La ética de The Body Shop bajo sospecha después del desalojo de campesinos colombianos
Las críticas golpean a la empresa de cosmético ecológica después de que uno de sus proveedores desocupe una finca campesina para sembrar palma de aceite – y haber traído la policía antidisturbios para sacar a las familias campesinas.
The Body Shop, el gigante de los cosméticos que reivindica obtener los ingredientes de empresas que protegen los derechos de los campesinos, compra aceite de palma de una organización que ha forzado el desalojo de familias campesinas para desarrollar una nueva plantación.
Daabon Organics, una empresa colombiana que provee la cadena británica con el 90% del total del aceite de palma, es parte del consorcio que ha solicitado a las Cortes desalojar a los campesinos de una amplia finca ubicada a 320 km al norte de la capital de Bogotá, con el fin de sembrar palma africana. La policía antimotines, desalojó a los campesinos en julio.
En la actualidad, los abogados de los 123 campesinos y sus familias han apelado la decisión, con el apoyo de una organización caritativa británica. Dicen que familias habían vivido y trabajado la tierra por más de 10 años y ya habían solicitado el reconocimiento de su derecho de propiedad, amparados en la ley colombiana, antes de que el consorcio la haya comprado.
La revelación va a incomodar The Body Shop, que declara que respeta los derechos de los campesinos locales en países en desarrollo, y utiliza el aceite de Daabon para producir el equivalente de 7.5 millones de jabones cada año. Esta noticia pone a la luz pública también los enfrentamientos entre campesinos y compañías de palmas de aceite en todo el mundo cuando este producto se ha vuelto cada vez más lucrativo.
“The Body Shop debería reconsiderar su decisión de comprar palma de aceite de Daabon, a la luz de este conflicto”, dijo Catherine Bouley de Christian Aid, quien esta apoyando la acción legal de los campesinos. “El Gobierno colombiano quiere triplicar el área cultivada de palma, lo cual solo va a incrementar el desplazamiento forzado”. La disputa empezó en diciembre de 2006 cuando una sucursal de Daabon, CI Tequendama y otra compañía contraparte, compraron Las Pavas, una finca de 1,100 hectáreas, en la región del Sur de Bolívar. El consorcio solicitó una orden de desalojo en enero este año, el cual fue llevado a cabo en julio.
Los abogados que actúan en representación de las familias campesinas afirman que el consorcio debía saber que estas tierras pertenecían a unas familias que les usaba para cultivar pan coger, plátano, maíz, ahuyama, en los últimos 10 años.
Los campesinos dicen que ya antes habían sido forzadamente desplazados a medio del año 2006 por grupos paramilitares; pero que se regresaron 6 meses después e interpusieron una demanda legal para obtener titulación del bien. Bajo la ley colombiana, una propiedad puede ser adjudicada a campesinos que han ocupado un predio abandonado por más de 3 años.
Banessa Estrada, la abogada de los campesinos, dijo que las familias habían conformado una cooperativa y solicitado oficialmente la titulación de la tierra a mediados de 2006, muchos meses antes de que la comprara el consorcio.”El desalojo fue ilegal porque no tomaron en cuenta la demanda de los campesinos sobre la finca”, dijo ella.
Otra empresa de palma había tenido interés en comprar estas tierras en 2006, pero echó para atrás después de las discusiones con los campesinos, según informan.
Un pequeño grupo de campesinos retornaron a la finca la semana pasada, por primera vez desde el desalojo, con una periodista.
Misael Payares, líder de la asociación campesina, señaló una fila de árboles caídos a los costados de la nueva carretera. “Eso es lo que hace una compañía supuestamente cuidadosa del medioambiente”, dijo.
Ader Rojas, quien cultivaba plátano en su finca, dijo que la mayoría de su predio había sido destruido. El cambuche que había construido cerca de sus plantaciones ha sido destruido y un humedal cerca de su tierra ha sido secado. “Eso era todo lo que tenía”, dijo.
Los campesinos desalojados han levantado un campamento en el patio de la escuela en el pueblo cercano. Preparan las comidas de envuelto de maíz con queso sobre hogueras, para los 500 hombres, mujeres y niñas y niños, con la alimentación entregada por agencias de cooperación.
The Body Shop, la segunda franquicia más grande de cosméticos en el mundo, con 2,400 almacenes en 61 países, fue fundada por la difunta Dame Anita Roddick y hace ahora parte del grupo L’Oréal.
