movimiento de Autodefensas Desmovilizadas, que en la declaración sostuvo que las Auc desmovilizaron toda su estructura con la entrega de más de 18.000 armas y la desactivación de un ejército de más de 30.000 hombres y mujeres.
Por ello consideraron como insólito que se convoque una marcha contra una organización disuelta y con sus principales jefes detenidos. El hecho de que haya grupos emergentes conformados por desmovilizados no deslegitima al grueso de ex combatientes que persistimos en los cauces institucionales para reintegrarnos a la sociedad , prosiguió la organización de los desmovilizados, y añadió que no se sabe a qué oscuros intereses obedece la próxima marcha.
Su pronunciamiento tuvo lugar luego del contundente respaldo que les dio el asesor presidencial José Obdulio Gaviria, quien manifestó su desacuerdo con la movilización contra los paramilitares.
Este es el texto emitido por los paramilitares desmovilizados:
Marcha del 6 de marzo: entre la revancha y el oportunismo
En primera instancia, queremos resaltar la marcha que se llevó a cabo en Colombia y en los lugares más insospechados del mundo el pasado lunes 4 de febrero.
En Bogotá, en Cali, en Medellín, a lo largo y ancho de la geografía nacional, incluidos municipios duramente castigados por la guerrilla, como San Vicente del Caguán, Florencia, incluso en Neiva, la condena al accionar demencial de las Farc fue unánime. En la historia del país nunca ha habido una manifestación de estas características, un clamor mundial en contra de la ignominia a la que someten las Farc a tantos seres humanos, una condena a la violación de las más elementales normas del Derecho Internacional Humanitario.
La magnitud de las marchas fue tal, que no ha sido posible establecer la cantidad de caminantes, pero posiblemente fueron unos diez millones de colombianos y simpatizantes del objetivo del evento: un rechazo frontal a las Farc. Fue un gran grito del pueblo, pidiendo poner fin a la barbarie, a la infamia, a las torturas. Los críticos de las marchas ofenden a quienes en ellas participaron, al considerarlos minusválidos mentales, ya que dicen que fueron manipulados. ¡Por Dios! ¿Tantos millones son borregos de los medios de comunicación? Otra característica que debe resaltarse fue la participación generalizada de colombianos de todas las clases sociales, condiciones y edades, pero sobresaliendo la siempre fresca presencia de las juventudes.
Creemos que una expresión de estas características tiene mayor significación para la comunidad internacional que para el país. Las Farc se han caracterizado por su posición autista ante las demandas que se las han hecho reiteradamente para que alivien el sufrimiento de tantos colombianos, mostrando una inflexibilidad digna de mejor causa. Pero en Europa especialmente, persisten grupos de apoyo que ignoran las realidades del drama colombiano, y a los que actos como los del 4F pueden abrirles los ojos.
De todos modos no faltan los sectores que siguen simpatizando con las guerrillas y por ende, tratando de justificar lo indefendible. Algunos integrantes del sindicalismo decimonónico y de la izquierda recalcitrante, fueron vacilantes, dubitativos, ambiguos.
Ahora, hemos sido sorprendidos con una marcha que se propone supuestamente a favor de las víctimas, y que se realizaría el próximo seis de marzo. Su instigador es el señor Iván Cepeda, justamente quien no ha condenado con energía que uno de los frentes mas criminales de las Farc lleven el nombre de su padre Manuel Cepeda. Esta solo circunstancia ya siembra dudas sobre los reales intereses de quienes están orquestando tras bambalinas esta nueva marcha.
En realidad, de lo que se trata es de deslegitimar de alguna manera el abrumador rechazo que la inmensa mayoría de los colombianos hicieron de las Farc, desdibujando la contundencia de la expresión mayoritaria, con otros propósitos que se proponen ahora.
