La vida esta herida
Ayer 31 de octubre de 2019 al terminar la jornada, cuando el día declinaba, recibimos la noticia de otra masacre en el Cauca, cuatro personas fueron halladas sin vida en la vereda Santa Helena, en el municipio de Corinto, y otro en el corregimiento de Huasanó.
El conflicto social que se vive en el Departamento del Cauca, se vive con matices diversos en todas las regiones de Colombia, desde hace varias décadas. Nos pasa que, cuando pensamos que estamos en paz, reaparecen las fuerzas oscuras de la muerte: amenazando, intimidando, desplazando, expropiando, torturando, desapareciendo, masacrando.
Esta realidad nos puede llenar de pesimismo y nos propone solo dos escenarios a corto plazo:
La indiferencia es el escenario que nos lleva al empobrecimiento y la autodestrucción, nos encierra, nos vuelve ciegos ante el dolor de los pueblos y de las personas, nos vuelve espectadores mudos, nos llena de cobardía y nos invita a la comodidad a cualquier precio.
La repetición de la guerra es el escenario del resentimiento, del odio, de la desconfianza mutua, de la polarización, a la corrupción como estilo de vida, nos vuelve consumidores de armas y depredadores de la vida humana, esclavos tolerantes del narcotráfico, manipuladores de la verdad. La vida nos necesita
La misión integral por la vida es la acción consciente de todos por el amor, por la verdad, por el dialogo, por el perdón, por la no violencia activa, por el cuidado de la creación. Nos saca de la comodidad indiferente y nos lleva al encuentro, a la construcción del bien común, a la búsqueda inteligente de soluciones a los problemas que nos aquejan.
La vida herida, nos necesita a todos
Como cristianos creemos que la vida de cada ser humano es digna, sagrada, es querida por Dios, es irrepetible. Estamos convencidos de que somos misioneros de la vida, custodios de toda vida humana, responsables de la vida de todos. La misión por la vida, es defender al más frágil y vulnerable.
Este lunes 4 de noviembre la Arquidiócesis de Popayán convoca a las 12:00 del mediodía en toda Colombia a tres minutos por la vida:
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1. Realiza esta oración:
“1 Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa, ponga yo perdón; donde haya discordia, ponga yo unión; donde haya error, ponga yo verdad; donde haya duda, ponga yo fe; donde haya desesperación, ponga yo esperanza; donde haya tinieblas, ponga yo luz; donde haya tristeza, ponga yo alegría”
2. Convoca a las personas con quienes te encuentres a un aplauso de 1 minuto. El aplauso nos despierta, nos anima, nos impulsa. El aplauso está en nuestras manos, como la misión por la vida.
3. En las parroquias invitamos a un repique de campanas y el Angelus como anuncio de la buena noticia de paz para nuestros pueblos.
Con afecto y en oración, unidos en Jesucristo en este doloroso y esperanzador momento de nuestra historia.