Las ironías del primo
Esta semana quedo en firme la decisión de la Fiscalía General de llevar a juicio por calumnia agravada al ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria, conjuntamente con el ex vicepresidente Francisco Santos, en virtud de una denuncia penal de unos sindicatos.
Los dos, mostrando el poco respeto que sienten por la justicia, decidieron no presentarse a la audiencia de imputación de cargos. Esta actitud no sorprende a nadie, ya que ambos trabajaron en un gobierno que se caracterizó por violar de manera sistemática la ley. Y aducen que no se presentaron para que no los expusieran públicamente. ¿Y qué tal como Uribe exponía y estigmatizaba en los medios a sus opositores? Cínicos.
Pero lo más irónico de esto es que en su columna semanal en El Tiempo, el primo de Pablo se rasga las vestiduras y alega, en su favor, la libertad de expresión y de opinión.
Eso parece un chiste, viniendo de quien viene. ¿Acaso olvida el Sr. Gaviria que durante el gobierno para el que militó se violaron los derechos de los periodistas que hicieron oposición? Mejor dicho: él sí tiene el derecho de expresarse, pero no lo teníamos quienes denunciábamos las vagabunderías que se hacían en el gobierno anterior. ¿De qué libertad de expresión hablará el primo de Pablo cuando hoy sabemos a ciencia cierta que los periodistas, líderes de la oposición y magistrados eran seguidos, chuzados, amedrentados desde el corazón mismo del régimen? ¿Acaso tuvo libertad de expresión el periodista Daniel Coronell, que tuvo que salir asilado por más de dos años por las amenazas recibidas desde el computador de un amigo íntimo del presidente Uribe y que involucraban a su hija pequeña?
Ni hablar de los seguimientos ilegales que se le hicieron al colega Hollman Morris, a quien el gobierno de Uribe estigmatizó de manera cobarde y rastrera. Y todo porque Morris ejercía un periodismo independiente que molestaba al régimen anterior. Recordemos que a Hollman lo retuvieron miembros de las FF.MM. siguiendo instrucciones del Gobierno.
Pero no, para el Sr. Gaviria eso no eran actos en contra de la libertad de expresión que hoy reclama mientras se queja melosamente. Eran actos que él avalaba permanentemente con sus declaraciones siendo claro que para él y su jefe Uribe todos los que no compartíamos sus ideas éramos “guerrilleros vestidos de civil” o “tinterillos auxiliadores del terrorismo”, como lo dijo en una oportunidad Uribe refiriéndose a quienes hemos venido denunciando los mal llamados falsos positivos.
Ojalá la justicia funcione en este caso para que sigamos viendo pagar ante la ley a todos aquellos que trabajaron con Uribe y transgredieron las normas.
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Notícula: Los siete premios Simón Bolívar que le fueron entregados a este diario son un claro y merecido reconocimiento de la estupenda labor informativa que viene haciendo. Me siento muy orgulloso de compartir páginas con María Elvira Samper, Cecilia Orozco y todos los demás que merecidamente se ganaron estos premios.