Toda la estructura armada de las Autodefensas Unidas de Colombia fue desmantelada cuando se produjeron las desmovilizaciones. Entregamos más de 18.000 armas que ya fueron fundidas, y desactivamos un ejército de más de 30.000 hombres y mujeres. Realizar una marcha en contra nuestra es tan insólito como si ahora convocáramos a una movilización en contra del M-19, o del EPL, o del Quintín Lame, que dejaron las armas a comienzos de los noventa. Es más, debemos recordar que el de las AUC es el primer proceso de paz en el mundo en donde la dirigencia de quienes toman la decisión de abandonar la lucha armada está encarcelada, pese a lo cual hemos seguido honrando nuestros compromisos con la sociedad colombiana.
En todos los procesos de desarme en el mundo, y por muy diversas razones, un porcentaje de quienes integraban el grupo armado reinciden e incumplen los pactos acordados. Las Autodefensas no somos la excepción. En múltiples ocasiones hemos llamado la atención sobre situaciones objetivas que propician el regreso de quienes integrábamos las AUC a la ilegalidad, por lo que no vamos a insistir en el tema. Pero el hecho de que haya grupos emergentes conformados por desmovilizados, no deslegitima al grueso de ex-combatientes que persistimos en los cauces institucionales para reintegrarnos a la sociedad.
Recordemos el pasado reciente de Colombia, en donde el M-19 tuvo una disidencia importante, con un grupo en el Valle del Cauca, denominado Frente Jaime Bateman Cayón que persistió varios años en su accionar en la zona. Igualmente, el EPL tuvo disidencias en el Urabá y uno de sus máximos dirigentes, el señor Francisco Caraballo, estuvo también un tiempo importante en la ilegalidad, hasta ser capturado. Podemos citar más ejemplos, pero el punto central es que la actitud individual o de pequeños grupos no dio al traste con los procesos que se llevaron a cabo con estas formaciones guerrilleras.
Los Comandantes de las Autodefensas se acogieron al marco determinado por la ley de justicia y paz, y están contando su verdad al país, por estremecedora que ella pueda ser. Tenemos que ser capaz de mirarnos en el espejo de nuestras realidades, para poder superarlas. Pero los hechos que se están confesando y los que se reconocerán, pertenecen al pasado. Hemos manifestado nuestro arrepentimiento a la sociedad, y nuestros propósitos de no repetición. Estamos dispuestos a cumplir con las penas que se nos asignen, a pesar de que no fuimos vencidos en el campo de batalla.
Igualmente, hemos dicho que los desmovilizados que incurran en conductas delictivas deben asumir las responsabilidades legales que les competan, y que la condición de desmovilizado impone un comportamiento ejemplar, y de ninguna manera es una patente de corso.
Son estas razones las que nos impulsan a decir que la marcha programada para el 6 de marzo obedece quien sabe a qué oscuros intereses, y estamos con estas glosas alertando a la gente desprevenida, que puede pensar en la buena voluntad de sus organizadores.
El denominado Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado parte de supuestos que no son ciertos, como el hecho de que las Autodefensas éramos unos apéndices del Estado, lo cual sería un despropósito elemental, sino fuera porque es la misma tesis que ha esgrimido la guerrilla de las Farc de forma reiterada. Son esas coincidencias las que nos parecen sospechosas. Los lectores sin prejuicios sacarán sus propias conclusiones.
La ambigüedad es el mal de los cobardes
MOVIMIENTO NACIONAL DE AUTODEFENSAS DESMOVILIZADAS
Las marchas sí sirven
Alfredo Rangel. Columnista de EL TIEMPO.
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Creer que millones se movilizaron por engaño es considerar a la gente tonta
Creer que millones se movilizaron por engaño es considerar a la gente tonta.
La marcha del 4 de febrero ha sido la más multitudinaria y espontánea manifestación popular en la historia de Colombia. También fue la primera movilización nacional en contra de un grupo guerrillero. Superó de lejos todas las manifestaciones partidistas y todas las movilizaciones en contra de la violencia o a favor de la paz que se han realizado en el país. Realmente ha sido un hecho histórico extraordinario, que podría tener significativas consecuencias hacia el futuro.
Millones de personas movilizadas voluntariamente le dieron un mentís a quienes descalificaron la marcha por ser exclusivamente contra las Farc. El Polo dijo que era manipulada por los medios de comunicación y por el Gobierno. Astrid Betancourt que era promovida por los paramilitares. Piedad Córdoba que era racista. Álvaro Camacho que era derechista. Otros más alucinados que era en defensa de la violación de los derechos humanos. Algunos jerarcas católicos dijeron que promovía el odio entre los colombianos.
¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón! Como si la lucha contra el terror fuera patrimonio de la derecha o de alguna raza. Creer que millones de personas se movilizaron porque fueron engañadas es considerar a la gente tonta y bruta. El Gobierno tampoco es omnipotente: en su momento el pueblo de Bogotá votó por un candidato distinto al favorito del Presidente. Las manifestaciones contra la Eta no provocaron el odio entre los españoles sino la unidad nacional y la solidaridad colectiva contra el terrorismo. En Colombia y en el exterior la gente se movilizó porque está harta de barbarie y se le dio la bendita gana de rechazar a las Farc. Punto.
¿Que las manifestaciones no sirven para nada? Depende del tamaño y del momento. Dos ejemplos.
En Italia las masivas manifestaciones contra la mafia después del asesinato del juez Falcone acabaron con la resignación del pueblo italiano y con el mito de la legitimidad de la mafia, lo que permitió al Estado lograr avances nunca alcanzados contra esas organizaciones criminales que desde entonces quedaron a la defensiva.
En España la historia de la Eta se partió en dos después de las multitudinarias manifestaciones de rechazo al secuestro y asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco. Eta perdió apoyo y legitimidad entre el pueblo vasco, disminuyó su capacidad de reclutamiento, aumentaron las deserciones, las denuncias y las capturas. Su debilitamiento se volvió irreversible.
Las consecuencias del 4 de febrero pueden ser significativas. Porque el mensaje para las Farc, en un momento crítico de aislamiento político y debilitamiento militar, ha sido contundente: su proyecto armado no tiene ninguna posibilidad de triunfo político o militar, porque es rechazado por la inmensa mayoría de la población. Esto podría provocarles más desmoralización, más deserciones y menos reclutamientos. Y convencer a miembros de su dirección de que la única opción es una negociación de paz seria y pronta con el Estado. Al presidente Chávez se le devaluará aún más su discurso en favor de las Farc, se le dificultará todavía más conseguir apoyos para semejante causa, y la marcha debería convencerlo de que ha elegido la opción equivocada para su proyecto bolivariano.
De otro lado, en Colombia la oposición debería entender que frente a la violencia es necesario construir un solo frente en defensa de la libertad y la democracia. Y el Gobierno debería convocar un gran acuerdo nacional para tal efecto. Porque los millones de marchantes no solo rechazamos los métodos terroristas. La marcha también fue un gran clamor nacional a favor de la unidad para defender la libertad.
¿Que las marchas no sirven para nada? No es cierto. Pueden servir y mucho. Por eso desde ya me comprometo a marchar el próximo 6 de marzo en contra del Eln, los paramilitares y las mafias.
PRIMERA AMENAZA CONTRA LA AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDIGENA – ONIC, POR LA PARTICIPACION DE LA CONVOCATORIA DE LA MARCHA DEL 6 DE MARZO!!!
!!POR LA PAZ Y LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS ¡!! Vamos a la marcha del 6 de marzo.
La AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDIGENA – ONIC, informa a la comunidad Nacional e Internacional, que como victimas hacemos parte del Movimiento Nacional de Crímenes de Estado, y por ende hacen parte nuestras Organizaciones Regionales, que son los que padecen en terreno el rigor del conflicto armando que vive Colombia. Y que por consiguiente somos parte de la convocatoria de la movilización del 6 de Marzo, en respaldo a las VICTIMAS, a los DESPLAZADOS, a los DESAPARECIDOS y a los ASESINADOS, por todos los actores armados.
