José Calixto Cueltán Imbacuán
Indígena, animador parroquial, defensor de la vida y del territorio, asesinado por el Ejército nacional.
La voz de la sangre de tu hermano derramada en tierra, clama justicia, dice el Génesis, es el clamor de su seis hijos y su esposa, es el murmullo que se escucha en los espacios de la memoria que hoy se perpetúa entre las fumigaciones, entre el terror, la apropiación de tierras, la destrucciones de vida humana y la biodiversidad.
El 27 de abril de 1996, unidades militares del Ejército Nacional ejecutaron a José Calixto Cueltán Imbacuán, indígena del pueblo de los Pastos, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda San Isidro, Municipio Valle del Guamuez, y miembro de la Asociación Campesina para el Desarrollo Integral del Sur del Putumayo, ACADISP.
Calixto en horas de la mañana estaba buscando un ternero para la fiesta de la junta de acción comunal, se encontraba junto con su hermano llevando unos novillos, cuando se encontró con los militares. José separó a los novillos de tal manera que éstos no afectara a los militares, a cambio recibió toda clase de insultos e improperios por parte de los regulares, a lo que éste les exigió respeto.
En el acto uno de los uniformados disparó su fusil, la bala atravesó un novillo y alcanzó a herir mortalmente a Calixto. Prueba, inequívoca del abuso del poder y de la violencia de lesa humanidad que han utilizado históricamente las fuerzas armadas.
Mientras su hermano corría en busca de ayuda hacia la comunidad, los militares, revistieron el cuerpo de José con prendas militares. Inmediatamente, modificada la escena del crimen de Estado, los militares iniciaron la campaña psicológica para tergiversar la realidad, informando a los pobladores que habían herido a un guerrillero y otros indicaron que había sido una persona dada de baja en combate, impidiendo así que los vecinos se acercaran al cuerpo de Calixto.
Cuando al lugar se acercó un automotor la comunidad se percató que aun José presentaba signos vitales, decidieron subirlo al carro por la fuerza y así obligar a los militares a llevarlo de urgencia al hospital. Antes de ingresar a la clínica Calixto fallece.
Siendo las 9 a.m. efectivos del ejército lo presentaron como guerrillero dado de baja en el caserío de Costa Rica, municipio del Valle del Guamuez. Cuando las autoridades civiles se enteraron del crimen asumieron el trámite de recuperación del cuerpo ante los militares.
Este crimen permanece en la impunidad, las lógicas de operación militar en el Putumayo reeditan esas prácticas de terror años después y los mandos de las estructuras armadas institucionales han sido ascendidos y gozan de los privilegios
Su sangre derramada ha sido semilla de fortaleza, esperanza y resistencia para la comunidad, su voz profética y martirial no ha callado, sigue susurrando entre las filigranas de la dignidad que enfrentan el terror.
José Calixto Cueltán Imbacuán en la memoria
José Calixto Cueltán Imbacuán Sin Olvido