Jorge Prieto, Alirio Martínez y Leonel Goyeneche
Jorge Prieto nació el 13 de Septiembre de 1953 en Bogotá, era uno de los 9 hijos de Jorge Eduardo Prieto y Maximina Chamucero. Padre de 3 hijos Yasmin, Jhonatan y Rafael Prieto.
Llegó a la comunidad de Saravena Arauca en 1974 donde trabajó hasta el 20 de Noviembre como almacenista de la Construcción del puente Banadía con la Compañía Drummond y durante los años 1979 a 1990 se desempeñó como Fiscal del Sindicato ANDEMISAP.
También fue presidente del comité Asociación Nacional de Trabajadores Hospitalarios y de Clínicas ANTHOC MUNICIPAL sub – directiva Norte de Santander, durante su trabajo como presidente Jorge, junto con Sindicatos Unidos de Saravena SINUSA gestionó con ANTHOC NACIONAL la conformación de ANTHOC ARAUCA.
De 1993 a 1997 se desempeñó como secretario general de la CUT. Desde el 1 de Abril de 1998 fue el presidente durante 3 periodos de ANTHOC DEPARTAMENTAL hasta agosto de 2003, pero debió cesar su labor después de esta fecha, debido a su exilio por la persecución política, judicial y armada.
Sus familiares y amigos lo recuerdan como un hombre humanitario, solidario y excelente compañero que en su camino de lucha participó en varios encuentros cívicos, sociales y populares de orden municipal, departamental y nacional con una fuerte convicción por las ideas de libertad y justicia que con su voz enérgica defendió y promovió miles de veces, hasta los últimos instantes de su vida.
Alirio Martínez nació el 9 de Agosto de 1955 en Berbeo, Boyacá. A sus 16 años llegó a la comunidad de Saravena, Arauca, donde emprendió su lucha por el beneficio de las comunidades. Alirio Martínez fue el primero de 8 hermanos, hijo de María Lilia Martínez; esposo de Flor Marina Chavarro con quien tuvo 4 hijos Flor Aidé, Héctor Julio, Ana Milena e Hilda Natalia.
El trabajo como líder requería reunirse y animar a las diferentes personas de la comunidad para poder evaluar los planes de trabajo y para mejorar las condiciones de vida de las comunidades, los testimonios recolectados por la comisión humanitaria que acompaño a la comunidad y a los familiares de los líderes después de los asesinatos, mantienen la memoria de Alirio afirmando que él “No fue un hombre más, no fue un hombre del montón: su espíritu de trabajador social, sus capacidades políticas y humanas, le permitieron ocupar el espacio que solo pueden encontrar los hombres especiales, el hombre de nuestro ideal… “el hombre nuevo”. Fueron esas condiciones las que lo llevaron a estar siempre al frente para indicarnos cuál es el camino que debemos seguir, cual es el camino que podemos seguir.
Dispuesto en todo momento a cumplir con las tareas que el pueblo le encomendara, humildes o grandes: “hay que limpiar la carretera…” “hay que construir un puente…” “hay que hacer un bazar…” “hay que cocinar en el rancho…” “hay que resolver los problemas de las comunidades…” “hay que denunciar a los asesinos del pueblo, a los violadores de los Derechos Humanos…” “hay que dar la VIDA”. Y él, siempre estuvo dispuesto a trabajar en esos proyectos: nunca fue inferior a ellos”
Leonel Goyeneche nació el 9 de Febrero de 1965 en Tame Arauca; Leonel era hijo de Luis Roberto Goyeneche y de Eufusina del Carmen Goyeneche, durante su escolaridad demostró ser sensible ante los problemas estudiantiles, lo que lo llevó a ser parte de los diferentes comités institucionales.
En 1988 ingresó al Magisterio en Saravena, Arauca como maestro de primaria y en 1994 obtuvo el título de licenciado en Educación Infantil.
De 1992 a 1994 fue líder sindical del Comité Araucano de Soluciones Educativas CASE, de 1994 a 1996 se unió a la Asociación de Educadores de Arauca y finalmente desde 1997 hasta el día de su asesinato fue el tesorero de la Central Unitaria de Trabajadores CUT.
Sus conocidos lo recuerdan como un hombre franco, sincero que no estaba de acuerdo con la injusticia social impuesta históricamente por los gobiernos de turno y de la que siempre había sido víctima y testigo.