Por esta firme decisión de seguir en Levantamiento Indígena, en resistencia por nuestros derechos ancestrales y la pervivencia de nuestros pueblos en sus territorios ancestrales, somos estigmatizados, amenazados, desplazados, asesinados, desaparecidos y por en ende Victimas. De modo que seguiremos marchando por la Vida y por la Consolidación del Gobierno Propio, de la mano con otros sectores, por ello además impulsamos la CAMPAÑA POR LA LIBERTAD DE OPINION, EXPRESION Y ASOCIACION.
Por todo lo anterior, RECHAZAMOS Y DENUNCIAMOS, la TERCERA AMENAZA y el HOSTIGAMIENTO que de son victimas los miembros de la Organización Unidad Indígena del Pueblo Awá – UNIPA, en el Departamento de Nariño, al igual que otras 13 organizaciones sociales en Nariño, realizada por parte de la “ORGANIZACIÓN NUEVA GENERACIÓN”, desde su correo electrónico nuevageneracion_nariño@yahoo.com, dirigida a cada uno de los correos de las organizaciones, como al correo institucional de UNIPA, el día 12 de febrero a las 15:53:10, la cual dice: “+” ONG´s de NARIÑO, Defensoras de Narcoterroristas, Q.E.P.D. “no permitiremos la realización de la marcha del 6 de Marzo porque esta organizada por los estafetas de la guerrilla y todo aquel que participe en ella se convierte en enemigo de la patria. La libertad y la conquista no la perderemos, el honor y la patria se debe defender y respetar. Todas las ONG´s Nariñenses quedan advertidas”, ¡Viva la libertad no a las viejas opresiones terroristas!”.
Cabe destacar que quienes firman la amenaza, se conoce en la región desde el 2006 como un grupo paramilitar, lo cual es de pleno conocimiento por los organismos de control del Estado y Organizamos de DDHH.
Nuestra posición razonable de defensa de la madre tierra es inmodificable: DEFENSA DE LA VIDA DIGNA Y DE LA PERVIVIENCIA DE TODOS EN IGUALDAD DE CONDICIONES. Por ello nuestras acciones de resistencia para protegerla es considerada como inconveniente para todos los actores armados, y en especial para el gobierno colombiano, que ven en nuestras posiciones y acciones, como actos terroristas, siendo estigmatizados, perseguidos, asesinados, desplazados de nuestros territorios, y para convalidar sus propósitos nos desconoce ante la comunidad internacional, al no adoptar la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, actitud discriminatoria contra los Pueblos ancestrales.
Por todo lo anterior, la ONIC hace un llamado a sumarnos a la marcha de próximo 6 de marzo.
Repudia las amenazas, hostigamientos y pone de manifiesto la responsabilidad del estado frente a cualquier hecho que ponga en peligro la vida de las víctimas y de los miembros de las organizaciones.
Que se investigue y judicialice a los responsables de este tipo de amenazas.
De igual manera, llamamos a las organizaciones de solidaridad con Colombia a poner en manifiesto el acompañamiento solidario con la marcha del 6 de marzo, y al repudio de este tipo de amenazas que atentan contra la vida y el derecho a la libre expresión.
A la comunidad internacional a que presione al estado colombiano para que en vez de seguir estigmatizándonos y desconociéndonos, firme la declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas; Y a la Defensoría Nacional, hacer público el informe Defensorial de la situación violatoria de los derechos del pueblo Awa y operativizar acciones para proteger la vida del pueblo AWA.
AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDIGENA – ONIC.
ASOCIACIÓN DE AUTORIDADES TRADICIONALES INDÍGENAS AWA- ORGANIZACIÓN UNIDAD INDÍGENA DEL PUEBLO AWA- UNIPA.
Contactos UNIPA (091) 7335289, ONIC 2842168. 2811845