Juana Bautista Angulo Hinestroza
Afrodescendiente torturada, accedida carnalmente y asesinada el 14 de abril de 2001, durante el Desplazamiento forzado en el Bajo Naya
Foto Archivo Comisión de Justicia y Paz
Memoria y Justicia
Nueve años de impunidad en el crimen de JUANA BAUTISTA ANGULO HINESTROZA y el desplazamiento forzado de los afronayeros y afronayeras. Después de un año de abrir una investigación previa por parte de la Fiscalía, en respuesta a un derecho de petición presentado por nuestra Comisión de Justicia y Paz sobre el estado de las investigaciones, ésta se encuentra extraviada luego de su traslado a la Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía por parte de la Fiscal Séptima Especializada de la ciudad de Popayán.
La Fiscalía General de la Nación inició dos investigaciones en respuesta al derecho de petición del 6 de octubre de 2008 presentado por nuestra Comisión de Justicia y Paz. Una de ellas fue adelantada por la Fiscalía Quinta especializada de Buga- Valle otra bajo el radicado Nro. 122244 a partir del 12 de febrero de 2009 y otra por la Fiscalía Séptima Especializada de Popayán – Cauca, bajo el radicado Nro 153787, a partir del 6 de marzo del mismo año.
El 18 de Marzo de 2009, ante la apertura de dos investigaciones por los mismos hechos, la Dirección Nacional de Fiscalías ordenó la unificación de las mismas por lo que el proceso quedó integrado ante la Fiscalía Séptima Especializada de Popayán – Cauca, la cual por decisión del 15 de marzo del 2010, dio traslado a la Unidad Nacional de Derechos Humanos – UNDH, de la totalidad del proceso, con la irregularidad que dicho traslado no fue notificado al Fiscal General de la Nación y en este momento no ha sido posible ubicar el expediente en la UNDH. Es decir, nuevamente la investigación, en este caso en previas, transita por el camino hacia la impunidad, garantizada esta vez por un mal procedimiento jurídico de la Fiscal Séptima Especializada de Popayán.
Durante el tiempo que la investigación previa fue adelantada por la Fiscalía de Popayán, nuestra Comisión de Justicia y Paz, parte civil en el proceso, actuando a nombre de la familia de JUANA BAUTISTA ANGULO HINESTROZA y del Representante Legal del Consejo Comunitario Afrodescendiente del Río Naya, constató que entre los vinculados mediante indagatoria se encuentran EVER VELOSA, LUIS FERNANDO ARCE MARTINES “Chilapo”, JAIR ALEXANDER MUÑOZ BORJA, alias “sisas”, ANCIZAR O EL FASTAMA, y EDISON BEDOYA alias “la muerte”. Quienes a la fecha del presente Sin Olvido no se les ha realizado diligencia alguna.
En el marco de la ley 975 de 2005, en la Unidad Nacional de Justicia y Paz de la Fiscalía General de la Nación, se adelantaron diligencias de versión libre de miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia que tenían poder en la zona. El confeso paramilitar EVER VELOSA, comandante del Bloque Calima desde el 2000, y quien según la Fiscalía ordenó la Masacre, en las versiones libres ha afirmado que “las Autodefensas llegaron al Valle a mediados de 2000, por solicitud expresa de algunas familias y algunos empresarios de Cauca y Valle del Cauca, en momentos en que la guerrilla arremetía con más fuerza en la región y ante hechos perpetrados por el Eln como el secuestro masivo de unas 150 personas dentro de la Iglesia La María, de Cali, en mayo de 1999 [[“H.H contó cómo fue la entrada al Valle y al Cauca”. Verdad Abierta 22 de Enero de 2009. http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/versiones/80-versiones-seccion/781-hh-o-carepollo .]]
EVER VELOSA también señaló al General FRANCISCO RENÉ PEDRAZA PELAEZ, ex comandante de la Tercera Brigada del Ejército para la época de los hechos, como uno de los colaboradores, ya que, según su versión, habría ordenado “limpiar el camino para que los paramilitares llegaran hasta el Naya” [[ Por masacre del Naya detienen a General ( r ) Francisco René Pedraza. http://www.semana.com/noticias-conflicto-armado/masacre-del-naya-capturan-general-francisco-rene-pedraza/128508.aspx]]. El General PEDRAZA PELAEZ fue detenido el 10 de septiembre del 2009 por su presunta participación en los hechos del Alto Naya, pero por conflicto de competencias fue dejado en libertad nuevamente.
