Las dudas de Victor G. Ricardo
El excomisionado de paz del gobierno de Andrés Pastrana durante los diálogos de El Caguán, Víctor G. Ricardo, dice que es relativamente optimista frente al actual proceso de La Habana, pero asegura que existen serios obstáculos para el éxito de la iniciativa.
El principal problema que él identifica es que las conversaciones tengan “una fecha fatal”, que serían las elecciones presidenciales. Esto se une al pronunciamiento de Enrique Santos, quien ha asegurado que el actual proceso de paz está atado a la continuidad de su hermano Juan Manuel como presidente. “De llegar a ser mandatario uno de los seguidores del uribismo, no habría ningún interés en que sigan los diálogos”, expresó Enrique Santos hace unas semana para el diario El Espectador.
Por su parte, Ricardo explicó que “si de aquí a eso no se ha llegado a un acuerdo, se vería muy mal en la comunidad internacional que el Gobierno se levante de la mesa sin una razón de peso, sólo porque se cambió de presidente”.
Además, expresa que aunque la paz no se puede hacer en los medios de comunicación y no se puede informar todo lo que se habla en La Habana, es preciso que se cree un mecanismo de información firmado por ambas partes mediante el cual se comunique de manera constante cuáles son los avances y los retrocesos de las conversaciones.
Sobre el futuro de las negociaciones, añade que “en caso tal de que se llegue a la paz, es necesario instrumentar el posconflicto y que el Estado haga presencia en toda Colombia, tanto militar como socialmente. El problema es que en ambas partes es poco lo que se ha avanzado”.
Este no es el único intento de cese del conflicto que ha habido en Colombia. Además de El Caguán con Pastrana, hubo acercamientos entre las guerrillas y el gobierno durante las administraciones de Alberto Lleras, Belisario Betancur, Virgilio Barco y César Gaviria.
Según el exalto comisionado, las grandes diferencias entre este proceso y los demás, especialmente el de hace 14 años, son las circunstancias militares y económicas.
Durante el gobierno de Pastrana había 3.600 secuestrados por las FARC, 193 municipios sin presencia militar, un concepto de ‘Robin Hood’ de parte de la comunidad internacional hacia la guerrilla, una crisis financiera y unas Fuerzas Militares no profesionalizadas. Mientras que ahora, según Víctor G., el Ejército está en todos los lugares del país, las FF. MM. son profesionales y están moralizadas, hay buen presupuesto para este sector y desde afuera de Colombia ven a las FARC como terroristas.
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