La “seguridad democrática”? herido afrodescendiente por militar
Se anuncian nuevas acciones mediáticas contra CAVIDA y contra Justicia y Paz
“Nos empujan con el yugo al cuello, nos fatigan sin darnos descanso. Unos esclavos nos pretenden someter y nadie nos libra de su poder. No respetaron a los ancianos; forzaron a los jóvenes a mover el molino, ha cesado el gozo del corazón las danzas se han vuelto duelo ” Lamentaciones 5
RESUMEN
El campesino afrodescendiente de Bijao, cuenca del Cacarica, VICTOR CUESTA MOSQUERA fue abaleado por un militar de apellido SÁNCHEZ, vinculado a la Brigada XVII. El atentado militar ocurrió a las 6:00 horas del 13 de mayo, justo cuando las comunidades realizaron una jornada de memoria de las actuaciones psicológicas y armadas desarrolladas por los militares desde hace un año, que han generado una absoluta situación de zozobra, de daños irreparables en el tejido social y en la conciencia colectiva de la población.
Los militares desde tempranas horas de la madrugada activaron sus armas en el entorno del caserío de Bijao, a eso de las 6:00 ingresaron al poblado donde hirieron al poblador. Posteriormente este militar intimidó a los habitantes de Bijao, acusándolos de guerrilleros y disparando indiscriminadamente a sus habitantes. A las 7:00 horas este mismo soldado se hirió
Esta es la cuarta ocasión, en menos de dos meses, que en este caserío de Bijao, lugar de siembras de CAVIDA, y de habitación de afrodescendientes, que en desarrolló de la implementación de las políticas de “seguridad democrática” se ven sometidos a actuaciones armadas que colocan en riesgo la vida e integridad personal de sus habitantes, generando daños irreparables. Esta es la quinta ocasión, en que los militares de la Brigada XVII activan sus armas contra pobladores afrodescendientes e integrantes de CAVIDA, el 11 de agosto pasado, el menor ARLEY SIERRA, fue abaleado por los militares sin lograr ser impactado debido a su agilidad para escapar a las balas.
Las actuaciones psicológicas y de presencia militar de la Brigada XVII desde hace un año han generado un profunda situación de inseguridad, mucho más cuando sus actuaciones nunca se han dirigido a objetivos o blancos militares legítimos como los de la base paramilitar que se encuentra dentro del Territorio Colectivo del Cacarica en La Balsa o cuando las unidades militares ellas mismas han actuado en unidad de acción en operaciones psicológicas contra integrantes de CAVIDA y de Justicia y Paz. No existe ningún acatamiento a las recomendaciones del sistema de Naciones Unidas ni de las medidas cautelares del sistema interamericano a favor de las comunidades del Cacarica.
DETALLES
° Jueves 13 de mayo, a las 4:00 horas en los alrededores del caserío de Bijao, lugar de habitación de afrodescendientes y de siembras familiares de integrantes de CAVIDA, unidades militares de la Brigada XVII activaron durante varias ocasiones sus fusiles al aire.
Hacia las 6:00 horas aproximadamente, el militar de apellido SÁNCHEZ ingresó en los límites del caserío. Allí se encontraba el afrodescendiente VICTOR CUESTA MOSQUERA, quien estaba preparando sus recados para ser transportados en la embarcación de CAVIDA. El efectivo regular sin mediar palabra alguna activo su fusil contra el campesino a quién le propinó un disparo en el costado derecho del torax.
El militar continúo su paso por el caserío gritando, intimidando y amenazando: “Salgan guerrilleros hp. El que no la debe, no la teme. Salgan hp” (… ) yo soy el propio Sánchez” gritaba “Esto es para que la gente se acuerde de mí.”(…) “Ahora me voy a fumar un cacho de Marihuana para que se relaje la gente.” A varios pobladores de Bijao, el soldado los intimidó con el fusil amenazando con dispararles.
A eso de las 6:30 horas soldados de la Brigada XVII trataron de controlar a su compañero, quién inmediatamente empezó a disparar ráfagas y tiros de fusil, lo que generó la huida de muchos pobladores.
A eso de las 7:00 horas se propinó él mismo un tiro, quedando herido.
A las 8:00 horas arribaron dos helicópteros, uno de ellos en la cancha de fútbol de Bijao y el otro en el lugar del campamento instalado por los militares a escasos 10 minutos.
En el helicóptero que aterrizó en la cancha del caserío de Bijao, llegó una autoridad judicial militar, a las inquietudes de la comunidad respecto a la vida e integridad pesonal de VICTOR y a sus siembras de pan coger respondió: “en eso lo pueden ayudar los de la Defensoría del Pueblo y los de la Red de Solidaridad Social” (…) “Ustedes no pueden demandar al ejército”
Cuando la comunidad reclamó a los militares por qué desde las primeras horas activaron sus armas y no reaccionaron rápidamente frente al militar SÁNCHEZ, uno de ellos de apellido PALACIOS respondió: “Sabe qué? agarre el fusil de “SANCHEZ” y nos damos plomo los dos”
Hasta el momento se desconoce el estado de salud del afrodescendiente VICTOR CUESTA MOSQUERA
LINEAS DE INTERPRETACIÓN
Desde el 13 de mayo del año pasado se inició la presencia militar en el Cacarica, la que se ha centrado sustancialmente contra los pobladores afrodescendientes y mestizos. Nunca se conoció ni se ha conocido de operaciones militares contra la base paramilitar de La Balsa o del punto conocido como Tumaradó o La Honda o Riosucio. Por el contrario, con la presencia militar de la Brigada XVII, la circulación de “civiles” armados de la estrategia paramilitar se ha extendido desde el entorno de La Balsa hasta Balsagira, La Virginia y Villahermosa.
Las operaciones militares desde el 13 de mayo de 2003 coinciden con la apertura de procesos judiciales, carentes de bases reales, sustentadas en testigos con motivaciones económicas, pagados y o presionados por sectores de poder, el derecho usado como mecanismo de desprestigio, de silenciamiento, de control del ejercicio legítimo de defensa de los derechos de los afrodescendientes, procesos con intervenciones de agentes del DAS carentes de imparcialidad.
Las operaciones militares desde el 13 de mayo de 2003 dirigidas contra los afrodescendientes han coincido con los planes de implementación de proyectos agroindustriales que desconocen los derechos de los afrodescendientes, que vulneran su derecho a la existencia, a la preservación del medio ambiente, y que se encuentran ligados a la siembra de palma aceitera, a proyectos de búfalos y la activación de asociaciones comunales productivas vinculadas lógicas de mercado global excluyente. Las operaciones militares desde el 13 de mayo han coincidido con la afección de los intereses del sector privado por haber desconocido los derechos de los afrodescendientes asociados en CAVIDA y los que habitan el territorio.
Las operaciones militares desde el 13 de mayo de 2003 coinciden con una campaña mediática iniciada en agosto pasado en la sede del Estado Mayor de las Fuerzas Militares, que se reactivó el pasado 24 de abril pasado en Noticias RCN donde se expresa que los miembros de la Comunidad de Paz expulsaron a Justicia y Paz, y que de acuerdo con las informaciones de alta credibilidad en las próximas semana se incentivará con la publicación de un libro contra nuestra Comisión de Justicia y Paz, y una campaña internacional de desprestigio.
Las operaciones militares desde el 13 de mayo han coincidido con nuestra participación activa como parte civil en el proceso contra el General RITO ALJEJO DEL RIO, investigación que precluyó a favor del militar, a pesar de las pruebas presentadas, entre ellas, la de la operación “Génesis” y con el proceso de desmovilización de paramilitares que incluirá los que operan en Riosucio, Turbo, Tumaradó y la base de La Balsa.
Esta inseguridad a la vida, a la integridad personal, a la libre expresión se une a la presencia militar que se articula a actuaciones del orden civil indebida que desconoce el Derecho, a la inacción del aparato judicial que durante 7 años ha propiciado por falta de diligencia y de la sana crítica enfrentar las estructuras criminales que han destruido centenares de vidas.
Recientemente la actuación administrativa de JESÚS RAMÍREZ director de Minorías étnicas del Ministerio del Interior, bajo el supuesto de acatar la Resolución de la Corte Constitucional. desconoció los derechos de los integrantes de CAVIDA y de varios Consejos Comunitarios.
Las intimidaciones, la amenazas, los señalamientos, la activación de armas de fuego y las judicializaciones de integrantes de CAVIDA y de Justicia y Paz coinciden con las expresiones de los militares que argumentaron tener órdenes de captura, con las operaciones psicológicas contra niños y niñas a las que propusieron denunciar a los adultos, con las propuestas a jóvenes para destruir la Malla de la Vida o para lograr tener relaciones sexuales con las jóvenes de la comunidad, con el pago a jóvenes para ser parte de la red de informantes, con las recientes manifestaciones contra CAVIDA y nuestra Comisión Justicia y Paz en la que han participado militares.
Bogotá, D.C 15 de mayo de 2004
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