El 5 de marzo de 2009, un día antes de iniciarse la investigación previa por el crimen de JUANA BAUTISTA, el gobierno colombiano extraditó al EVER VELOSA, Alias “H.H” a los Estados Unidos. Pese a los requerimientos del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado y las organizaciones de víctimas y organizaciones de derechos humanos, de las preocupaciones expresadas por la Comisión Interamericana respecto a la extradición de jefes paramilitares “que limita seriamente el esclarecimiento de graves crímenes perpetrados durante el conflicto armado en Colombia” [[Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Comunicado de Prensa. Nro 21/08. Washington D.C. 14 de Mayo de 2009.]] , y de lo manifestado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto a que “la aplicación de figuras como la extradición no debe servir como un mecanismo para favorecer, procurar o asegurar la impunidad [[Corte Interamericana de Derechos Humanos. Resolución del 8 de Julio de 2008. Supervisión de cumplimiento de Sentencia. Masacre de Mapiripán contra Colombia.]]. ”, Colombia extraditó a EVER VELOSA a los Estados Unidos.
Desde que fue extraditado, el EVER VELOSA no ha continuado las diligencias judiciales que tiene pendientes, y aún no se ha realizado la diligencia de Indagatoria, que lo vincularía formalmente a la investigación que se sigue por la tortura, acceso carnal violento y asesinato de JUANA BAUTISTA ANGULO HINESTROZA.
En la investigación previa, iniciada 8 años después de la denuncia de los hechos, la Fiscalía no ha vinculado a ningún funcionario público a la misma, a pesar de las múltiples pruebas, entre ellas las versiones libres de “H.H.”, que indican la participación por acción y omisión de altos mandos del ejército, como es el caso del General Pedraza.
La incursión paramilitar contó con la anuencia, tolerancia y complicidad de unidades militares adscritas a los Batallón “Pichincha”, al mando del coronel TONY ALBERTO VARGAS PETECUA y el Capitán ANDRÉS ZAMBRANO y unidades militares del Batallón Palacé de Buga, ambos pertenecientes a la Tercera Brigada del ejército con sede en Cali. Las unidades militares estaban ubicadas entre Timba y Buenos Aires en el departamento del Cauca en desarrollo de la operación “Dignidad”. Y a través de la Armada Naval con tropas de Infantería de Marina, dos compañías de contraguerrillas del BACIM 30, una compañía de Fuerzas Especiales de Cartagena, trasladada para reforzar la operación, la fragata Almirante Padilla, unidades tipo delfín, el ARC Cabo Manglares, elementos de combate fluvial y unidades helicoportadas y el grupo especial de Guardacostas, adscritas a la Brigada 2 de Infantería de Marina de la Fuerza Naval del Pacífico.
9 años después, la memoria de JUANA BAUTISTA impregna las vidas y el territorio del bajo Naya, la cual será celebrada el viernes 16 de abril en el caserío La Concepción.
Hoy la memoria hace posible la pervivencia como pueblo tribal. La memoria de las esclavitudes de hace 330 años y las nuevas esclavitudes generadas por el Estado colombiano a través de la política de “Seguridad Democrática”. Una memoria presente en la afirmación de los derechos de afronayeros y afronayeras, como resistencia a los anuncios de repetición de los crímenes del 2001.
Crímenes ocurridos hace 9 años en el marco de las celebraciones de la Semana Santa, cuando las comunidades afronayeras de los caseríos Guasdualito, La Concepción y Cascajito, se encontraban congregadas en el templo del caserío La Concepción acompañadas de las Misioneras de la Madre Laura. Era viernes santo, un 13 de abril del 2001, cuando las amenazas de muerte llegaron hacia las 5:30 p.m. a través de la presencia de los primeros tres paramilitares. Uno de ellos era un ex guerrillero del ELN conocido como “Peligro”. Los armados anunciaron la llegada de más de un centenar de paramilitares que se encontraban en el sitio conocido como “El Saltillo” y desde ese momento se generó el desplazamiento forzado en el bajo Naya.
El sábado Santo 14 de abril del 2001, mientras se desplazaban forzadamente los últimos pobladores, quedando muy pocos presentes en el caserío La Concepción, los paramilitares que seguían llegando desde el día anterior se dedicaron al festejo, se embriagaron, hurtaron y dañaron lo que encontraron a su paso. Un grupo de esos paramilitares se dirigió al caserío de Cascajito y encontraron a JUANA BAUTISTA ANGULO HINESTROZA, sola, porque su familia se había desplazado desde la noche anterior y ella no se unió a ellos porque no valoró el peligro, sufría de problemas mentales.
JUANA BAUTISTA, afrodescendiente de 45 años de edad, quien a pesar de su retardo mental, fue abordada por los paramilitares, accedida carnalmente de manera violenta, torturada y posteriormente asesinada. JUANA BAUTISTA vivía con sus hermanas en la casa materna, ella se dedicaba a labores agrícolas familiares, la pesca en el río con catanga o nasa, utensilio tejido de paja utilizado como trampa de camarones, lavaba ropa en el río, en batea y se transportaba en su potrillo, embarcación de madera. JUANA BAUTISTA, no siempre sufrió problemas mentales, éstos llegaron años atrás, como secuela de los golpes recibidos por su pareja, quien ya no vivía con ella.
