Juana Bautista Angulo Hinestroza

Juana Bautista es un símbolo luminoso y inmenso, rotundamente emblemático del martirio de los afrodescendientes, concretado en el Naya, de la violación sexual que la comunidad cree como cierta al encontrar el cuerpo de esta mujer con sus prendas íntimas desgarradas antes de ser asesinada. Ella el símbolo de la indefensión total ante el poderío criminal, patriarcal del Estado…


Sí, esa semana santa, un viernes Santo irrumpieron en el caserío de La Concepción más de 400 paramilitares, divididos en escuadras de 20 o 30 hombres, del Boloque Calima, que actuaban apoyadas con la brigada 3. Venían, desde el 9 de abril, asesinando, violando, torturando y desplazando, en su macabra procesión a las comunidades afrodescendientes del Alto Naya en la región del Valle.

Luego de controlar el caserío, de generar el desplazamiento de la mayoría de la población desde el viernes, ese sábado encontraron a Juana Bautista, sola en su casa, a pocos minutos de La Concepción en el caserío de Cascajito.

Juana Bautista, la Juanita, con afecciones mentales, que le permitían habitar en el territorio desde otra perspectiva, tenía 45 años. Los paramilitares al mando de Luis Fernando Arce Martínez, ‘Chilapo’, y Jair Alexander Muñoz, ‘Sisas’, la sacaron de su casa, le rompieron la ropa, la arrastraron y cuando ya estuvo vencida sobre el barro, accedieron violentamente, la torturaron y la asesinaron con dos golpes de fusil, uno al hombro y otro en la cabeza, relatan los pocos vecinos que algo vieron, que escucharon gritos que ese día se fue llevando con dolor el río Naya.

12 años después el desplazamiento forzoso del bajo Naya continúa en impunidad. Los acuerdos para que la verdad revelada fuera conocida por los habitantes ancestrales de manera directa y estos pudieran contra interrogar no se cumplió. La toma de declaración a uno de los artífices de la operación militar en el desplazamiento del bajo Naya, Ever Veloza, conocido como “HH” no se ha realizado, la extradición de este a los Estados UNidos desde 2008 no ha posibilitado un acceso a los afrocolombianos para lograr esclarecer penalmente lo que sucedió, los beneficiarios del desplazamiento, los altos mandos militares implicados en esta operación criminal contra la población.

11 años después del asesinato de Juana y del desplazamiento de la comunidad negra de Naya, los restos de ella fueron exhumados por la Fiscalía General de la Nación, hoy la fosa donde reposó convertida en un monumento se encuentra sin sus restos. Es el mismo vacío de justicia que la gente vive en el Naya.

12 años después la memoria colectiva es la manifestación más clara de enfrentamiento a la impunidad, 12 años en que el aparato judicial, por temor, por negligencia no se ha atrevido a sancionar a los artífices materiales e intelectuales de una estructura de poder criminal.

12 años en los que la conciencia ética de la humanidad ha establecido en 2008 la orden de exhumación del Cuerpo de Juana Bautista. En el agosto del 2011 la Fiscal 181 seccional de la unidad nacional de justicia y paz, informó a nuestra Comisión de Justicia y Paz que el procedimiento no se había terminado que debía demorarse alrededor de seis meses y que la información estaría disponible en el despacho del fiscal 21. A la fecha no tenemos ningún avance con respecto a la orden de exhumación.

Nada de eso ha conmovido el muro ciego de la impunidad, salvo los rituales, la memoria colectiva terca compañera de la lucha negra nayera, que va desmoronando ese desorden institucional llamado democracia.

Memoria y justicia

Bogotá, D.C. Abril 14 de 2012

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz