Juan Manuel Santos: Política, falsedad y manipulación
Lo han dicho una y otra vez pensadores y guerreros: “La política es el arte de engañar” (1), o de otra manera, cuando la política asume otras formas: “El arte de la guerra se basa en el engaño” (2). Y esta verdad de apuño gana evidencia cuando ante la pregunta: ¿Qué pasa si gana el no (en el plebiscito)?, se escucha a Juan Manuel Santos decir que: “Muy sencillo: se devuelve la guerrilla a la selva y continúa el conflicto armado” (3)
Aunque es una respuesta de cajón, una respuesta que acude al miedo como recurso para presionar la opinión de propios y ajenos, lo que resalta acá es que los políticos no tienen reparos para acudir a la mentira cuando las circunstancias lo obligan. Así la mentira sea evidente o fácilmente detectable.
Y en la respuesta de Santos el “desliz” es evidente. Ante un posible voto por el No en el plebiscito la verdad es que la guerra con las Farc no retornaría por doquier; pero lo que sí devendría de tal suceso es una crisis de legitimidad del régimen político, del gobierno de turno y de las negociaciones adelantadas en la capital cubana. Y la guerra no ascendería a sus extremos por queni uno ni otro actor anda en ese plan, aunque sus dispositivos para un posible Plan B así lo consideren.
De alguna manera, el escenario de un triunfo del No en el plebiscito, totalmente perjudicial para la Farc, pues inmovilizaría sus tropas en un letargo que las podría llevar a la desmoralización, le sirve al Gobierno que sometería a su enemigo a un desgaste prolongado a través del cual presionaría la mente de sus mandos, obligándolos a ceder más en el escritorio. Sobre esto también aconsejó Sun Tzu: “Es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo” (4).
Persisten, ¿hasta cuándo?
Esta capacidad de mentir vuelve y gana luz cuando en la misma entrevista interrogan al presidente Santos por la posibilidad del triunfo del No, y sacándole el cuerpo a lo preguntado por el periodista contesta que “…si se vive pendiente de ellas (las encuestas) no se toman decisiones”.
El arte del engaño, y de la simulación, esa es la política: en muchas ocasiones cuando se dice una cosa realmente se pretende decir otra. En la guerra, aconsejan amagar por el norte y atacar por el sur. En política, se alaba al enemigo cuando en verdad se le odia y pretende someter. Y con esta respuesta el Presidente niega algo real y central de la política moderna, de la política de esta época de las comunicaciones en tiempo real: todos los políticos, mucho más las cabezas de los gobiernos, viven pendiente de las encuestas; y no solo esto, antes de tomar ciertas decisiones las mandan a hacer. En la época del reinado de la opinión pública, hay que moldearla, pero ella también obliga a ciertos procederes desde el alto gobierno.
La mentira, la simulación, el engaño, en la política y en la guerra, nos recuerdan que vivimos en una época de apariencias donde lo que parece no es, así los medios de comunicación oficiosos, la escuela y los grandes relatos nos hayan habituado a ver lo falso como lo verdadero.
Ante esta realidad, y con la necesidad de transformar las sociedades para alcanzar un buen vivir, los movimientos sociales y políticos alternativos están ante el reto de invertir el espejo que les extienden los gobiernos de turno para no errar a la hora de tomar sus decisiones.
1 Maquiavelo, Nicolas, El Principe
2 Tzu, Sun, El arte de la guerra
3 http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/03/colombia/1472916991_531673.html
4 Tzu, Sun, op. cit.
Fuente: http://www.desdeabajo.info/colombia/item/29638-juan-manuel-santos-politica-falsedad-y-manipulacion.html