JUANA BAUTISTA durante su juventud salió del río Naya hacia Cali, con deseos de estudiar, ser una profesional y regresar a trabajar en su río Naya, donde nació, donde se crió, donde aprendió a ser una nayera, una afronayera. Pero al llegar a Cali, no todo salió como esperaba, aunque intentó estudiar, tuvo que sacrificar ese anhelo por ponerse a trabajar para sobrevivir en la ciudad. Conoció a un hombre y se enamoró, los primeros meses fue muy cariñoso con ella, pero luego la empezó a golpear, fue tal la agresión física recibida que se generaron dos secuelas en ella. Una fue que no se volvió a enamorar y la otra fue que empezó a padecer problemas mentales que poco a poco la fueron aislando, contando solo con su familia, con sus hermanas. JUANA BAUTISTA llevaba más de 20 años de haber regresado a su río Naya y allí, en medio de su situación, entabló una nueva relación con sus hermanas, con su comunidad en el caserío de Cascajito, con su territorio del río Naya.
Su cuerpo sin vida permaneció dos días a la intemperie, los paramilitares permanecieron en el caserío durante este tiempo e impidieron a los pobladores que se acercaran.
Solo hasta el lunes 16 de abril de 2001, los paramilitares salieron del lugar y se trasladaron hacia los caseríos ubicados río abajo, entre Las Pavas y Dos Quebradas, donde saquearon y destruyeron bienes de los habitantes siguiendo su camino hacia el caserío de San Francisco Naya.
Ese lunes, ocho pobladores que se habían desplazado, regresaron al caserío de Casacajito. Hallaron el cuerpo de la afronayera con los grabados de la barbarie, de los tratos crueles y degradantes.
Los familiares reconocieron el cuerpo sin vida como el de JUANA BAUTISTA. El cadáver presentaba señales de haber sido torturada, hematomas en cuerpo, el cabello estaba cortado y había sido colocado sobre el dorso. Las manos estaban llenas de tierra, las uñas estaban quebradas y llenas de tierra, hierba y rastros de plantas, como si hubiese aruñado el piso tratando de huir a las agresiones. JUANA BAUTISTA se encontraba semidesnuda, con los genitales expuestos y manchas de sangre alrededor de la pelvis. La ropa que portaba, una blusa de tiritas de color azul, estaba recogida en el pecho y los senos expuestos. El pantalón tipo pescador, jean de color azul, estaba bajado hasta las rodillas, sin ropa interior y con señales evidentes de acceso carnal violento, entre otras manchas de sangre en la región pélvica.
Además de los signos de tortura y acceso carnal violento, el cadáver de JUANA BAUTISTA presentaba dos impactos de bala de fusil. Una de las heridas estaba localizada en la axila del brazo derecho, cuyo trayecto de la bala destruyó el área del hombro. El segundo impacto se presentó en la cabeza y había destruido la parte superior del cráneo.
Ante la ausencia de una autoridad judicial que realizara el levantamiento del cuerpo, el clima de terror que permanecía en la atmósfera, las hermanas de JUANA BAUTISTA, la trasladaron a su casa, la limpiaron, le cambiaron la ropa y la velaron en compañía de otros pobladores.
El martes 17 de abril, hacia las 10:00 a.m., JUANA BAUTISTA ANGULO HINESTROZA fue sepultada en el cementerio comunitario, ubicado en el sector de Guasdualito.
Mientras JUANA BAUTISTA era sepultada, muchos afrodescendientes continuaron en condición de desplazamiento forzado, de caserío en caserío, huyendo, buscando refugio ante la avanzada de los paramilitares por el bajo Naya.
Los tratos crueles e inhumanos de los que fue víctima JUANA BAUTISTA, son una afrenta a su familia y comunidad afronayera, al territorio habitado por ella. Para ellos y ellas, JUANA BAUTISTA significa una expresión de la territorialidad y con su crimen se afrenta a la vida conexa al Territorio del Naya. Una Nayera es la fertilidad del territorio, es la memoria de años de esclavitud que lograron la libertad a través del vientre de mujer, en la Ley de manumisión. La mujer parió hombres y mujeres libres que empezaron a habitar el Territorio. En la voz de la mujer, en su canto, en el arrullo o en el alabao, habla la ancestralidad, la tradición, la libertad, 330 años de existencia, de memoria, hoy afirmada en la vida de JUANA BAUTISTA ANGULO H.
Bogotá, D.C Abril 13 de 2010
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz