La guerra y la paz. El fracaso de la Seguridad Democrática.
Los últimos ocho años y medio de guerra intensiva contra las FARC son suficientes para demostrar la inutilidad de esta guerra.
La actitud de una parte del pueblo colombiano que espera sentado que las FARC dejen de atacar y secuestrar da cuenta de la falta de participación política de la ciudadanía y del engaño del que ha sido víctima durante los ocho años de gobierno uribista.
Aceptar la realidad– El primer paso para hacer posible la solución del conflicto es el de aceptar la realidad tal como es, con todas sus partes. Esto es algo que Uribe nunca hizo ya que nunca reconoció que se trataba de un conflicto armado, en parte por su desconocimiento del tema, pero también porque prefería ocultar esa realidad para su propio beneficio. Parte de ese beneficio era poder manipular a la ciudadanía a su antojo. Tener la posibilidad de asustar a la población es una herramienta muy efectiva para manejarla. La guerra en ese caso se convierte en una arma política contra el ciudadano que al agudizarle el miedo lo vuelve más manipulable por la autoridad que dice querer protegerlo aunque eso no sea verdad.
“Los triunfos de la política uribista“- Como sabemos ahora muchos de los “triunfos” de la política uribista de la “seguridad democrática” fueron graves engaños como:
La “desmovilización” de 60 guerrilleros del Bloque Cacica de las FARC que resultó un cuento chino con un jefe “Biófilo” con las manos tan cuidadas de una persona que jamás estuvo en el monte.
-Los macabros falsos positivos.
La Operación Jaque, el golpe publicitario de Uribe que presentó como el golpe supremo a las FARC, el más refinado, y resultó el show más grande y mentiroso de que se tenga memoria. La Operación Jaque fue una compra de secuestrados a las FARC que se presentó como un operativo de inteligencia del que el pueblo colombiano debía sentirse orgulloso.
Con estos engaños y muchos otros, el ex presidente ha ofendido gravemente a los soldados que diariamente se exponen en el campo de batalla y ha ofendido a la ciudadanía.
Estas falsas tesis, falsas victorias y falsos positivos prueban que la política de la Seguridad Democrática además de ser un engaño de Uribe es un fracaso.
Lo que nos ocultaban- Mientras el uribismo proclamaba sus falsas victorias el paramilitarismo crecía a un ritmo mayor que antes de la “desmovilización” de Ralito. Tanto nos fue ocultado en estos años que sólo hace muy poco sabemos que entre el 2005 y 2010 asesinaron a más de 173mil personas, según cifras de la Fiscalía. Hoy sabemos que varias regiones están tomadas por el paramilitarismo ahora llamado Bacrim y amenazan como nunca antes las elecciones regionales.
Algunos miembros de las FARC comparten con las Bacrim algunos negocios del narcotráfico que en los años de Uribe han modernizado su estructura.
Las FARC por su parte, fueron golpeadas pero no vencidas. Aprendieron de la estrategia del ejército y modificaron la propia adaptándose, como lo aceptó el Comandante Cely en un foro de hace algunos días.
Los 8 años de guerra de Uribe contra las FARC no las acabó. Las FARC lograron internacionalizarse, renovar el Secretariado y hacer una selección natural de sus combatientes. Gracias a las recompensas de Uribe, las FARC se depuraron sacándose de encima a los traidores. Han logrado una mayor resistencia y están en capacidad de crecer diversificándose en una multitud de células peligrosísimas para la estabilidad de Colombia que pueden llevar a un escalamiento de la guerra y a su internacionalización. Sus acciones obligarían a la participación de otros países que se volverían objetivos de las FARC. Las FARC ya han demostrado estar preparadas para esa situación si el gobierno se las regala.
La falta de preparación de Uribe en el tema de conflictos armados, la negación de la realidad que significa el no haber aceptado siquiera su existencia, su manera de gobernar personalista al extremo de no escuchar los argumentos de muchos especialistas, terminó favoreciendo a las FARC.
Toda la guerra de Uribe contra las FARC ha sido una de las estafas más grandes con las que se ha engañado a millones de colombianos. Como ocurre con todas las estafas poco a poco y tardíamente nos estamos enterando de cada uno de los engaños.
La conclusión más importante de todo esto es que Uribe demostró que la guerra no derrota a las FARC ni las doblega.
El tema de la paz en el gobierno– El gobierno de Santos parece tener una buena disposición para tratar el tema de la paz y lo demostró con su comportamiento frente a las últimas liberaciones de secuestrados. Pero a veces, no sé si para complacer al uribismo que lo votó o porque piensa que es una buena estrategia, cambia de lenguaje sacando y guardando la famosa llave del diálogo con las FARC.
Y es así como JM Santos a veces parece mirar esta realidad del país despedazado no sólo por masacres, asesinatos y secuestros sino por la visión disociada que ve una parte sin ver la otra y cuando ve la otra no ve ésta, con la misma mirada primitiva del uribismo.
Farc ordenan fusilar y asesinar a guerrilleros de sus propias filas- dice Santos como algo terrible, que lo es. El ejército manda asesinar civiles falsos positivos-digo yo, porque el presidente Santos parece afectado por la misma disociación.
También El Tiempo en su edición del 27/02/2011:” Bandas emergentes, la gran nueva amenaza”. Durante el 2010 realizaron más ataques que las FARC y ELN juntas.
Esto que El Tiempo llama “nueva amenaza” ha sido registrado por la Fiscalía con más de 173 mil asesinatos entre 2005 y 2010 como ya lo señalé e párrafo anterior. Se ha decretado que las BACRIM o bandas criminales son otra cosa diferente de los paramilitares que supuestamente se desmovilizaron pero eso no lo creen sino ellos, si es que lo creen.
Uribe respalda la marcha “Sin piedad contra las FARC”. En sentido contrario y para acentuar deliberadamente esta disociación a nivel nacional, Alvaro Uribe respalda una marcha contra las FARC para obtener el poder a través de la recuperación del control de la ciudadanía uribista y la repolarización de la ciudadanía colombiana en general. La marcha busca con el engaño, la adhesión de una parte ingenua que cree que esa marcha es contra las FARC cuando en realidad es una marcha por la continuación de la guerra, la misma guerra que le sirvió a Uribe para mantenerse ocho años en el poder. Es para impedir el avance del trabajo por la paz de Piedad Córdoba y de todos aquellos que la acompañan diariamente en la búsqueda de ese único objetivo. Es para quitarla de en medio como dice el slogan de la marcha “Sin p(P)iedad contra las FARC”, para intensificar la guerra “contra las FARC”
Las consecuencias de la guerra– La cultura de la guerra, la violencia reforzada por la polarización y la actitud paranoica con respecto a los países de toda la región que estimuló Alvaro Uribe ya forma parte de la vida de muchos colombianos.
Hay 5 millones de desplazados internos y otro tanto de desplazados externos.
El gasto militar es enorme e inútil y no permite dirigir los esfuerzos al desarrollo interno, al gasto social aumentando así la brecha en la distribución de la riqueza y el atraso.
Si no se hace la paz lo que nos espera en el futuro son unas FARC mucho más curtidas y experimentadas en la resistencia. Y la resistencia no solo es una victoria militar sino también una victoria política. Esto es algo que Uribe ha negado y que los uribistas ya no saben cómo ocultar
Todo lo anterior nos demuestra que el diálogo como camino hacia la paz es la única solución posible del conflicto. Lo que la fuerza de las armas no ha podido ni podrá solucionar lo puede hacer el uso de la inteligencia en la solución del conflicto: la negociación. Como cualquier negociación cada una de las partes tiene que ganar algo. Es así como avanza el mundo y es así como Colombia puede avanzar en el camino hacia la paz, hacia el buen vivir y la tranquilidad de sus ciudadanos.
No es posible exigir que se acaben previamente secuestros y ataques de las FARC para buscar el diálogo y mucho menos para negociar. Una entrega sin condiciones y sin ningún beneficio para las FARC no es realista. Y si no es ingenua es malintencionada. Eso es lo que hizo Uribe durante ocho años con el resultado de un fortalecimiento de las FARC que con menos ataques han golpeado al ejército y a la nación con los mismos resultados que tenían en el pasado con más combatientes. Eso es lo que Uribe dejó a Colombia y es eso lo que hay que cambiar. Para eso sólo hace falta usar la inteligencia, dejar los intereses personales y deponer el orgullo que tanto abundó en los años uribistas en desmedro de la solución del conflicto. Para hacer acuerdos de no secuestro se necesita el diálogo y mientras no haya un acuerdo las FARC no tienen nada que los comprometa para dejar de hacerlos.
La posibilidad y oportunidad del diálogo como camino hacia la paz– Las FARC confían en Piedad Córdoba y por eso le cumplen. La liberación de los secuestrados es algo positivo y no un engaño como lo quieren hacer creer los amigos de la guerra. El hecho de que con estas liberaciones las FARC enaltecen a Piedad Córdoba muestra que aprecian el esfuerzo de Piedad para conseguir la paz y están interesados en la paz. Si no les interesara la paz no harían ningún esfuerzo por ayudar a Piedad Córdoba cumpliendo con lo pactado.
Las FARC y el ELN confían en el Presidente Santos– También las FARC y ELN, como buena parte de la ciudadanía, ven con buenos ojos la indispensable ley de restitución de tierras iniciada por este gobierno y esto refuerza la confianza en el gobierno de Santos como interlocutor válido para iniciar conversaciones.También el hecho de que el gobierno haya aceptado las condiciones de entrega de las FARC y haya cumplido con lo pactado muestra una buena disposición del presidente aunque después se desdiga con palabras que parecen dichas para disminuir la presión del sector ultraderechista en contra de cualquier acuerdo. Las FARC deberían tener en cuenta esa buena disposición del gobierno que no dudó al permitir las liberaciones ni en autorizar a Piedad Córdoba para recibirlos. Tampoco el gobierno se aprovechó de las dificultades que surgieron a último momento para la entrega, para reiniciar las operaciones militares y frustrar la entrega.
El reciente encuentro por la paz en Buenos Aires* trató con realismo el tema de la paz, las condiciones para el diálogo y la posibilidad de volver el tema de la paz un tema continental no sólo porque las FARC se hayan internacionalizado sino porque hoy la paz de América depende de la paz en Colombia. Por eso es válida la intervención del Unasur y también la participación de Estados Unidos.
Hay entonces condiciones para iniciar el diálogo, un diálogo sin condiciones para ninguna de las partes. Lo muestran las conclusiones del reciente Encuentro Internacional en Buenos Aires “Haciendo Paz en Colombia”.
Piedad Córdoba ha dicho que ella y Colombianos por la Paz no van a presionar al gobierno y seguirán perseverando en la liberación de todas las personas en poder de las guerrillas y buscando un camino de solución global de este largo conflicto. Agregó que estarán abiertos para responder a cualquier propuesta de conversación con el Presidente Santos.