Inundaciones afectan a afrocolombianos
Esta situación del río obedece a procesos extractivos de maderas del Darién de finales de los 80 y comienzos del 90 en el que se uso maquinaria pesada para operaciones industriales que generan la formación de empalizadas. De acuerdo con expertos estas actúan como trampas de sedimentación afectando en cauce natural de las aguas y el posterior desbordamiento en épocas de aumento de las precipitaciones atmosféricas.
Más de 600 afrodescendientes que habitan en Nueva Esperanza, Bella Flor Remacho, Santa Fe de Churima y Pueblo Nuevo se encuentran afectadas desde el día de ayer por el desbordamiento del rio Jiguamiandó
La sedimentación de aproximadamente 20 kilómetros del río por empalizadas causadas luego del desplazamiento forzado en 1996 genera permanentemente graves daños en las viviendas, animales y cultivos de sobrevivencia en épocas de invierno y permanentemente imposibilita el acceso y salida de los afrocolombianos.
El desplazamiento y luego con el regreso la militarización y el conflicto armado impidió la limpieza con la que los habitantes de este territorio intentaron mantener el curso parcial del río Jiguamiandó.
Esta situación del río obedece a procesos extractivos de maderas del Darién de finales de los 80 y comienzos del 90 en el que se uso maquinaria pesada para operaciones industriales que generan la formación de empalizadas. De acuerdo con expertos estas actúan como trampas de sedimentación afectando en cauce natural de las aguas[1] y el posterior desbordamiento en épocas de aumento de las precipitaciones atmosféricas.
Para la fecha, el volumen total de sedimentos y destronque a remover corresponde aproximadamente a 772.632 m3 y 3.750 m3, respectivamente; aunado al aumento de la capacidad erosiva del río, el cual trabaja sobre los taludes del cauce ocasionando erosión y desplomes en las orillas.
Recientemente se conoció que el INVIAS declaró desierta por tercera ocasión la licitación para la adjudicación del contrato de limpieza y destronque del río Jiguamiandó, desacatando la la sentencia T 48257 del 21 de octubre 2010, instaurada por nuestra Comisión de Justicia y Paz con el aval de las comunidades. La emergencia demuestra un problema histórico no resuelto que afecta de manera directa las condiciones mínimas de vida digna, subsistencia, de mínimo vital, en otras palabras lesiona el derecho fundamental a la vida.
Hasta ahora se desconoce la existencia de planes de acción por parte del gobierno para mitigar la emergencia.
En el día de hoy una comisión de verificación integrada por ciudadanas y ciudadanos Estadounidenses, españoles, alemanes, franceses y holandeses, junto con miembros de las comunidades está haciendo presencia en el área afectada.
El gobierno de colombiano no ha asumido dentro del proceso de caracterización ordenado por la Corte Constitucional para proceder a la devolución de tierras en Jiguamiandó la respuesta a esta situación
Bogotá, D.C. noviembre 27 de 2012
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz
[1] Diagnóstico territorial municipio de Murindó, Corporación Caoba, página 87