La cárcel se vive como tragedia y se repite como…tragedia

“En este infortunio común de ser víctimas del aparato judicial y su sistema penal y carcelario lo que nos ha permitido demoler los muros de Babel y hablar una misma lengua. O acaso ¿alguna vez imaginé compartir cotidianidad con hombres acusados o condenados por homicidio, hurto, rebelión, paramilitarismo, narcotráfico, secuestro, parricidio, delitos sexuales, fraudes y tortura?

Un año más de ignominia tras las rejas: La cárcel se vive como tragedia y se repite como…tragedia

“En este infortunio común de ser víctimas del aparato judicial y su sistema penal y carcelario lo que nos ha permitido demoler los muros de Babel y hablar una misma lengua. O acaso ¿alguna vez imaginé compartir cotidianidad con hombres acusados o condenados por homicidio, hurto, rebelión, paramilitarismo, narcotráfico, secuestro, parricidio, delitos sexuales, fraudes y tortura? O ¿tomar un café con hombres de confianza de “Don Berna”, “Otoniel” y “Los Buitrago”, entre muchos otros O entablar largas conversaciones con autores de abominables crímenes como la Escombrera en la Comuna 13 de Medellín, para escuchar su historia y sus razones o también para sugerirles acciones de resistencia civil frente a los atropellos del INPEC?.

Confieso que al hacerlo no dejé de preguntarme, una y otra vez, si esta conducta estaba trasgrediendo mis fronteras éticas. Sin embargo, hoy creo tener más claro el sentido de una tragedia humana que hizo de todos ellos instrumentos de odio y venganza. Alguien decía que: “quien no es capaz de sentir en sí mismo las alegrías y los pesares de todos los seres vivos, no es un ser humano”. Si es así, puedo afirmar que estos tres años de injusta prisión me han convertido en un ser más humano”.

Miguel Ángel Beltrán
Centro Penitenciario la “Picota”
Patio 4 Agosto 3 de 2016

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