El 4 de agosto de 2004, en horas de la tarde Jorge Prieto convocó una pequeña reunión en su casa con sus compañeros Alirio Martínez y Leonel Goyeneche, luego de cenar deciden ir a dormir, sin saber que al día siguiente, el 5 de agosto hacia las 5:30 am una patrulla militar conformada por 35 hombres pertenecientes al Grupo Mecanizado Revéiz Pizarro, adscrito a la Brigada XVIII del Ejército, con sede en Saravena (Arauca) y que al momento de los hechos se encontraba al mando del Subteniente Juan Pablo Ordoñez, siendo conducidos por el informante civil Daniel Caballero Rozo, alias “Patilla”, rondaban las casas de los líderes sindicales y sociales.
Esa madrugada cuatro de los 35 militares se dirigieron a la casa de Jorge Prieto. Al llegar a su residencia, alias “Patilla” golpeó la puerta y llamó por su nombre a los tres líderes y obligados a salir con los brazos en alto, los tres líderes fueron conducidos de rodillas, descalzos y sin camiseta a un lote conjunto donde fueron inmediatamente fusilados.
En los mismos hechos fueron detenidos, y posteriormente encarcelados, otros dos líderes sindicales de Arauca: Samuel Morales Flores, presidente de la CUT Arauca, y María Raquel Castro Pérez, dirigente del sindicato Asociación de Educadores de Arauca-ASEDAR, que se hallaba también en la casa de Jorge Prieto en Caño Seco en el momento en que fueron ejecutados los tres líderes.
Luego del triple asesinato, los militares entraron nuevamente a la casa intimidando a dos mujeres que se encontraban en ella, pasaron a requisar completamente la casa, preguntando en donde tenían escondidas las armas, pero su búsqueda fracasó ya que en esta casa y en la mano de los líderes nunca había existido un arma. Aún así los partes oficiales del Ejército y del mismo Vicepresidente de ese entonces, Francisco Santos y del Ministro de Defensa, sostuvieron, desde el mismo día de los hechos, que los tres líderes fueron dados de baja al disparar, al tiempo que huían, contra el Ejército.
Registrada la casa, los militares taparon con arena el lugar en donde asesinaron a los líderes sindicales y permanecieron en el recinto obligando a las mujeres a estar dentro, permitiéndoles únicamente ir ocasionalmente al baño y sin derecho a comunicarse entre ellas.
A las 10 de la mañana, los cuerpos de Jorge Prieto y Alirio Martínez fueron envueltos en bolsas negras y llevados a la cancha de Fútbol de la escuela, y, el cadáver de Leonel Goyeneche, según varios testigos, fue arrastrado boca abajo por cuatro soldados sin nada que lo protegiera a lo largo de 300 metros aproximadamente.
Una hora después, a las 11 am aterrizó un helicóptero y los soldados obligaron a las dos mujeres y a Samuel Morales, quien había sido privado de la libertad en la escuela de Caño Seco esa mañana, a subir junto con los cuerpos de los 3 líderes y fueron conducidos a las instalaciones del Grupo Mecanizado Reveíz Pizarro.
Las balas asesinas del Estado colombiano, que segaron sus vidas, no fueron capaces de segar su ejemplo de lucha, su ejemplo de existencia. Nos negaron la oportunidad de seguir compartiendo sus vidas, sus voces, pero sus memorias siguen animando las comunidades que resisten por un mundo mejor, por una verdadera paz, por la dignidad de los pueblos que hoy siguen resistiendo y levantándose en contra de las políticas de exclusión, represión, olvido que imparten los gobiernos de turno.
DON ALIRIO, como todos de cariño le llamaban y le siguen llamando, Leonel y Jorge, su luz brilla en cada habitante de la comunidad, en cada uno de los corazones que dan vida a cada habitante de Arauca que resiste y trabaja. Sus vidas abonan la tierra donde crecerá la nueva Colombia, por la que lucharon, por la que se ofrendaron, ustedes son ejemplo de hombres, ejemplo de campesinos, ejemplo de educadores populares, ejemplo de líderes, ejemplo de humanos que se indignan y trabajan por el bienestar de todos y todas.
Jorge Prieto, Alirio Martínez y Leonel Goyeneche en la Memoria.
Jorge Prieto, Alirio Martínez y Leonel Goyeneche Sin Olvido.