Su imagen distintiva de “eco-friendly” (ecológico) – fue la primera cadena cosmética británica a haber introducido las botellas reciclables- ha sido preservado por L’Oréal y sigue haciendo campaña a favor de los derechos de los productores locales. En junio de 2007, mientras anunciaba su negocio con Daabon, The Body Shop llamó a los fabricantes y minoristas a seguir su liderazgo para ayudar a frenar los efectos drásticos de una producción insostenible sobre el medioambiente y sobre las poblaciones.
“Hemos cambiado toda nuestra serie de jabón para que fuera producida con el aceite de palma de unas de las mejores plantaciones sostenibles – Daabon en Colombia,” dijo en una declaración a la prensa. “Hemos sido encargados por nuestra auditoría interna y visitamos la plantación para garantizar la protección y el bienestar de las comunidades, de los trabajadores y la preservación de la selva alrededor”.
Se puede leer también que “los impactos de la producción sobre los derechos de las poblaciones indígenas, crea a menudos condiciones de trabajo pésimas, y tienen implicaciones graves sobre la salud de las mujeres que trabajan en las plantación.
The Body Shop tiene actualmente un compromiso con el comercio comunitario, y busca campesinos de pequeña escala, artesanos tradicionales, cooperativas rurales y hasta pueblos tribales, según la página web de la compañía.
Daabon, productor orgánico certificado, es una compañía familiar, que fue establecida en 1914, pero creció sustancialmente en los últimos 5 años. Cuenta en la actualidad con 714 oficinas en Colombia y 28 oficinas en otros países incluyendo los EE.UU., Alemania, Japón y Australia. Alberto Davila, el presidente de Daabón, ha sido fotografiado abrazando al presidente de Colombia Alvaro Uribe Vélez.
La demanda de aceite de palma ha aumentado en los últimos 15 años y se encuentra en alimentos como la margarina, las papas fritas y el chocolate, como también el jabón, los cosméticos y al agrocombustible.
El aceite esta siendo utilizada como un endurecedor en una variedad de productos de cuidado personal. Estaba presente en 497 productos lanzados globalmente en 2007 comparado con 246 en 2006, según los investigadores del mercado.
Pero el crecimiento ha llevado a una reacción de los grupos ambientalistas preocupados por la deforestación en la zona tropical para abrir espacio a las plantaciones, destrozando el hábitat natural de especies en peligro de extinción y causando el desplazamiento de población local.
Greenpeace dijo que la industria de aceite de palma contribuye a la emisión de carbón cuando los productores establecen nuevas plantaciones en turberas (tipos de humedales ácidos), que almacenan carbón. Secar y quemas las turberas para establecer plantaciones libera gases a efectos invernaderos.
Las protestas han tomado por sorpresa algunos productores, porque 5 años atrás habían desarrollado un sistema de certificación para la producción de aceite de palma sostenible ecológicamente.
Una portavoz de Daabon dijo que la compañía nunca ha sido involucrada en ninguna otra disputa sobre la tierra y buscaba resolver este caso a través de las cortes y de negociación con la comunidad. Dijo que no tenía conocimiento de reclamos por parte de los campesinos antes de la adquisición de la finca y había tomado todos los pasos para llegar a un acuerdo con ellos.
Añadió que cualquier preparación del terreno desde julio ha garantizado que las áreas protegidas no sean afectadas.
“El grupo Daabon y sus sucursales nunca antes habían sido implicados en conflictos de tierra y bajo ninguna circunstancias violaría a sabiendas los derechos de los propietarios legítimos”, dijo.
“Una consulta enfocara en la explicación por parte de la compañía de sus planes para establecer un modelo inclusivo que podría ofrecer mejores condiciones de vida y oportunidades para las comunidades en la zona, similares a las establecidas en la región del Magdalena Medio”.
Un portavoz de The Body Shop dijo que la tierra en disputa no ha producido aceite para sus productos.
“The Body Shop esta comprometido con la defensa de los derechos humanos y el comercio justo, trabaja de cerca con sus proveedores para defender nuestros valores. Sabemos de las alegaciones sobre los derechos a la tierra en Colombia y estamos en comunicación con nuestros proveedores en la región y monitoreamos esta situación de cerca.”
Traducción no oficial
Leer articulo en ingles http://www.guardian.co.uk/world/2009/sep/13/body-shop-colombia-evictions